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LETRAS DESNUDAS

02 Agosto 2017

MARIO CABALLERO

LA OTRA HORA

¿Hay una forma de entender la devastación de los últimos años? Sí, la falta de justicia y la complicidad entre el crimen y el gobierno. Por eso, en estados como Nuevo León y Tamaulipas, al no haber autoridad que detenga los homicidios y la impunidad, ya se hizo tradición encender velas negras para pedir por las “cosas difíciles”. Quien responde a esas plegarias es la dama del velo: la Santa Muerte.

No hay nada más terrible para una sociedad que la inseguridad y la injusticia. Nada más en el último año la seguridad en México empeoró 4.3%, según el Índice de la Paz México 2017. En la turbulenta hora mexicana, Guerrero es el estado con mayor incidencia delictiva, con una tasa de homicidio de 62 muertes por cada 100 mil habitantes. En esa lista negra le siguen Colima, Sinaloa, Baja California y Baja California sur.

Por otro lado, México ocupa el segundo lugar con mayor impunidad en el mundo, sólo por debajo de Filipinas. Pues el 91 por ciento de los delitos quedan impunes y sólo el 9 por ciento de ellos obtienen castigo por parte de las autoridades judiciales. Siendo Quintana Roo la entidad con mayor impunidad en el país, seguida por el Estado de México, Baja California, Durango y Tamaulipas.

Después de haber sido un estado convulsionado por el crimen, la deficiente impartición de justicia y la dejadez gubernamental, Chiapas superó los años de la inseguridad con astucia, trabajo y buenas políticas.

A finales de septiembre de 2016, el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI), informó que Chiapas es el estado más seguro de la república, teniendo los primeros lugares a nivel nacional con menor tasa de delitos y de víctimas por cada cien mil habitantes. Aunque, ciertamente, hubo un tiempo en que los chiapanecos no sabían a quién temerle o de quién protegerse, si del temible bandido que asecha detrás de las sombras o del policía uniformado y con tolete en mano.

LA FISCALÍA

La Fiscalía General de Justicia del Estado que encabeza Raciel López Salazar ha sido pieza fundamental para el logro de tan loable resultado. Hoy estamos seguros y confiamos en el sistema de justicia porque se ha trabajado mucho en la seguridad de los chiapanecos. Pero antes vivimos en el desamparo. La extinta Procuraduría fue una institución de terror usada para la represión y el crimen. Aquel ciudadano común que acudía a pedir ayuda se topaba con la inoperancia de la autoridad.

Célebre es el caso del abogado Pedro Raúl López Hernández, el ombudsman que padeció la mano dura del ex fiscal Mariano Herrán Salvatti (q.e.p.d.). Fue golpeado, amenazado de muerte y hasta balearon su casa. Bajo las órdenes de Pablo Salazar Mendiguchía, Herrán operó para que López Hernández fuera silenciado, pues era el más acérrimo crítico del gobierno salazarista. Desde ahí, la antigua Fiscalía, se fraguaron desapariciones forzadas, encarcelamientos, destierros y muertes. Se presume que en el gobierno 2000-2006 hubo más de cien asesinatos.

Con años de trabajo arduo y dedicación, el abogado Raciel López conoció a detalle la descomposición que permitió que las complicidades en los mandos locales ejercieran el monopolio de la violencia y los abusos de poder. Pero cuando hizo la asepsia, el organismo se convirtió en un instrumento de equilibrio entre los Poderes del Estado y entre la sociedad y el gobierno.

La Fiscalía ha dado puntual cumplimiento a los acuerdos del Sistema Nacional de Seguridad Pública para que la sociedad tenga confianza en los servidores públicos encargados de procurar justicia. El personal es examinado continuamente para verificar que cumpla con los principios de legalidad, honradez, lealtad, imparcialidad y eficiencia.

Recientemente, por ejemplo, trabajadores de las Fiscalías de Distrito Metropolitano, Centro y Altos, asimismo de Justicia Indígena, Derechos Humanos, Fiscalía de la Mujer, Trata de Personas, Sistema Penal Acusatorio y del Centro de Justicia para las Mujeres fueron capacitados en psicología forense. Aprendieron la importancia de esta ciencia y cómo auxilia en la estructura e integración de un dictamen y en cómo llevar a la justicia a los responsables.

Un dato interesante. Por la diligente instrucción en psicología forense, que es una rama de las especialidades médicas cuya finalidad es asistir en la solución de procesos de orden judicial, se resolvió uno de los casos más controvertidos del año.

HABITACIÓN 49

En la madrugada del 8 de julio de 2017, seis personas ingresaron a la habitación 49 del hotel Troya, en Tuxtla Gutiérrez. Llegaron en un solo vehículo. Venían de una noche de diversión en un antro ubicado en la 16 poniente norte, donde bailaron, rieron y se tomaron unas copas. La capital de Chiapas está certificada como ciudad segura. Así que ellos pensaron que sería una lástima no disfrutarla.

De las seis personas tres eran hombres. Se reunieron en el antro y ahí fue donde conocieron a las chicas. Después de una buena velada al calor del alcohol y la excitación, decidieron seguir la fiesta en otro lugar. Pagaron la cuenta, se subieron al automóvil y se pusieron en marcha rumbo al hotel. Pero nadie se imaginó que pronto estarían de cara al horror. Como en las películas de Hitchcock, la historia no terminó en final feliz.

Una vez en el cuarto, siguieron bebiendo y tuvieron sexo. Más tarde, uno de los tres varones identificado como Marco Antonio “N” relató que una vez que llegaron del antro se tomó unas cuantas cervezas y se acostó con una de las tres mujeres. Pero minutos después se comenzó a sentir mareado y perdió el conocimiento. Al despertar notó que tenía una herida en la cabeza y que uno de sus amigos estaba acostado en la cama. “Supuse que estaba dormido”, dijo. El tercer hombre ya no estaba y tampoco ninguna de las muchachas. También le habían robado sus pertenencias.

Desesperado, Marco Antonio salió corriendo de la habitación 49 para pedir ayuda. No sabía qué hacer. Un empleado del hotel que se lo encontró en el paso lo socorrió. “¿Está todo bien, señor?”, preguntó. Lesionado como estaba, no supo qué contestar. El joven trabajador tomó el teléfono de la oficina y marcó el número de emergencias. Un breve lapso más tarde, los agentes policiacos y ministeriales le dijeron que su amigo había muerto.

INVESTIGACIÓN Y CAPTURA

Al darse a conocer el fallecimiento de Luis Alberto Nájera, la Fiscalía de Distrito Metropolitano a cargo de Neri León Aragón, realizó una serie de entrevistas a amigos, conocidos y familiares de la víctima. También fueron investigados los dos hombres que lo acompañaron aquel sábado 8 de julio, los trabajadores del bar y los empleados del auto hotel.

Al practicarle la Necropsia de Ley, la Dirección General de Servicios Periciales de la Fiscalía General concluyó que Nájera murió de infarto masivo al miocardio. Además, afirmó que su cuerpo no presentaba ninguna lesión física, ni golpes, ni cortaduras, ni heridas por arma de fuego. Los peritos de criminalística de campo, completamente certificados, reportaron que en el cuarto del hotel no había indicios de que hubieran utilizado algún tipo de arma, por lo que se construyó la hipótesis de que el infarto fue provocado por el uso de sustancias en la bebida.

En el deshago de las pesquisas, la Fiscalía de Distrito obtuvo los videos del circuito de vigilancia del bar, donde se observa a las seis personas compartiendo y el momento en que se retiran del lugar. Igualmente tuvo acceso a los videos del hotel Troya. Es clara la imagen del ingreso del vehículo y la salida de éste minutos después: una vez consumado el crimen.

Luego de la investigación, el Juez de Control giró la orden de aprehensión en contra de Estefanía “N”, presunta asesina de Alberto Nájera, que fue detenida el día 26 de julio por elementos de la Fiscalía General. Estefanía, que se hace llamar Cinthia, es originaria de Tamaulipas y se dedica a la prostitución. Al igual que sus dos compañeras.

En este momento está recluida en el penal El Amate, donde enfrenta el proceso por los delitos de homicidio y robo.

Así es la nueva Fiscalía General de Justicia del Estado. Más profesional y comprometida con la protección y seguridad de los chiapanecos.

“Reconocer el horror es el primer paso para superarlo”, escribió Heiner Müller. De este modo llegó la otra hora, la de la justicia. Llegó porque el abogado Raciel López tuvo la entereza para cambiarla. ¡Chao!

@_MarioCaballero

yomariocaballero@gmail.com

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