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LETRAS DESNUDAS

28 Noviembre 2016

MARIO CABALLERO

ZOÉ ROBLEDO: EL CAMALEÓN

Hay políticos que tienen las mismas características del camaleón, como el senador Zoé Alejandro Robledo Aburto que sabe cambiar de apariencia según las circunstancias, tiene una lengua larga y sus ojos se mueven para identificar las oportunidades que le den notoriedad.

Zoé Robledo es hijo del ex gobernador Eduardo Robledo Rincón, quien tras 69 días de estar en el cargo fue despedido con un portazo en las narices. Robledo Rincón salió en cadena nacional para dar a conocer lo que llamó “renuncia voluntaria”, pero a la verdad fue una orden que vino desde Los Pinos, siendo el inquilino de ese entonces Ernesto Zedillo Ponce de León.

Atendiendo a la solicitud del obispo Samuel Ruiz que dijo que el gobernador Robledo era un estorbo para el gobierno e incapaz de resolver el problema de la guerrilla zapatista, Zedillo lo hizo renunciar y lo convirtió en Secretario de la Reforma Agraria y luego lo mandó a Argentina como Embajador de México.

Después de ese artero reacomodo político, poco o casi nada se supo de la estirpe Robledo Aburto que se perdió entre la deshonra, el olor del asado y el tango de Carlos Gardel que es para los argentinos un patrimonio nacional.

Zoé Robledo tenía 15 años de edad cuando su familia sufrió este cruel acto de ignominia. Creció rodeado de la amargura de su padre, la vergüenza y el rencor, sentimientos que lo llevaron a emprender una carrera política entre la podredumbre y la sed de venganza.

CRIMEN Y ODIO

Zoé Robledo regresó a Chiapas con 30 años de edad, en 2009, rescatado por Juan Sabines Guerrero que lo colocó en el programa de comentarios “Chiapas Siglo XXI”, dentro del noticiero nocturno del Canal 10, del Sistema Chiapaneco de Radio, Televisión y Cinematografía.

Después de ser hijo de un ex gobernador que ha tenido que aprender a vivir con el fracaso, pasó a ser un burócrata lisonjero y servil con un espacio de opinión en el canal del gobierno. Con el perfil bajo, con una falsa apariencia de periodista y apoyado por quien puede juzgarse su padrino político, Zoé Robledo comenzó a ensayar su plan para desquitarse del trauma. Por eso, en 2010, sorprendió su candidatura por una diputación local.

Nació en Tuxtla Gutiérrez más nunca vivó aquí, su desconocimiento por Chiapas es inmenso, pero eso no imposibilitó que Sabines Guerrero lo metiera con calzador en la LXIV Legislatura por el Distrito de Motozintla respaldado por la coalición PAN-PRD-PANAL y Convergencia, hoy Movimiento Ciudadano. Así fue como se convirtió en empleado del gobernador, desprestigiando la honorable figura del Congresista.

En el Congreso del Estado sirvió a los intereses del sabinato. En junio de 2011, es elegido presidente del Congreso, posición política que utilizó para amedrantar actores políticos, líderes sociales, alcaldes e incluso a sus similares que se atrevían a oponerse a las atrocidades del Ejecutivo. Como un vil sirviente aprobó recursos para satisfacer los caprichos del gobernador, de Nemesio Ponce Sánchez, de Yassir Vázquez Hernández y los de toda la mafia en la que él fue una pieza fundamental en el atraco más grande en la historia reciente de Chiapas.

En las postrimerías del sabinato, el 10 de octubre de 2012, el vástago Robledo subió a tribuna y lanzó uno de los discursos más halagüeños sobre Sabines y su gobierno al que calificó de benéfico por sus maravillosos logros, sobre todo en los temas de seguridad y reconciliación. Y en el colmo del servilismo -anticipándose a los hechos- modificó la ley para que Juan Sabines no fuera enjuiciado por el monstruoso latrocinio cometido al erario público.

Los chiapanecos exigían cárcel para Sabines y sus lacayos, y Robledo Aburto los defendía y les daba protección.

Como pago a su trabajo rastrero, Sabines le dio la instrucción a Nemesio Ponce de limpiar el camino para que Zoé saltara al Senado de la República. La cúpula perredista impugnó hasta en tres ocasiones la candidatura, pero la coerción política pudo más y en tan solo trece días, el 16 de mayo de 2012, el extinto IFE aprueba a Zoé Robledo como candidato al senado por la vía plurinominal.

Nunca tuvo vergüenza para declararse sabinista y rodearse de criminales. Al contrario, lo proclamó urbi et orbe como si eso fuera lo mejor que le pasó en la vida. Como en 2010, por ejemplo, cuando a su fiesta de bodas llegó Seth Yassir Vázquez Hernández que por mucho es el peor alcalde que han tenido los tuxtlecos o Dante Delgado Rannauro, ex gobernador de Veracruz, que en 1996 fue encarcelado por los delitos de malversación de recursos públicos, asociación delictuosa y enriquecimiento ilícito.

¡Vaya amiguitos del senador!

COMO EL CAMALEÓN

El 26 de noviembre, Robledo Aburto rindió su cuarto informe de actividades en el Museo de la Ciudad de Tuxtla Gutiérrez. Y entre toda su verborrea se dijo defensor de la democracia, de los derechos indígenas, de los consumidores, de la cultura, de la economía, del medio ambiente; también dijo ser el principal activista contra el fuero y la corrupción de los políticos.

Al finalizar, antes de que la audiencia, el mar de interesada, comenzara a buscar desesperadamente la salida, prometió que trataría de “rescatar a Chiapas” (sic).

Cristo dijo: “¿Cómo puedes decirle a tu hermano: Déjame sacarte la paja que está en tu ojo, no mirando la viga que está en el tuyo?”.

Así que ¿con qué autoridad moral se atreve Zoé Robledo a decir que combatirá la corrupción, que pedirá cárcel para los políticos corruptos y que planteará al senado que a estos se le impida ejercer otra vez un cargo público, que es a lo que él llama “muerte civil”?

No hay palabras estúpidas, sino estúpidos que hablan. Si tanto dice que combatirá la corrupción ¿por qué no propone ante el senado el caso de Yassir Vázquez por la obra ¡Qué Viva El Centro! que causó una deuda por más de 900 millones de pesos, o por qué no pide que encarcelen a Juan Sabines que dejó una deuda de 40 mil millones de pesos y que hoy ostenta el cargo de Cónsul en Orlando, Florida?

¿Será que no se da cuenta que él es producto de la corrupción que ahora dice combatir, al igual que su investidura y que por eso merece cárcel? No se puede tapar el sol con un dedo, señor senador, ¡ni con los cinco!

Al mero estilo de Andrés Manuel López Obrador, Zoé Robledo se cuelga de cualquier pretexto para tener sus cinco minutos de fama. Su discurso es beligerante, incita a la violencia y al odio.

En los comicios del año pasado, Robledo Aburto adoptó la careta de demócrata al hacerse defensor de Francisco Rojas Toledo, ex candidato a la presidencia municipal de Tuxtla Gutiérrez que en por lo menos dos ocasiones fue videograbado recibiendo moches en efectivo para financiar su campaña. El dinero que el panista recibía de los empresarios iba con la promesa de que si él ganaba la alcaldía todas las obras del municipio serían para ellos.

Zoé pedía a los tuxtlecos defender su voto, porque con eso según se impondría la democracia. Pero lo que estaba provocando era incendiar a Tuxtla al mismo tiempo que justificaba los crímenes del candidato del PAN. Eso es lo que el senador entiende por preservación de la democracia: cometer vandalismo y actuar fuera de la ley.

Se rumora que el periódico PORTAVOZ es de su propiedad, que con prestanombres lo usa para golpear, difamar y causar psicosis en la sociedad, no para informar e instruir que son responsabilidades primigenias del periodismo.

Esta es la verdadera historia del que se autoproclama mesías de los chiapanecos, el que nació, creció y sigue viviendo de la corrupción. Del que cada fin de semana viajaba a Acapulco a recibir instrucciones de Juan Sabines para desestabilizar el gobierno.

No cabe duda que también el rencor impulsa a las personas a cometer locuras. Au Revoir.

@_MarioCaballero

yomariocaballero@gmail.com

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