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LETRAS DESNUDAS

15 Diciembre 2017

MARIO CABALLERO

LA HISTORIA COMENZÓ EN CHIAPAS

Ayer fue un día histórico para la política mexicana. Primeramente porque el PRI hizo la hazaña de ir en contra de su propia tradición y presentar como precandidato a la Presidencia de la República a alguien que no pertenece a su militancia y que ni siquiera es político. Segundo, porque la precampaña dio inicio en uno de los estados más emblemáticos y pobres del país. Tercero, porque estamos ante la posibilidad de ser gobernados por primera vez en la vida nacional por un presidente ciudadano.

José Antonio Meade Kuribreña inició su precampaña el primer minuto del jueves 14 de diciembre en San Juan Chamula, Chiapas, donde portó el atavío tradicional de los indígenas de ese municipio. Lo más interesante no es el arranque de la competencia, sino los mensajes que envía.

Si ponemos atención en el origen, surgimiento y el contexto que rodea al personaje veremos que nos dice que el modelo antiguo dejó de funcionar, que proponer a políticos para construir los gobiernos no garantiza prosperidad, desarrollo y paz social para el pueblo, y que incluir a no-políticos constituye ahora una nueva etapa política que se cree es capaz de trascender fronteras.

FRASES Y SIMBOLISMOS

Más allá de todo lo que pueda decirse del arranque de precampaña de José Antonio Meade y de su excelente currículum, trataré en este espacio de dar una brevísima explicación a sus frases más sobresalientes. Lo haré como escribió Rousseau en su Carta al Señor d´Alambert, que preconiza una sociedad de la transparencia donde se actúe con franqueza y vigilancia recíproca: “Bajo los ojos del público, censor nato de las costumbres de los otros”.

–       “Estamos hoy donde empieza México. Comienza aquí por nuestros orígenes, por nuestras raíces indígenas, por nuestro patrimonio cultural”, dijo.

A muchos sorprendió que Meade Kuribreña haya iniciado su precampaña en Chiapas y no en Campeche, donde el mandatario es un joven priista y gran amigo de Enrique Peña Nieto. Por un momento se llegó a pensar que el gobernador Alejandro Moreno sería elegido candidato por el dedo del presidente. Tampoco la emprendió en el Estado de México, que siempre ha sido bastión del PRI.

Entonces, ¿por qué en Chiapas que es gobernado por el Partido Verde Ecologista de México? ¿Será acaso porque fue uno de los cinco estados de la República que más votos logró para la victoria de Enrique Peña en 2012? No lo creo. Lo más lógico es creer que fue un logro de Manuel Velasco Coello, que ha tenido la capacidad de convertir al estado en la fuerza electoral más poderosa del PVEM en el país, con mayoría en el Congreso del Estado y gobernando en gran parte de los municipios.

Hacer especulaciones en la política es una pérdida de tiempo. Pero ¿habrá un mensaje para el PVEM en Chiapas y especialmente para quien se perfila como el candidato más apto y reconocido de ese partido en el estado, Eduardo Ramírez Aguilar? En unos días sabremos la respuesta a esta singular pregunta.

–       “San Juan Chamula representa el México diverso y plural que nos enriquece. Representa también al mexicano que todos los días se esfuerza por sacar adelante a su familia”, dijo Meade.

Mientras el Congreso Nacional Indígena se esfuerza por lograr la candidatura independiente de María de Jesús Patricio, indígena nahua de Tuxpan, Jalisco, José Antonio Meade, nacido en una casa de clase media, incluyó a los indígenas en su proyecto de gobierno y enalteció su historia e importancia como parte primordial de nuestras raíces.

Eso sin duda habla de una congruencia política del precandidato priista, que no buscó primeramente rodearse de empresarios, de los grandes magnates de la industria, ni de intelectuales, ni iniciar su carrera en algún centro político por excelencia; quiso sentir el dolor de la gente pobre, y no hay gente más pobre que los indígenas. Prefirió conocer dónde viven, cómo viven y qué necesitan para salir adelante en este país que durante décadas les he negado el acceso a la prosperidad, la vida digna y las oportunidades.

–       “Quiero ser presidente para cerrar las brechas que nos separan entre el México que somos y el México que soñamos: un México con seguridad y con justicia, un México con alimento en cada mesa familiar”, comentó.

México era tan amable que hasta el águila del escudo nacional pidió permiso para posar, según explica una canción. Ese México amable ya no existe. Está convertido en una fiera por los desencantos de la política; está decepcionado, dolido por la corrupción e indolencia de sus gobernantes. Está manchado de sangre por una absurda guerra contra el narcotráfico que debió terminarse o al menos ser rediseñada desde hace muchos años.

La intención de José Antonio Meade es buena, llevarnos nuevamente a un clima de seguridad y justicia, y que todos tengamos un medio para ganarnos la vida. Sin embargo, antes de eso tendrá que enfrentarse al gran reto de vencer la incredulidad ciudadana, que es una tarea ingente que no cabe en los discursos y en las ofertas de precampaña. Requiere de acciones contundentes e inmediatas que abatan la inseguridad, pobreza y liberar a la sociedad de la corrupción y la impunidad.

 

Si primero no logra obtener la confianza de la gente, será imposible alcanzar el México que soñamos.

–       “Un México que le apueste a la educación y a los jóvenes. Un México que mejore su ambiente, un México que busque en el mundo las mejores oportunidades, éste es el México que merecemos”, dijo.

José Antonio Meade no nació en una cuna de oro, pero supo hacerse de los conductos para prepararse académicamente y ser todo un profesional. Debido a su capacidad intelectual y los resultados de su trabajo en el servicio público, fue considerado hace unos años como uno de los hombres más influyentes del mundo. Por lo tanto, como José Vasconcelos, identifica que es la educación la vía más favorable para alcanzar el desarrollo de los mexicanos y del país entero. No sólo eso, pues tiene la experiencia y los conocimientos para reelaborar la Reforma Educativa y establecer espacios de trabajo junto con el magisterio.

Tomemos en cuenta que antes de que Japón se convirtiera en una de las potencias económicas más grandes de la actualidad, le invirtió cantidades enormes de recursos financieros y humanos a la educación de los niños y jóvenes. De tal manera, ha llegado el momento de que México haga lo propio y se deje de revanchismos y caprichos políticos en materia educativa.

–       “Hermanaremos a México. Un reencuentro por nuestra grandeza del Norte y del Sur. Un acuerdo por nuestros hijos sin importar dónde nacimos o cuánto tenemos”.

Dice un dicho: “El norte trabaja, el centro piensa y el sur descansa”. Todos sabemos por experiencia personal que México es un país de desigualdades. Mientras Nuevo León, Puebla o Guadalajara reciben mayor presupuesto para la construcción de infraestructura o la explotación del trabajo industrial, estados como Chiapas, Oaxaca y Guerrero obtienen solamente los recursos necesarios para la asistencia social. Se le da más al que trabaja, y el que no ¿para qué darle?, es lo que siempre se ha pensado. Por eso los ricos son más ricos y los pobres, aún más.

Chiapas, por ejemplo, tiene recursos naturales y turísticos que ningún presidente de la República ha sabido explotar para el mejoramiento de la economía local y el desarrollo de las comunidades. Si Meade Kuribreña se propone terminar con la desigualdad, sería un gran logro como mandatario instaurar las estrategias financieras en cada región del país para aumentar la productividad y conseguir un equilibrio en el reparto de la riqueza nacional, que es lo que siempre se ha demandado.

¿QUÉ LE ESTORBA PARA GANAR?

Epicteto decía: “El hombre sabio no debe abstenerse de participar en el gobierno del Estado, pues es un delito renunciar a ser útil a los necesitados y una cobardía ceder el paso a los indignos”. Es encomiable que un profesionista con importantes reconocimientos internacionales como José Antonio Meade esté enfrentando el pasado y el presente político de México para establecer un futuro gobierno ciudadano. Aunque en este momento las encuestas no lo favorecen, no podemos ignorar que entre todos los precandidatos es el más apto, cultural e ideológicamente, para asumir el poder.

¿Lo logrará? No lo sabemos, pero si algo debe hacer para alcanzar su objetivo es despegarse de la sombra de Enrique Peña Nieto. ¿Por qué? Todos lo sabemos. ¡Chao!

@_MarioCaballero

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