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LETRAS DESNUDAS

28 Enero 2017

MARIO CABALLERO

¡ELBA ESTHER ES MI MADRE!

No es Amadeo Espinosa Ramos una persona de fiar. Es un charlatán. Miente en todo momento. Es traicionero. Un vividor que ha amasado una fortuna inexplicable. Es un oportunista que cuando ve jugosas ganancias es capaz de pasar hasta sobre su propia madre.

Ha sido diputado local, dos veces diputado federal y senador de la República, todas por la vía plurinominal. En las elecciones de 2015 pecó de soberbia y concursó por la diputación federal del distrito IX en Tuxtla Gutiérrez, pero ni su familia votó por él, quedó demostrado el hartazgo que la sociedad tiene sobre el Partido del Trabajo, dirigido por Espinosa y una pandilla de maestros que abandonaron las aulas para volverse caciques del partido, y vaya que les ha ido bien.

ELBA ESTHER

Amadeo Espinosa es maestro de educación primaria, egresado de la Escuela Normal Rural Mactumatzá en el año de 1975. Nunca pisó un salón de clases, pero eso no impidió que llegara a convertirse en líder magisterial.

Hoy, niega conocer a la maestra Elba Esther Gordillo Morales, cuando durante años la ex poderosa maestra fue su principal promotora política.

Amadeo Espinosa inicia haciendo política dentro del magisterio federal con Julio Peralta Esteva, ex dirigente de la sección 7 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), de quien fue su maletero, mozo, aliado, cómplice y gran amigo, y para llegar aquí pasaron largos años.

Por la relación cercana que tuvo con Peralta Esteva en la dirigencia general del SNTE, es por lo que Amadeo Espinosa llegó a conocer a Elba Esther Gordillo. Y poco a poco fue acercándosele a la maestra, aprendiendo sus gustos, cumpliéndole caprichos, susurrándole al oído, a llevarse de pellizcos, entre otras sutilezas. Y una vez que sintió tener la confianza de Gordillo, no desaprovechó ninguna oportunidad para gritar a todo pulmón “¡Elba Esther es mi madre!”, confesión que hacía para que todos supieran que detrás de él estaba la dueña del magisterio más grande de América Latina y que por eso merecía ser tratado con respeto y honor.

Corría el año de 1994, Julio Peralta tenía que abandonar el liderazgo seccional por conflictos de abuso de autoridad que lo habían puesto en contra de los maestros. Antes de abandonar la dirigencia intentó dejar un suplente a modo pero fracasó. A la sazón, Elba Esther Gordillo tuvo que viajar de inmediato a la ciudad de Tuxtla Gutiérrez y convocó a una reunión en el hotel Camino Real.

Ahí, la maestra Gordillo impuso a Amadeo Espinosa como sucesor de Julio Peralta, pero la decisión no fue bien recibida por el magisterio. Nadie quería al lacayo de Peralta al frente de la sección 7, así que un grupo inconforme con la determinación de Elba Esther se apoderó del lugar donde se estaba celebrado el congreso seccional y exigió un dirigente conforme los estatutos, elegido por los maestros y que fuera alguien ajeno al grupo de Peralta.

Poco tardó el gusto. La maestra Gordillo aplacó con gritos de rabia a la muchedumbre y amenazó de muerte a los revoltosos si no aceptaban su decisión.

En la mañana siguiente, todos los periódicos en el estado dieron a conocer que en horas de la madrugada Amadeo Espinosa Ramos había recibido el nombramiento como nuevo dirigente de la sección 7 del SNTE por el periodo 1994-1998.

EL SECUESTRO DEL PT

Pero sin lugar a dudas el éxito político y la riqueza de Amadeo Espinosa provienen del Partido del Trabajo.

Fue el ex gobernador Julio César Ruiz Ferro quien sacó a Amadeo Espinosa de la podredumbre y la miseria en la que vivía, comiendo mal y vistiendo peor. Hoy, ya en nada se parece a aquel joven famélico que usaba andrajos en lugar de ropa y mendigaba mendrugos de pan entre sus compañeros normalistas.

Esta historia empieza con la imposición de Ruiz Ferro en el gobierno del estado. Eduardo Robledo Rincón había sido echado a patadas del estado por su mediocridad y por solicitud del ex obispo de San Cristóbal de las Casas, Samuel Ruiz.

Así fue que desde Los Pinos Ernesto Zedillo manda a Ruiz Ferro a Chiapas a cubrir un interinato. Sin embargo, Julio César Ruiz era un perfecto desconocido para los chiapanecos, un ser insignificante, incapaz de gobernar un estado lastimado por los conflictos del poder, la corrupción y la falta de justicia. De tal manera, que al verse Ruiz Ferro en la soledad, comandando un gobierno que navegaba en la ilegitimidad y el descredito, buscó aliados para que acompañaran su gobierno, que lo abrigaran, que le dijeran “Tú eres mi gobernador”, porque eso era lo que necesitaba: apoyo y cariño, mucho cariño.

Y en ese preciso momento apareció Amadeo Espinosa junto con una caterva de “profes” con los que fundó en Chiapas el Partido del Trabajo: una supuesta alternancia política que sólo ha servido para la rapiña y enriquecer a políticos deshonestos.

Julio Ruiz Ferro amamantó con dinero público a Espinosa Ramos y su partido, y en pago recibía aplausos y complicidad. Con eso inicia Amadeo su pestilente carrera política, llena de corrupción, abusos de poder, impunidad y con millones de pesos provenientes del erario de Chiapas.

Desde esos tiempos, Espinosa es el dueño del PT, esa institución política con la que se beneficia sin recato, repartiendo los escaños legislativos con Hugo Robledo Gordillo, Abundio Peregrino García, Sonia Catalina Álvarez, Mario Humberto Vázquez López, y Carlos Mario Estrada Urbina, sus cómplices y files servidores.

Ellos impiden la inclusión de gente nueva en el partido y en cada periodo de elecciones escogen los mejores puestos, los más pagados, en los que no tengan que invertir un solo peso y ganarlo sin el menor esfuerzo. Por eso no es de extrañarse la riqueza que tienen y las relaciones políticas, pues ya hayan sido diputados locales, federales y senadores, siempre bajo la figura plurinominal.

DEFENSOR DE DELINCUENTES

Cuando se da la noticia del arresto de Pablo Salazar Mendiguchía, Amadeo Espinosa fue el primero en tachar de cacería política lo que era simple y llana justicia para el pueblo de Chiapas.

La actitud tomada por Espinosa Ramos era entendible, ya que él había sido diputado local en la LXI legislatura precisamente por el apoyo de Pablo Salazar, periodo en el que también se convirtió en el brazo ejecutor del ex gobernador para amedrentar y avasallar a la oposición del gobierno. Y su lealtad a Salazar fue a tal grado que durante todo el tiempo que éste estuvo preso en el penal de Huixtla, Amadeo lo visitó casi a diario.

De esa misma forma, fueron entendibles los alegatos de Espinosa en contra del aparato ministerial que había encontrado culpable a Pablo Salazar del fraude de 104 millones de pesos al patrimonio del estado y que lo acusó por los delitos de asociación delictuosa, peculado, entre otros.

Meses antes de la detención de Salazar Mendiguchía, Amadeo habían hecho un pacto que le daría impunidad a Salazar detrás del fuero constitucional. Pero se frustraron los planes.

El pacto consistía en que Amadeo Espinosa le vendería a Pablo Salazar una senaduría plurinominal del PT por 50 millones de pesos. Con eso, Amadeo se volvería más rico de lo que era y Pablo seguiría sin pisar la cárcel y fuera del alcance de la justica. Pero el negocio se les vino abajo por la oportuna intervención de la policía que detuvo al ex gobernador en el aeropuerto de Cancún.

En julio de 2010, Amadeo Espinosa armó hasta la médula a un grupo guerrillero de Villahermosa, Tabasco, con el propósito de incendiar las instalaciones del ayuntamiento de Palenque, Chiapas. El objetivo era obligar a las autoridades para que liberaran a Alfredo Cruz Guzmán, amigo de Espinosa Ramos, que meses antes había sido detenido por el millonario atraco a las cajas municipales, siendo además sujeto de investigación por presuntos nexos con el crimen organizado de Tabasco y lavado de dinero.

Amadeo Espinosa dijo que Cruz Guzmán era inocente de los cargos y, por lo tanto, un “chivo expiatorio”.

LA ÚLTIMA PALABRA

La palabra democracia significa “poder del pueblo”. De esta manera, es la sociedad la quien tiene la última palabra en las decisiones del Estado.

Si nadie votó por Amadeo Espinosa en las elecciones pasadas es obvia la repugnancia. Así que estamos a un año de imponer nuestra decisión y hacer valer nuestro derecho para hacer desaparecer la carrera política de este vil personaje que nada más nos ha ultrajado y ha utilizado los cargos legislativos para defender criminales, enriquecerse y tener impunidad. ¡Acuérdese! ¡Chao!

@_MarioCaballero

yomariocaballero@gmaill.com

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