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LETRAS DESNUDAS

06 Octubre 2017.

MARIO CABALLERO

ZONAS ECONÓMICAS ESPECIALES: ¿QUÉ SON, PARA QUÉ SIRVEN?

Como en 1985, septiembre quedará guardado en un lugar especial de la memoria de los mexicanos. Hubo dos terremotos, cientos de muertos y miles de millones de pesos en daños materiales. A parte del sufrimiento y el dolor de las familias, por supuesto. Pero también sucedió algo importante que no ha recibido la debida atención por estar absortos en la crisis del momento: la puesta en marcha de las Zonas Económicas Especiales.

Hace una semana, el presidente Enrique Peña Nieto firmó el decreto para la creación de Puerto Chiapas como una de las tres primeras Zonas Económicas Especiales (ZEE) del país, que tiene el objetivo de atraer mayores inversiones a esta región que por décadas ha estado relegada. A su vez, esto buscará reducir los niveles de pobreza y marginación de los chiapanecos.

CHINA Y LAS ZEE

Las ZEE tienen su antecedente en China. Fueron creadas en 1978 por el ex presidente Den Xiaoping que buscaba atraer capitales extranjeros para generar empleos y combatir la pobreza. Han sido durante ya casi 40 años uno de los principales motores de desarrollo económico de esa nación, cuyas tasas de crecimiento promedio han rondado entre el 8 y 10 por ciento en los últimos años. Eso cuando México ha tenido un crecimiento entre el 2.5 y 3.2% en 2015 y 2016.

Según cifras del Banco Mundial, China es la segunda economía más grande del mundo sólo por detrás de Estados Unidos, con un valor de 11 billones de dólares que representa el 14.8% de la economía mundial. De 1978 a 2004, redujo la tasa de pobreza extrema de 67 a 17 por ciento. Ese logro es en gran medida por las Zonas Económicas Especiales.

Antes de 1978, los niveles de miseria en la población china eran alarmantes. Quizá igual o superiores a las de algunos municipios de Chiapas, Oaxaca y Guerrero. Las ZEE iniciaron en seis ciudades y funcionaron con tal éxito que hoy están establecidas en más de mil quinientas urbes de la costa, del interior y de las fronteras del país asiático. Es a través de ellas que se explica el liderazgo de China en las exportaciones y el crecimiento económico tan dinámico que ha tenido.

Por otro lado, por las ZEE China se ha erigido como el mayor receptor de inversión extranjera directa con un promedio de 71 mil millones de dólares anuales. En contraste, México obtuvo 28 mil 964 millones de dólares de inversión extranjera directa en 2016.

En la actualidad, el 50 por ciento del Producto Interno Bruto de China es generado por las ZEE, que siguen expandiéndose. Su auge productivo ha tenido un fuerte impacto que ha demandado al Gobierno la construcción de aeropuertos, carreteras, nuevos caminos, puertos y ferrocarriles para movilizar los insumos y los productos terminados a todos los rincones del mundo.

Así es como Shenzen, Shanghái, Yantian, Hainan, entre otras, se han convertido en ciudades que viven de la exportación de sus productos. Hoy, la economía china promete seguir expandiéndose con procesos más sofisticados, con la ejecución de nuevas tecnologías.

¿QUÉ SON?

Las ZEE son áreas delimitadas geográficamente que cuentan con ventajas legales para que puedan desarrollarse. El objetivo de crearlas es con el afán de democratizar la productividad para que sus habitantes tengan las mismas posibilidades de progreso y bienestar que los del resto del país.

El que originó esta idea en México y trabajó incansablemente hasta que lograra convertirse en ley, fue el senador chipaneco Roberto Albores Gleason.

En 2013 subió a Tribuna en el Senado de la República y dijo: “México cuenta con una política nacional única que no toma en cuenta ni atiende las limitantes de crecimiento más apremiantes de las regiones pobres, con lo que se acrecienta la brecha de desigualdad”. Es correcto.

Por muchos años se ha dicho que en México el Norte trabaja, el Centro piensa y el Sur descansa. En ese sentido se ha llegado a creer que existen dos Méxicos, donde conviven la prosperidad y la miseria; la modernidad y el rezago. El elemento común ha sido la indiferencia gubernamental.

Informes recientes dicen que Chiapas tiene cinco décadas de atraso. Todos los años saca los primeros lugares en pobreza y marginación y el último en rendimiento educativo y calidad de vida. En 2016, el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL) reportó que el 77.1 por ciento de la población chiapaneca es pobre, casi un millón 500 mil habitantes están en situación de pobreza extrema, más de un millón no tiene acceso a una alimentación diaria y un millón 300 mil no tienen casa propia. Chiapas no descansa, sino duerme.

Por eso la Zona Económica Especial en Puerto Chiapas no sólo es una oportunidad de crecimiento, sino de vida para miles de familias chiapanecas.

En marzo de 2013, Albores Gleason puso los cimientos de la Ley Federal de Zonas Económicas Especiales al proponer la creación de la Agencia de Desarrollo para el Crecimiento Económico, que velaría entre otras cosas por la generación de empleos y la creación de empresas de alto valor agregado en los estados del país con bajos ingresos y poco crecimiento, entre estos Chiapas, Guerrero, Oaxaca, Hidalgo, Tlaxcala y Veracruz.

Dicha agencia –planteó Albores- dispondría de una serie de instrumentos que distintas dependencias de los tres niveles de gobierno deberían proveer, como programas de capacitación y especialización tecnológica y de asesoría para la elaboración de planes de negocio. Con el paso de los meses, esta idea creció y pasó de visualizar una simple institución a confeccionar una Ley que igualara las condiciones de oportunidad y desarrollo en los sectores más pobres del país.

Fue en 2014 que el presidente Peña Nieto retomó la idea del senador Roberto Albores de crear la Agencia de Desarrollo, que en concreto es el núcleo de las hoy ZEE. Durante ese año fueron muchas las mentes, las manos y los organismos públicos y privados que trabajaron en lo que ya se veía como “un gran acierto”, según palabras del presidente del Consejo Coordinador Empresarial, Gerardo Gutiérrez Candiani, pues es en realidad una iniciativa que recoge las preocupaciones de los empresarios que promoverá, al mismo tiempo, inversiones históricas en varias regiones de México.

A finales de septiembre de 2015, el Ejecutivo nacional presentó la iniciativa de la Ley Federal de Zonas Económicas Especiales que también fue impulsada por el entonces secretario de Hacienda Luis Videgaray, que contó con la colaboración del Banco Interamericano de Desarrollo, el Banco Mundial y la Universidad de Harvard. También colaboraron legisladores, empresarios y académicos de prestigio.

 

En ella se contempló una inversión en infraestructura cercana a los 115 mil millones de pesos para la construcción de gasoductos, ferrocarriles, carreteras, aeropuertos, puertos y logística. Para la puesta en marcha y en el correcto curso del trabajo participarán seis secretarías de Estado: Energía, Hacienda, Desarrollo Agrario, Agricultura, Desarrollo Social y Economía. Sin duda proponer la ZEE fue el primer paso del gobierno federal para pasar del insustancial asistencialismo a la productividad como medio para combatir la pobreza.

En ese momento, a iniciativa de Roberto Albores Gleason se consideró la exención en el Impuesto Sobre la Renta (ISR) para los primeros siete años a partir de la fecha de inicio de las operaciones comerciales. Asimismo, el documento presentado por el senador priista señala facilidades en las inspecciones aduaneras, la coordinación de órganos de gobierno en las políticas públicas de las ZEE y la instauración de la Agencia de Desarrollo para el Crecimiento Económico. Esto ya es un hecho.

MÉRITO DE ALBORES

“Dad al César lo que es del César”, dijo Cristo a los apóstoles. La Primera Declaratoria Presidencial de Zonas Económicas Especiales, específicamente la de Puerto Chiapas, en la que se asegura una inversión inicial de 5 mil 300 millones de dólares y la creación de 12 mil empleos, es mérito del trabajo y la insistencia del Roberto Albores Gleason.

Un líder se consagra no sólo por lo que puede inspirar, sino también por sus logros. Quizá Den Xiaoping nunca se imaginó que su creación (ZEE) convertiría a China en una potencia mundial. Pero ¿quién puede adivinar el futuro? Si no quita el dedo del renglón en lo que fue y es su idea, Roberto Albores puede ser la persona que pensando en un mejor futuro para su estado logre un cambio en la historia de su país. ¡Chao!

@_MarioCaballero

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