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LETRAS DESNUDAS

07 Octubre 2017

MARIO CABALLERO

NUESTROS CÍNICOS POLÍTICOS

La eliminación del financiamiento público a los partidos políticos pasó de ser un tema de justicia social a carroña electoral. Se ha convertido en un juego para ver quién toma mayor ventaja de la situación y de las necesidades de la gente. Es, quizá, hasta populismo.

En términos claros, ¿qué significa finalmente quitarle los recursos a los institutos políticos? ¿Es un acto de congruencia con la realidad mexicana o la simple privatización de las elecciones? Para el caso viene siendo lo mismo. Mientras por un lado se “tratará” de darle un mejor uso a esos recursos para que no terminen en execrable basura electoral, por el otro se abre esa puerta que permanecía entrecerrada para que gente del crimen organizado y grandes empresarios no se apoderaran de los partidos.

Entonces, ¿conviene? Observemos los números bajo su clara sombra.

En 2006, los organismos políticos recibieron 2 mil 68 millones de pesos para gastos ordinarios y otra cantidad igual para sufragar el costo de las campañas electorales de ese año. Según fuentes oficiales, se entregaron otros mil 902 millones de pesos a los partidos en los estados. Sumando las tres partidas resulta la friolera cantidad de 6 mil 38 millones de pesos que jamás fueron utilizados para la promoción de proyectos de gobierno, para el planteamiento de propuestas ni para verter puntos de vista articulados, sino llanamente para desprestigiar a los oponentes.

Para el anhelado 2018, partiendo de los supuestos de la Constitución y las leyes secundarias, serán repartidos 11 mil 904 millones de pesos para los mismos tres rubros. Si hacemos los cálculos y actualizamos los números de 2006, la cifra sería de 7 mil 595 millones de pesos, es decir, para las próximas elecciones el gasto de los partidos incrementará en un 26 por ciento. ¡Qué injusticia!

¿Sabe cuánto incrementó la inversión en salud durante el periodo 2006-2017? Un insultante 3.9 por ciento. ¿Cuánto en educación? Nada más en este 2017 se redujo en un 14.49% respecto a lo destinado el año anterior. Si la participación de la educación en el presupuesto total de 2016 fue de 6.4%, este año tan sólo fue del 5.5 por ciento.

No podemos llamarnos a autoengaño. Las cifras son prueba de que la clase política, desde el Presidente de la República hasta los legisladores que aprueban el gasto público, poco o nada le interesa el desarrollo del país. Buscan el poder sólo para acrecentar sus patrimonios personales y el engordamiento de las cuentas bancarias (le ruego una disculpa por repetir la maldita obviedad).

Ahora bien, si el financiamiento público a los partidos ha servido durante décadas nada más para enriquecer a los políticos, ¿cómo entender que hoy se estén peleando por renunciar a él?

ARRIBISMO Y CORRUPCIÓN

Desde luego, el polémico tema tiene varias aristas. Veamos una de éstas.

En Chiapas, ¿quiénes son los más insistentes en que todos los partidos renuncien al financiamiento público y quiénes son los que se oponen?

Prescindir del dinero del pueblo para mantener las actividades partidistas y sobre todo las campañas políticas pone en gran desventaja a los partidos pequeños y a los aspirantes poco conocidos y de pocos recursos. Alguien con experiencia en el servicio público, de larga trayectoria política y con varios años encima recorriendo el estado, es un rival casi invencible para aquellos que comienzan a dar sus primeros pasos en el arte de gobernar.

Las redes sociales juegan un gran papel respecto a publicidad, pero no todos tienen acceso a ellas. Es así que darse a conocer en los lugares más apartados requiere de mucho dinero. Ahí está la desventaja.

El filósofo alemán Lichtenberg, escribió: “Un libro es como un espejo: si un mono se asoma a él, no puede ver reflejado a un apóstol”. Lo mismo sucede con los actos de justicia: si un político desprestigiado se asoma a ellos, no puede ver reflejado a un estadista, ni siquiera a un defensor de los derechos de la sociedad. Verá a un cínico.

En el PRD podrán dar lecciones de moralidad y abundantes explicaciones al respecto, como su dirigente estatal César Espinosa Morales que ha descargado toda su sabiduría para decir que la eliminación del beneficio económico pondría el “piso disparejo” para los partidos de oposición en las próximas elecciones. Pero ¿qué le preocupa?

De llegarse a consumar la exigencia, César Espinosa y los más altos mandos en el PRD pueden disponer de recursos estatales a través del Colegio de Estudios Científicos y Tecnológicos del Estado de Chiapas (CECYTECH), que durante los últimos años él y su hermana Olga Luz Espinosa Morales lo tienen convertido en un feudo familiar.

Desde 2014 los trabajadores del CECYTECH vienen denunciando a Olga Luz de hacer despidos injustificados, cambios de funciones y de adscripciones y de introducir en la nómina del Colegio a militantes del PRD que cobran un sueldo sin trabajar.

Otra muestra de que no le faltará dinero público a César Espinosa para financiar su campaña son los supuestos desfalcos al instituto educativo mediante el pago de facturas de dudosa procedencia. Como la nota por servicios de capacitación con fecha 11 de noviembre de 2015, por 15 millones 963 mil pesos, que fue pagada al Colegio Mexicano de Doctores y Maestros en Educación, A.C. cuyo propietario es el perredista Gilberto de los Santos Cruz, amigo íntimo del dirigente César Espinosa.

Otro al que la abolición del financiamiento a los partidos le hace lo que el viento a Juárez, es Miguel Ángel Córdova Ochoa, conocido como el “Amigo Migue”.

Córdova Ochoa creció política y económicamente en el sexenio de Juan Sabines Guerrero. Protegido por Nemesio Ponce Sánchez se adueñó de la Secretaría de Desarrollo y Participación Social (SEDEPAS) y gozó de impunidad para abusar de los recursos de la dependencia.

Lo primero que hizo fue inflar la nómina de aviadores con familiares y amigos. A Ana María Castillejos Castellanos, su nuera, la ubicó con un súper sueldo quincenal sin trabajar. María José Castillejos, hermana de la primera, gozó del mismo privilegio. Juan Jiménez Sánchez, del que se dice es un pervertido que acosa a las secretarias sin importarle si están casadas, sigue incrustado en la jefatura de Recursos Humanos y es una pieza clave con la que supuestamente Miguel Ángel Córdova sigue saqueando al organismo.

De ahí saltó a la dirigencia estatal del Partido Chiapas Unido, donde abusando de su autoridad ungió a su hijo José Miguel Córdova García como líder municipal del organismo, teniendo éste apenas 19 años de edad y ninguna experiencia política. Para la toma de protesta, el Amigo Migue obligó a las beneficiarias del Programa Prospera a acudir al evento.

De igual manera impulsó a su hijo Emmanuel de Jesús Córdova García para que se convirtiera en presidente municipal de La Concordia, localidad que Miguel Ángel Córdova había gobernado en el periodo 2002-2004. Pero Emmanuel no gobierna, sino su padre. El muchacho tan sólo es un borrachín con cara de perdonavidas que firma los cheques y mantiene bajo amenazas a los opositores de su padre. El manejo de los recursos, obviamente, queda en familia.

En 2018 pretende imponer en la misma alcaldía a su hijo José Miguel, y es claro que tendrá dinero público salido del Ayuntamiento de La Concordia y de SEDEPAS para financiar las campañas electorales.

El político verdecologista Mariano Rosales Zuarth ha declarado su intención de buscar por tercera ocasión la alcaldía de su natal Villaflores. En su megalomanía y prepotencia, dice que no le preocupa que las elecciones venideras sean desprovistas de recursos públicos. Es lógico.

Rosales Zuarth es director general del CONALEP en el estado de Chiapas. Además del desprestigio institucional y la baja calidad educativa, recientemente fue acusado del presunto desvío de 500 millones de pesos a través de una empresa de outsourcing. Cuentan que en la zona de la frailesca ha sido visto comprando el voto de la ciudadanía a favor de otros aspirantes del PVEM y para sí mismo.

EL CINISMO

Nuestros políticos son unos cínicos. Prometen construir un puente aunque no haya río. Como ahora que se desgarran las vestiduras por demostrar que tienen un corazón que se solidariza con los damnificados de los sismos. Entretanto hay detrás de esas supuestas buenas intenciones una trampa. Por eso para entenderlos mejor, Carlos Monsiváis escribió: “Ya no le diga cinismo. Dígale sinceridad”. ¡Chao!

@_MarioCaballero

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