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LETRAS DESNUDAS

21 Mayo 2014.

MARIO CABALLERO

TRISTÍSIMO CHILÓN, YO TE SALUDO

De acuerdo a la retahíla de acontecimientos, parece que el alcalde Rafael Guirao Aguilar está más interesado en las agencias de publicidad que en los problemas de Chilón, uno de los municipios más pobres del estado de Chiapas que en el último año fue el centro de atención de los medios que se refirieron a él casi poéticamente: Chilón, tierra de tzeltales y de nadie/Chilón no es reconocido por su herencia cultural, sino por el número de sus muertos/Sin la pobreza y el hambre Chilón no se entendería/En Chilón no hay más justicia que el derramamiento de sangre/etcétera, etcétera. Pero, ¿qué necesidad hay del uso de metáforas estorbosas cuando todo puede ser sencillo como la vida? Al final de cuentas, en Chilón ya no se puede decir “claro como el agua” desde que ahí escasea tanto.

Sin embargo, algo hay de cierto en esas expresiones de exhortación que no hay modo de descontextualizar, porque el municipio está hecho trizas por ineptitud, corrupción, represiones y culto a la impunidad. Esto se confirma con las cifras obtenidas recientemente por la SEDESOL en un estudio micro regional que da a conocer los detalles de la catástrofe: cerca de 50 mil personas no tienen posibilidades de una alimentación continua; el 42.56 por ciento de la población, es decir, 52 mil 785 personas tienen un grave rezago educativo; 39 mil 804 habitantes están sin acceso a los servicios de salud; 113 mil 574 chilonenses no cuentan con los servicios básicos en la vivienda y otros 56 mil no tienen medios para procurarse la alimentación.

Y a la variedad de inconvenientes se suma el análisis exhaustivo del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social, que juzga la situación actual de Chilón como alarmante. Y una vez llegados a este punto se aborda otro tema, el de la injusticia social, porque parece que el problema del municipio no pertenece a la incumbencia de nadie, ni siquiera del Órgano de Fiscalización del Congreso del Estado que tanto no oye las voces de los 118 mil 180 habitantes de Chilón que viven en pobreza extrema como ignora -es lo que se quiere pensar y ya con mucho esfuerzo- el uso irracional de los recursos del ayuntamiento por parte del alcalde Guirao.

LA CAUSA DEL DESASTRE

En este caso particular la causa del desastre en el municipio no pertenece a la historia, sino al aparatoso y deleznable vacío de autoridad en el que vive por el alcalde Rafael Guirao Aguilar, al que las acusaciones de fraude y abandono de trabajo le hacen lo que el viento a Juárez. “Al fin y al cabo que la única persona realmente existente en este mundo globalizado, es la que uno ve en pantalla. La física está pasada de moda”.

En unos cuantos meses, la ambición y locura de Guirao ha enviado al diablo a sectores amplísimos de la sociedad chilonense, sociedad que ya se cansó de que le vean la cara. Y como el tema es inevitable, ofrezco una lista sumaria de los abusos de Guirao:

1.      Los calzoncillos de Márquez:

En la pelea entre los pugilistas Juan Manuel Márquez y Timothy Bradley del 12 de octubre de 2013, no llamó tanto la atención de los medios de comunicación el combate y el fragor de la lucha como la leyenda “Chiapas Verde” impresa en los calzoncillos del boxeador mexicano, nombre de la fundación de Rafael Guirao con la que recorre, además, el estado de Chiapas en una flagrante e ilegal carrera proselitista. Pues viola las leyes electorales al hacer campaña política antes de tiempo.

Sin embargo, no todo acaba ahí, sino del hecho se desprende la pregunta: ¿con qué recursos pagó el alcalde Guirao Aguilar senda publicidad con valor de 50 mil dólares? La respuesta inmediata es “seguramente no con dineros propios”. Y mientras eso se costeaba en Las Vegas, Nevada, en Chilón miles de familias sufren de hambre, por la falta de energía eléctrica y agua potable, y hasta por no tener una simple pastilla para curarse la fiebre.

2.      Corrupción:

El manoseo a las arcas del pueblo es descarado, pues con los recursos públicos Guirao paga la publicidad de la radio, televisión, periódicos y espectaculares para presentarse ante la sociedad chiapaneca como el gobernador que realmente se merece Chiapas. El gasto obsceno en publicidad es una inmersión en la fantasía, en las promesas ridículas, pero ¿quién se le opone? Al menos no la medida de austeridad propuesta por el gobernador Manuel Velasco Coello, ni la crítica periodística, ni la pobreza de la gente de Chilón que cada día ve agrandada su tragedia.

La invitación a “hacer más con menos” o no la escuchó el alcalde u obtuvo su olvido inmediato.

A todo esto, Rafael Guirao cobra un sueldo mayor al ya presupuestado para el presidente municipal de Chilón.

3.      Violencia

En las últimas horas del 24 de abril de 2013, dos días después de que organizaciones defensoras de los derechos humanos llegaran a Chilón para comprobar el clima de violencia en la comunidad, Juan Vázquez Guzmán fue asesinado de cinco tiros en la puerta de su casa. El suceso alcanzó altos niveles de indignación porque Juan Vázquez era un luchador social vinculado al zapatismo. A la sazón, decenas de personas acudieron a la presidencia municipal para solicitar la intervención de la autoridad y regresaron con la noticia de que el alcalde Rafael Guirao andaba de gira, visitando con la fundación Chiapas Verde a los municipios de la entidad.

Mientras tanto, los asesinos que huyeron en la camioneta roja aún siguen sin ser localizados.

***

¿En qué le aflige al presidente municipal Rafael Guirao Aguilar anticiparse al proceso electoral? ¿Hasta cuándo aprenderá que gobernar no es anunciarse? ¿Algún día se preocupará por el hambre que sufre su pueblo? ¿Dejará de robarles el dinero a los chilonenses? ¿Recordará sus inicios como sacabolos del antro Las Velas en San Cristóbal de las Casas? ¿Alguien le dirá o él mismo se dará cuenta (cosa dudosa) que lo aristócrata no le queda, más aun cuando está ahogado en alcohol (cosa segura)? ¿Dejará de ser un peligro para Chilón? ¿Dejará de ser la causa de tanto terror en su municipio? ¿Hará caso el Órgano de Fiscalización del Congreso del Estado y auditará las cuentas de Guirao?

Dichos cuestionamientos están sin respuesta. Pero lo que sí podría decirse de Rafael Guirao, y hasta con cierta amargura, es que su profesión de político es un mero accidente. Su verdadero oficio es el de hipócrita a ultranza, y en eso sí está más que calificado.

Cualquier comentario con esta columna a yomariocaballero@hotmail.com

 

 

 

 

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