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LETRAS DESNUDAS

01 Febrero 2016

MARIO CABALLERO

HERRÁN: EL DON DE CAMBIAR DE PIEL

Mariano Francisco Herrán Salvatti vuelve por sus fueros en una aventura que pareciera más bien una misión imposible: sacar de la cárcel al ex gobernador de Quintana Roo Mario Ernesto Villanueva Madrid, que volvió a México después de estar por casi siete años en cárceles de Estados Unidos acusado de lavar dinero para el narcotráfico.

Sin embargo, hay un punto de encuentro con la historia entre estos dos personajes que pudiera hacer de esa “misión imposible” un regreso glorioso para Mariano Herrán.

No es casual que el Diccionario del Diablo de Ambrose Bierce se refiera a la desmemoria como un “don que otorga Dios a los deudores para compensarlos por su falta de conciencia”. Y si algo no podemos negar de Herrán Salvatti es el don que tiene para cambiar de piel. Dos dones en una misma persona que lo vuelven a la vez cínico y poderoso.

LA HISTORIA DE HERRÁN

Eran los tiempos de Amado Carrillo Fuentes, conocido como “El Señor de los Cielos” por controlar una flota completa de aviones Boeing 727 para el traslado de cocaína. Fue el jefe del Cártel de Juárez. Era famoso por pasar cuatro veces más droga a Estados Unidos que ningún otro narcotraficante y porque, según la Administración para el Control de Drogas del gobierno estadunidense (DEA, por sus siglas en inglés), ganaba 200 millones de dólares por semana, de los cuales el 10 por ciento era para sobornos.

Amado Carrillo era poderoso e intocable, pues controlaba a la clase política mexicana, a la policía y hasta a los altos mandos del ejército, entre estos el general Jesús Gutiérrez Rebollo, encargado del Instituto Nacional para el Combate a las Drogas de la PGR, aprehendido en 1997 por nexos con el cártel de Juárez.

Mariano Herrán Salvatti llega en sustitución de Gutiérrez Rebollo, abandonando el cargo en la Coordinación General de Averiguaciones Previas de la Procuraduría del Distrito Federal. Al llegar Herrán a la PGR crea la Fiscalía Especializada para la investigación de Delitos contra la Salud, que fue célebre por los errores cometidos en las investigaciones, tal es el caso del llamado “Maxiproceso”, que arremetió contra miembros del cártel de Juárez como Albino Quintero Meraz, Alcides Ramón Magaña, alias El Metro, y Manuel Bifar Tafich, operador financiero de Amado Carrillo.

DE REGRESO EN CHIAPAS

Sin embargo, los fracasos no disminuyeron la fama de Mariano Herrán como zar antidroga, que tuvo resonancia internacional, respaldado por el presidente Ernesto Zedillo e incluso laureado por la DEA. Sale de la PGR al terminar el sexenio de Zedillo y se refugió en Chiapas, su estado natal. Pablo Salazar Mendiguchía, recién nombrado gobernador del estado, lo llama a formar parte de su gabinete, en la Procuraduría General del Estado.

En la procuraduría, y después Fiscalía General de Chiapas, Mariano fue célebre por sus excesos de autoridad, despotismo, con un expediente policial manchado de sospechas y con decenas de denuncias por violaciones a los derechos humanos.

Más allá de garantizar el Estado de Derecho, proteger la vida y el patrimonio de los chiapanecos, Herrán fue el operador de la política represiva de Salazar, modo de hacer justicia nada más comparado con Ignacio Flores Montiel, “El General”, en el gobierno de Patrocinio González Garrido, que simbolizó el terror del poder sobre la voz popular.

Ambos fueron hombres ruines, que arropados de impunidad, acosaron, persiguieron, encarcelaron, inventaron delitos, desterraron, intimidaron a los ciudadanos, usaron chivos expiatorios y violentaron a los líderes sociales, políticos y periodistas.

Una tarde, Mariano Herrán le hizo una llamada telefónica a Pedro Raúl López Hernández para pedirle un encuentro al día siguiente en el campo de golf ubicado en la salida poniente de Tuxtla Gutiérrez, y terminó esa corta conversación diciendo con voz temeraria: “el gobernador ya está hasta la madre de sus pendejadas”.

Pedro Raúl era presidente de la Comisión Estatal de Derechos Humanos de Chiapas y acérrimo crítico del gobierno de Salazar. Al colgar el teléfono, inmediatamente el ombudsman convoca en su domicilio a un grupo de asesores y colaboradores de la comisión para discutir la decisión de acudir a la cita con el procurador que tenía mucho qué ver con su libertad y con su vida.

“Mariano me pidió ir solo, en mi propio coche y sin guaruras. Y que si me sentía indispuesto para manejar dijo que me enviaría un chofer y vehículo porque ya no podíamos seguir con las diferencias”, comentó a su equipo. ¿Por qué tenía que ir solo?

Para nadie era desconocido el poder que tenía Herrán para actuar, maniobrar, coaccionar y amedrentar a todos aquellos que se opusieran al régimen de Salazar, quien lo respaldaba ciegamente.

A López Hernández le aconsejaron no acudir a la cita. Alrededor de las once de la noche de ese mismo día, fue llevado en coche hasta la ciudad de Ocosingo, para luego abordar otro vehículo que lo llevaría a Villahermosa, Tabasco, donde tomó un vuelo hacia la Ciudad de México. Sólo así pudo conservar la libertad y su vida.

El 24 de enero de 2009, Mariano Herrán fue detenido en una lujosa mansión de su propiedad en la colonia Xamaipak, en Tuxtla Gutiérrez, por los delitos de asociación delictuosa, peculado, ejercicio indebido del ejercicio público, entre otros.

Sale libre en septiembre de 2012, exonerado de todos los cargos.

CASO MARIO VILLANUEVA

Después de dos años de ser prófugo de la justicia, Mario Villanueva Madrid fue detenido en el puerto de Cancún el jueves 24 de mayo de 2001. Según reportes de la PGR, Villanueva vestía pantalón color beige, tenía el cabello largo, barba crecida, usaba sobrero de palma y en su poder tenía 143 mil 500 pesos en efectivo, una laptop, varios disquetes y documentos personales.

El caso inició en 1997. El principal ejecutor de las investigaciones y de la construcción del expediente penal fue Mariano Herrán Salvatti, siendo todavía titular en la Fiscalía de Delitos contra la Salud.

En las pesquisas, se supo que el gobierno de Villanueva (1993-1999), en Quintana Roo, le dio facilidades a Amado Carrillo para la “bajada” de aviones, el desembarco y trasiego de cocaína proveniente de Colombia para luego llevarla a la frontera norte del país. También, reportó Herrán, de la existencia de pruebas documentales de las reuniones del ex gobernador y Ramón Magaña en hoteles de Cancún, presuntamente propiedades de Carrillo Fuentes, y en las fincas de Villanueva Madrid.

El 5 de abril de 1999, se expidió la orden de aprehensión en contra de Mario Villanueva, girada por el Juez Cuarto de Distrito en Materia Penal en el Distrito Federal, número 45/99, que lo acusa por delitos contra la salud en sus modalidades de introducción, transportación, extracción de narcóticos y fomento para la realización de dichas conductas ilegales. Y al saber esto Villanueva, huyó.

¿DE VERDUGO A DEFENSOR?

Si alguien sabe del caso Villanueva es Mariano Herrán. De ahí las posibilidades de que la misión imposible tenga esperanzas de llegar a buen término. La pregunta esencial es por qué lo hace. ¿Por qué pasó de verdugo a defensor después de tantos años? La respuesta no da lugar a dudas: regresar al escenario político.

Dice el diputado Carlos Villanueva Tenorio, hijo del acusado, que Herrán no está cobrando un solo centavo por defender a su padre. Pero, obviamente, Mariano no lo hace por ser buen samaritano. A lo que le sigue otra pegunta: ¿en qué se basa Salvatti para asegurar que su víctima puede obtener la libertad cuando aún le quedan por pagar 22 años de cárcel en México por el delito de lavado de dinero?

Cinismo y poder. Con mucha facilidad Herrán se desprendió de su piel de castigador y opresor para enfundarse en la de abogado del diablo. ¿Qué sabe del expediente que nosotros no? ¿Acaso ocultó algo o, peor aún, inventó cargos que nunca existieron y Mario Villanueva fue tan solo otro chivo expiatorio del ex zar antidrogas?

Mariano Herrán sometió a Mario Villanueva a una persecución sanguinaria hasta que logró encarcelarlo para nunca más ser un hombre libre. Ahora vuelve con el orgullo herido asumiendo un papel de defensor que no le queda y no merece. ¿Cuánto durará la humildad y filantropía que estrenó la semana pasada? Su principal y único activo consiste en su conocimiento sobre los detalles del expediente penal.

Pero, a la verdad, es que su simple aparición en tiempos electorales es una ofensa a la sociedad a la que amenaza con volver con ese sentido depredador que siempre lo ha caracterizado, y de no estar mal las suposiciones esto quedará evidenciado si la diosa Impunidad le devuelve a Villanueva su pronta liberación. ¡Chao!

@_MarioCaballero

yomariocaballero@gmail.com

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