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LETRAS DESNUDAS

24 Diciembre 2016

Mario Caballero

No te quiero como maestro de mis hijos

Esta vez mi pregunta va directamente dirigida a los padres de familia: ¿qué clase de maestros quieren para una correcta y adecuada educación de sus hijos? Supongo que la gran mayoría contestará que “el mejor”, o “el más preparado” o “el más responsable”. En otras palabras: aquel o aquella maestra que en verdad tenga la vocación de construir futuros hombres y mujeres de bien. ¿O me equivoco?

Mi abuela matera me decía que en un país como el nuestro donde la gran mayoría pertenece a la clase pobre de la sociedad, la herencia más valiosa que los padres les pueden dar a sus hijos es la educación. No propiedades o una gorda cuenta bancaria en las Islas Caimán, porque nuestra economía no da para tanto. Da tristeza decirlo, pero es la realidad.

Y esta triste realidad viene de otra aun peor: la baja calidad en la formación de los niños y jóvenes estudiantes.

La educación en México tiene por lo menos cincuenta años de atraso. Dicen los que saben que los programas de estudio son obsoletos y que no se ajustan a las necesidades de nuestro tiempo. Y, también, argumentan que por consecuencia de esto los educadores muestran una situación al nivel de catástrofe en sus conocimientos y en sus métodos de enseñanza-aprendizaje. No lo dudamos.

Y tan no lo dudamos ya que en los resultados de la prueba PISA emitidos en semanas recientes, los mexicanos no pasaron pero ni de panzazo. Dicha prueba está a cargo de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE), la realiza cada tres años a adolescentes de 15 años de edad con el objetivo de medir el estado actual de los alumnos y evalúa las áreas de lectura, ciencias y matemáticas. En la última, hecha en 2015, fue aplicada a más de medio millón de estudiantes de 72 países diferentes.

México obtuvo el lugar 53 en matemáticas, 58 en ciencias y 55 en comprensión de lectura. En América Latina fuimos superados por Uruguay, Costa Rica y Colombia en dos de los tres rubros evaluados. Los mejores latinos en matemáticas fueron Argentina (42) y Chile (48), pero aun así están muy por debajo del promedio global.

Si alguien quería una prueba contundente de que estamos mal en el sector educativo y que nos urge un cambio, pues ahí tiene los resultados de PISA. No le busque más.

Empero, más allá de la obsolescencia de los programas de estudio está la problemática de los “profes” que no quieren evaluarse por temor a que se sepa que son torpes y unos tontos a la hora de plantarse en el salón de clases -ahí están las evidencias-,  e impiden la instauración de la reforma educativa en Chiapas, Oaxaca, Guerrero y Michoacán, los estados más pobres de la República que por décadas tienen los últimos lugares en aprovechamiento educativo. Chiapas está hasta el final de la lista de reprobados.

LOS NORMALISTAS

Vuelvo a preguntar: ¿qué clase de maestros queremos para nuestros hijos? Porque no podemos ignorar que los que ya están en el sistema educativo nacional deben ser reemplazados por otros mejor preparados, por aquellos que con buena aptitud y actitud quieren una oportunidad para demostrar que sí es posible cambiar el desastre que ha ocasionado la CNTE en los niños.

La reforma es clara en decir que no van a despedir a los docentes inútiles: es una lástima porque los reubicaran en áreas más ad hoc a su competencia. Y especifica que para los nuevos aspirantes les impondrá un examen para saber su nivel de preparación y si son aptos para estar frente a grupo.

Aquí es donde entran los normalistas, esos disque futuros destructores de la ignorancia que, respaldados por la CNTE, están chantajeando al gobierno y causando desastres para exigir que les otorguen plazas automáticas al egresar de la carrera.

Un reporte dijo que en el Examen Nacional de Ingreso al Servicio Docente, en sus prácticas anteriores, solo uno de cada tres egresados de escuelas para normalistas tiene un nivel aceptable, y que apenas el 25% de los graduados en los estados de Sinaloa, Nayarit, Puebla, Coahuila, Campeche, Aguascalientes, Baja California, Chihuahua, Guerrero, Querétaro, Nuevo León, San Luis Potosí y Chiapas, acreditó dicha prueba.

Un informe de la SEP confirmó que estos alumnos no cumplen con lo requerido. Además, el 80 por ciento de los normalistas egresados de las escuelas particulares no tienen la suficiente preparación.

En 2015, los exámenes generales de egreso de licenciatura, así como en el Examen Anual Nacional, arrojó que el desempeño de los normalistas es bajo y muy poco satisfactorio: “alrededor del 66 por ciento muestra que su desempeño docente no es el esperado para estar a cargo de un salón de clases”, dice.

En lo que va de este año los normalistas son los causantes de los peores destrozos a las instituciones públicas y a la vida en sociedad:

  1. El 21 de enero de 2016, estudiantes de la Normal Rural Jacinto Canek, en Chiapas, rompieron los cristales, ventanas, jardineras, golpearon al personal y a los clientes de la terminal de autobuses en la ciudad de San Cristóbal de las Casas. El motivo de la violencia fue porque la gerencia de la empresa se negó a facilitarles cinco unidades para que se trasladaran a Tuxtla Gutiérrez.

 

  1. En octubre de 2016, por la mañana, estudiantes encapuchados de la misma escuela normal tomaron la caseta de cobro Tuxtla-San Cristóbal, pero al ver la presencia de la policía se retiraron sin oponerse y hacer aspavientos. No se usó la fuerza.

Dos horas después, en Tuxtla Gutiérrez, dichos normalistas se apostaron en la plaza central y agredieron a la población golpeándolos con palos y piedras. Al vandalismo se sumaron los saqueos a varios locales comerciales, destruyeron una tienda de conveniencia, hicieron que trabajadores de Palacio de Gobierno, del Ayuntamiento de Tuxtla y de otras dependencias públicas alrededor desalojaran las oficinas. Además, se apoderaron de un camión del ConejoBus, bajaron a los pasajeros a golpes y, luego, le causaron destrozos.

  1. Cerca de las diez de la mañana, del día 19 de diciembre de 2016, normalistas a bordo de dos unidades del ConejoBus y en un camión de AEXA –secuestrados por supuesto- irrumpieron en las instalaciones de la Secretaría de Educación Federalizada, y durante más de veinte minutos vandalizaron, golpearon a la gente e hicieron lo que se les vino en gana.

Una hora después, no se sabe si los mismos normalistas u otro grupo ligado a la Coordinadora de Estudiantes Normalistas del Estado de Chiapas (CENECH), se presentaron en la Secretaría de Educación Estatal, iban encapuchados y armados con bombas molotov.

Rompieron cristales, robaron y destrozaron mobiliario, aparatos eléctricos, computadoras y objetos personales de los trabajadores de la secretaría. Al final, como para demostrar que están dispuestos a todo con tal de lograr que les den las plazas laborales en automático, quemaron 12 vehículos, entre los de uso oficial y particulares.

De este último atentado, la Procuraduría General de Justicia del Estado dijo que este caso no quedaría impune.

 

UN LLAMADO

Los maestros de la CNTE son una vergüenza, unos cínicos a los que no les interesa la educación de los niños chiapanecos, sino los privilegios de vivir fuera de la ley. Y ya lo han demostrado.

Los normalistas por su parte son unos vándalos que piensan que por el simple hecho de salir de una escuela normal tienen el derecho de ser privilegiados por sobre los demás al pedir plazas automáticas. Y como se ha visto no son ni los más capacitados ni los más idóneos para educar a nuestros hijos, porque ¿qué enseñanza puede dar un barbaján como ellos que para manifestar sus ideas recurre a los golpes, a la violencia, al saqueo, a la quema de camiones, al secuestro, a la guerrilla urbana?

¿O es esa la educación que queremos para los chiapanecos?

Los padres de familia y la sociedad en general deberían hacer consciencia y exigir que cada maestro se evalúe, que cada aspirante (normalista) al servicio docente cumpla con los mínimos requisitos para estar frente a grupo, que las autoridades cumplan con su deber para que los niños de Chiapas y de todo México tengan a los mejores profesores y la mejor educación. De lo contrario, es como si estuvieran de acuerdo con estos actos de barbarie que cada día hacen de nuestra tierra un país de ignorantes.

Y al menos yo, a estos normalistas, no los quiero como maestros de mis hijos. Au revoir.

@_MarioCaballero

yomariocaballero@gmail.com

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