17 Marzo 2017.
MARIO CABALLERO
LOS LINAJES POLÍTICOS Y SUS MALDICIONES
En el Otoño del Patriarca de García Márquez el escritor hace una representación vívida de lo que es o de lo que podría ser una dictadura, en donde el protagonista es un líder añoso, corrupto y sanguinario con un poder tan grande como su misma edad (más de cien años), que un día cualquiera pregunta queriendo saber la hora y sus súbditos le contestan “la que usted ordene, mi general”. Nada alejado de la realidad.
La familia es la familia, se dice. Y de acuerdo con que la familia es el mejor lugar en el mundo y el bien más valioso del hombre, cientos de dictadores a lo largo de la historia hicieron de ella auténticas monarquías. Fidel Castro, el mayor ejemplo de lo que es una dictadura con derecho de sangre, dejó la corona en su hermano Raúl, confirmando con ese gesto que el gobierno cubano le pertenece al clan Castro desde 1959.
México tuvo su dictadura con Porfirio Díaz, pero nada más 35 años. Al llegar esto llegó a su feliz término, entró en la política nacional algo similar: la visión dinástica, lo que ha derivado en la integración de gobiernos familiares, de legítimas pandillas que se adueñan del poder como si se tratara de una empresa familiar.
Cuando Raúl Salinas Lozano, padre del ex presidente Carlos Salinas de Gortari, dijo adiós a su sueño de ser Jefe Máximo de la nación en 1963 después de que perdiera la candidatura ante Gustavo Díaz Ordaz y de tener una gran trayectoria dentro del PRI, en los gobiernos emanados del partido y de ser Secretario de Industria y de Comercio con Adolfo López Mateos, comenzó a maniobrar a favor de sus hijos para proyectar sus ambiciones en ellos, Carlos y Raúl principalmente.
En 1979, despegó la carrera de Carlos Salinas siendo Secretario de Programación y Presupuesto con Miguel de la Madrid Hurtado para luego convertirse en Presidente gracias a una falla en la electricidad, a lo que se conoció como “la caída del sistema”. Algunas versiones periodísticas cuentan que el 4 de octubre de 1987, día de su destape, Carlos corrió a la casa de su padre para declararle que el día anhelado había llegado: “tardamos 25 años, pero llegamos”. La frase quedó para la historia de esta dinastía política y para otras que siguieron su ejemplo a lo largo y ancho del país.
LAS CASTAS CHIAPANECAS
Si bien Salinas Lozano no veía llegar a la presidencia a su hijo predilecto –Raúl Jr.-, al menos uno de sus vástagos llegaba a la cúspide del poder, lo que significaba la afirmación de la riqueza, importantes negocios, privilegios y redes de mando sin límites para la familia Salinas.
Esta lección de vida se reafirma en Chiapas, donde a la par de los tejemanejes que se hacen para catapultar a los retoños pareciera que el oficio político también es cuestión de genética.
Si de alguien estamos orgullosos los chiapanecos es de Don Belisario Domínguez Palencia, un médico que con inteligencia, patriotismo y buena política hizo perdurar su nombre en la memoria nacional. Y no es sino dos generaciones adelante que su nieto Absalón Castellanos Domínguez (q.e.p.d.) triunfó en la política poniendo el apellido Domínguez nuevamente en las marquesinas al convertirse en gobernador del estado por el periodo 1982-1988.
Hasta nuestros días el abuelo es estimado como un héroe de la patria, y el general Castellanos como un gobernante ingenuo que estuvo seis años en un día de campo, cortando florecitas.
Su sucesor fue José Patrocinio González Blanco Garrido, hijo del también gobernador de Chiapas Salomón González Blanco.
Patrocinio fue senador de la República de 1982 a 1988, en este último año fue elegido gobernador para todo un periodo en el que fue acusado de autoritarismo, corrupción, genocidio, asesinatos de homosexuales y fue considerado el causante de agravar las condiciones que motivaron el levantamiento del EZLN. El 4 de enero de 1993, el ex presidente Carlos Salinas lo nombró Secretario de Gobernación y lo destituyó por la crisis en Chiapas el 10 de enero de 1994, apenas una semana después de iniciado el conflicto.
Juan Sabines Gutiérrez, El Ciclón del Sureste, fue nieto del político militar Joaquín Miguel Gutiérrez Canales, prócer chiapaneco que fue gobernador del estado en varias ocasiones, elegido por primera vez en 1830, y es símbolo de la mexicanidad por su contribución en las gestiones que lograron la federación de Chiapas a México.
Sabines Gutiérrez es un político bien recordado. A él le debemos la transformación de Tuxtla Gutiérrez y la construcción de importantes edificios como el Palacio de Gobierno, el Congreso del Estado, el Teatro de la Ciudad “Emilio Rabasa”, el zoológico “Miguel Álvarez del Toro”, el Museo de Antropología, por citar algunos. Y tan querido fue que en el quiosco frente a Palacio Federal las vendedoras de tacos de cochito todos los días le prenden su veladora.
Entre la comunidad cinéfila hay un dicho de que “las segundas partes nunca son buenas”, y el hijo del ciclón, Juan José Sabines Guerrero, no lo fue.
Sabines Guerrero continuó con la tradición familiar y llegó a la gubernatura del estado el 8 de diciembre de 2006, pero lo hizo traicionando al PRI, partido al que perteneció su padre hasta el día de su muerte. Y en contraste con lo que significaron sus ascendientes para los chiapanecos, él condujo al estado sin un proyecto de gobierno confiable, con improvisaciones, viciado y terminó dejando una deuda de más de 40 millones de pesos. Lo peor es que de ese dinero no hay ni siquiera una sola obra social.
El apellido Velasco siempre ha sido de abolengo y prestigio. El insigne neurocirujano Manuel Velasco Suárez gobernó Chiapas de 1970 a 1976, y fue impulsor del desarrollo, la salud y la educación en la entidad, entre sus grandes méritos está la fundación de la Universidad Autónoma de Chiapas. Falleció cuando el actual gobernador Manuel Velasco Coello era apenas un niño, así que El Güero no llegó al éxito con la ayuda de su abuelo ni por influencias familiares, sino por cuenta propia, echando mano de la cultura del esfuerzo, brillando con luz propia para seguir poniendo el apellido en alto. Podríamos decir que la política corre por sus venas.
CUANDO LA HISTORIA SE REPITE
La dinastía de los Albores, Robledo y Melgar tienen una historia en común que vuelve a repetirse pero ahora en los hijos.
Roberto Albores Guillén fue gobernador del estado del 7 de enero de 1998 al 8 de diciembre de 2000. Eduardo Robledo Rincón también lo fue, pero solo por 69 días, ya que el ex presidente Ernesto Zedillo lo destituyó por ser una pieza incómoda para las negociaciones en la guerrilla zapatista y en cambio lo tituló como Secretario de la Reforma Agraria para después mandarlo a Argentina como Embajador de México. Y Antonio Melgar Aranda siempre quiso serlo, aunque la cúpula del PRI y el poder central se lo impidieron.
Ahora, los tres tienen a sus hijos en el Senado de la República: Roberto Albores Gleason por el PRI, Zoé Robledo por Morena y Luis Armando Melgar por el PVEM. Y desde ya están operando para que sus vástagos puedan ascender al poder.
¿Qué sentido de responsabilidad deriva de una guerra que inició hace años cuando los padres de los posibles futuros gobernadores aún eran jóvenes? A veces nunca se sabe. ¿De qué guerra hablo? En las próximas publicaciones se lo contaré.
Lo cierto es que privilegiar una visión dinástica no siempre es favorable, porque como en algunos de los casos antes relatados (Castellanos, González, Sabines) lo que se aproxima podría tener consecuencias muy serias para la gobernabilidad de Chiapas y un efecto negativo para los chiapanecos, sobre todo cuando lo que se persigue es el poder por el poder mismo y desfogar los sentimientos de frustración y venganza, como al parecer ocurre en dos (Melgar y Robledo) de las tres castas políticas en disputa.
POLÍTICA PARA ACAPARADORES: Si Hugo Armando Aguilar Aguilar es un funcionario que ya apesta y estorba en la Universidad Autónoma de Chiapas, según comentarios de los académicos, administrativos y alumnos, ¿por qué sigue estando en la Secretaría General después de tres periodos rectorales y –peor aún- cuando fue Juan Sabines Guerrero quien lo impuso?
PARA MAGDALENA
IMPORTANTE el cabildeo político de la diputada Sasil de León Villard que recientemente aprobaron su iniciativa en San Lázaro mediante la cual se crean los Sistemas Municipales para garantizar el Derecho de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia. Este es un paso vital dado el incremento que ha habido los últimos años en cuanto a los crímenes de género. Genial… ¡Chao!
@_MarioCaballero
yomariocaballero@gmail.com