19 Junio 2014
MARIO CABALLERO
NO ES CULPABLE, SÓLO IMPUNE
“Sin embargo, no soy culpable”, dijo Josef K. “Es un error. ¿Cómo puede ser siquiera culpable el ser humano? Todos somos aquí seres humanos, tanto unos como otros”.
“Eso es cierto, dijo el sacerdote, pero así suelen hablar los culpables”.
Frank Kafka, El Proceso (1914).
“No hubo nunca agresión ante nadie”, respondió Víctor Moguel Sánchez, regidor plurinominal por el POCH en Tapachula, respecto al caso de la mujer policía embarazada a la que golpeó. “Ni siquiera conozco a la mujer policía de la que me hablan”.
“Eso es cierto, dijo el sacerdote, pero así suelen hablar los culpables”.
No hay ni, por lo visto, puede haber justicia para la mujer policía embarazada que tuvo que ser asistida por paramédicos de Protección Civil y trasladada de urgencia a un hospital privado para no perder a su bebé después de ser brutalmente golpeada por Víctor Moguel Sánchez. Y Moguel no está solo en su voluntad incriminatoria (por si las dudas), pues hasta el momento no hay respuesta a las demandas que interpuso el esposo de la afectada, José Luis Martín Chaleco, en la Procuraduría General de Justicia y en la Comisión de Derechos Humanos.
Algunos discreparán, pero de haber una tesis que explique el mutismo de la PGR, CEDH y de otras siglas intachables, ésta podría asegurar que “nadie irá a la cárcel por el caso de la mujer policía porque no hay culpables ni delito que perseguir. Y ¿por qué no? Porque las persuasiones del poder y la formalidad devastadora del influyentismo (otro delito de cuello blanco) hace que los crímenes desaparezcan, las querellas no encuentren asideros confiables y se carezca de responsables de lo que sea”.
Así las cosas:
Víctor Moguel no es culpable. Alrededor de las 09:30 de la mañana del viernes 28 de febrero de 2014, Moguel llegó a las oficinas de la Secretaría de Seguridad Pública Municipal de Tapachula para sacar de la cárcel a Rodrigo Peña Anza, que había sido detenido por agentes de Tránsito que, en cumplimiento de su deber, infraccionaron un tráiler propiedad de Peña Anza por obstruir el tránsito y hacer maniobras de descarga sin contar con el permiso correspondiente.
No es culpable. Moguel entra sin identificarse y no pide, sino exige que pongan a su amigo en libertad inmediatamente. Varios policías se le aproximan en un intento de frenar la irrupción pero son golpeados por el grueso cuerpo de seguridad del regidor. Los policías quedan de pie pero convertidos en vasallos, amedrentados por la soberbia de Moguel y su demostración de señorío.
No es culpable. En el operativo comandado por Moguel Sánchez no hubo discusiones ni razonamientos fuera de lugar, solo insultos dirigidos a los Jefes de Turno y al Director Operativo, quienes trataron de explicarle los motivos de la detención de Peña Anza y de solucionar el asunto por las vías legales, no obstante reciben la sentencia de los poderosos: “No sabes con quién te metes, cabrón”. Así que en cuestión de segundos la institución se hace un circo, sólo faltaron las jirafas y los elefantes, gorilas y payasos ya había bastantes.
No es culpable. Al no obtener la respuesta que esperaba, usa la fuerza y se dirige a las celdas. Sus guaruras lo siguen. Ahí se encontraba de guardia María del Carmen Escobar junto con otros elementos de la policía cuando llegó el regidor y le ordena que le abra, pero ella se niega. Moguel se pone rojo de rabia y empuja el portón, y del impulso derriba a la agente que cae sobre su costado emitiendo un grito de dolor. Sin embargo, logra levantarse y le hace frente para impedirle el acceso, “Usted no puede pasar, ¡deténgase! ¡Oiga!”. Le jala la camisa por atrás pero él se gira y la toma por el cuello, la pone de espaldas contra la pared, la sacude y la avienta al piso. Él se inclina y pone una rodilla sobre el hombro de la mujer y le azota la cabeza varias veces contra el suelo, sin importarle que ella tuviera cuatro meses de embarazo.
No es culpable. De la golpiza María del Carmen tiene un sangrando abundante y es trasladada a un hospital privado, donde reportan su estado de salud como grave.
No es culpable sino héroe declarativo. Minutos después declara ufano en su cuenta de Facebook (transcribo): “Hoy fui testigo de la prepotencia de elementos de la secretaria de seguridad pública de Tapachula, donde golpearon y electrocutaron a un joven empresario local sin razón alguna y al auxiliarlo las autoridades se molestaron y pretenden fabricarme un supuesto enfrentamiento con una mujer policía embarazada, que pena que utilicen a una mujer para difamar y por otro lado que poco conocimiento de la ley federal del trabajo por parte de esa dependencia al contravenir la ley dándole actividades a mujeres embarazadas que implique algún tipo de riesgo o desgaste físico o emocional fuerte. Ojala tome cartas en el asunto para bien el secretario Carlos Rosales”.
Y en el derroche de cinismo, fechas posteriores al incidente el regidor, pero ahora en su papel de dirigente estatal del Partido Orgullo Chiapas, festeja el Día Internacional de la Mujer: “Soy devoto de la equidad de género y ofrezco mi absoluto respeto a las mujeres”.
Tal vez y las autoridades tengan razón, y Víctor Moguel Sánchez, ahijado de Juan Sabines, no sea culpable, sólo alguien más al que le regalan impunidad.
Cualquier comentario a yomariocaballero@hotmail.com o al 9611154795.