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LETRAS DESNUDAS

22 Diciembre 2017

MARIO CABALLERO

CUESTIÓN DE SUPERIORIDAD

La voluntad de los verdecologistas de Chiapas es inapelable. El pasado mes de julio suscribieron una carta exigiendo a la dirigencia nacional no más imposiciones, respeto a las bases y no seguir sirviendo a los intereses de otros partidos, y lo lograron. Ayer, mediante una rueda de prensa, se dio el anuncio de que el PVEM en el estado abre sus puertas a todos los partidos para la construcción de alianzas y candidaturas de éxito, pero encabezadas por políticos de su propia militancia.

“¿Cómo ven el asunto los demás partidos?”, nos preguntan. La respuesta más lógica es que lo ven con cierto recelo. Pero más allá de ese respeto a la superioridad electoral, está la historia que cuenta del largo trayecto que el PVEM ha recorrido para convertirse en el partido político más importante y fuerte en el estado de Chiapas. Porque quién se imaginó que aquel “partidito” que hace pocos años luchaba por mantener su registro, hoy tendría la capacidad para competir solo en unas elecciones estatales en las que se elegirá al próximo gobernador del estado.

Pero definitivamente lo que más causa desasosiego en la clase política es que el Verde tiene en sus filas a un personaje de prestigio, reconocido y con grandes posibilidades de triunfo: Eduardo Ramírez Aguilar.

LA LARGA MARCHA

Hermann Hesse, escribió: “Yo creo que se puede establecer una división entre la juventud y la madurez. La juventud acaba cuando se termina el egoísmo; la madurez empieza cuando se vive para los demás”. Así el Partido Verde Ecologista de México que de haber nacido como una modesta organización de colonos en los pedregales de Coyoacán en 1979, actualmente es el cuarto instituto político en el país con mayor número de representantes en el Congreso de la Unión, gobernando una entidad federativa, siendo mayoría en Congresos estatales y administrando decenas de presidencias municipales.

“Ellos mandan hoy porque tú obedeces”, decía el novelista Albert Camus. Surgido con una intención de cambio y espíritu de consciencia ambiental, el PVEM vino a darle un sentido a la inconformidad social ante los abusos del hegemónico PRI. Con una actitud de subversión pero sin violencia, con un pensamiento crítico y alineado en una ideología de izquierda, los verdecologistas se dedicaron a transformar la vida diaria desde los Comités y Asambleas Distritales, y nunca dejaron de hacer iniciativas.

Fue fundado en 1986 bajo el nombre de Partido Verde Mexicano. Su primera participación en unas elecciones federales fue en 1988 como parte del Frente Democrático Nacional (FDN). Perdieron frente a un poderoso y más mañoso PRI, que legó la Presidencia de la República a Carlos Salinas de Gortari: el depredador que causó una crisis financiera internacional a mediados de los noventa.

Volvió a participar en unos comicios en el año 1991, esta vez con el nombre de Partido Ecologista de México y de forma independiente. El número de votos que obtuvo no le alcanzó para mantener el registro como partido, situación por la que de nueva cuenta hicieron las tareas para obtener un registro condicionado que lograron en 1993. Así, con un nuevo rostro y estructura, ese mismo año decidieron combinar los nombres para darle vida al Partido Verde Ecologista de México (PVEM).

La narrativa del partido en Chiapas es algo similar. Aunque por un tiempo pareció ser un reflejo fiel de lo que acontecía en el ámbito nacional, fue aquí en el estado donde obtuvo mayor gloria y notoriedad como contrapeso del poder.

Con la llegada de Manuel Velasco Coello en la dirigencia estatal, el partido pasó de ser un apéndice del PRI a ser el aliado político y electoral más importante de dicho organismo. La correcta organización, estructuración y el reforzamiento de las bases que realizó con ahínco el hoy gobernador, colocaron al PVEM en condiciones de competencia ante los grandes institutos como el PAN y PRD. Poco a poco logró conquistar la confianza de la sociedad, que le entregó el poder en algunos municipios y elegía a los verdecologistas para que la representara en el Congreso local y federal.

En las elecciones de 2012, de la mano con el PRI y Nueva Alianza, ganó la gubernatura con un histórico 67 por ciento de la votación, obteniendo además el gobierno en 47 municipios de la entidad, incluso por encima del Partido Revolucionario Institucional que nada más logró 38. También fue significativa su participación en la alianza que llevó Peña Nieto a la Presidencia de la República.

Eduardo Ramírez Aguilar es en este momento uno de los políticos más importantes de Chiapas. Como encargado de la política interna del estado (2012-2015) solucionó problemas agrarios, sociales, estudiantiles, magisteriales, religiosos y conflictos entre municipios. Por su tacto político la relación durante esos años del Poder Ejecutivo con los otros poderes del Estado fue de respeto y colaboración. Asimismo con las diversas fuerzas políticas que gobiernan y legislan en Chiapas. Sin duda alguna su labor llevó a la pacificación social y la coordinación de acciones en materia de protección civil y seguridad pública.

Ramírez Aguilar fue nombrado en mayo de 2015 como dirigente estatal del PVEM. Con apenas unas semanas al frente de la dirigencia, organizó a la militancia, encontró a los mejores candidatos, cumplió con la paridad de género para afrentarse a unas elecciones complicadas en julio del mismo año. De esa manera, aquel partido que en 2001 había gobernado en solo 4 municipios pasó a 59 en 2015, que corresponde a administrar los intereses de poco más de 3 millones 500 mil chiapanecos.

Bajo la conducción de Lalo Ramírez, también en 2015 el Partido Verde logró el 45 por ciento de la votación federal. Esos números hablan por sí mismos y de un liderazgo eficiente, de gran peso político, de sentido práctico y hábil. Las cifras son, al mismo tiempo, el motivo suficiente para creer que el PVEM ha madurado al igual que sus políticos que cualquiera de ellos puede ser un candidato competitivo.

¿ALIANZAS?

Por muchos años la relación del PVEM con el PRI se pareció mucho al lema de tantos matrimonios: “Ni contigo ni sin ti”. Pero con la postura actual de los verdecologistas es posible que esa alianza que ganó mucho llegue a un fin definitivo en las elecciones próximas.

“El Partido Verde es un partido incluyente. Nosotros estamos abiertos a cualquier diálogo, a cualquier participación. Nosotros no vamos a excluir a nadie. Bienvenidos todos aquellos que quieran sumarse al partido. Bienvenidas sean todas las fuerzas políticas, son respetables. Si hubiera una gran coalición, el Verde la encabezaría”, fueron las palabras de Mauricio Mendoza Castañeda, representante del PVEM ante el Instituto Electoral del estado.

Sin embargo, en esta situación favorable para el organismo ¿le convienen las alianzas? La pregunta es retórica y casi metafísica, pues los costos que ha pagado al ligarse con otros partidos obedecen a la utilidad de sus votos y no a la lealtad política. Por eso apostarle a la creación de candidatos propios, de propuesta y experiencia, es quizá su mejor opción para los comicios de 2018.

Es entendible que cada quien tenga sus respectivas reservas sobre el asunto, pero si siempre pensamos que los Verdes estarían detrás de los candidatos del PRI, en 2012 vimos que no y salió triunfante. Lo más complicado en este momento para la victoria del candidato a gobernador y para el resto que se disputarán los cargos de elección popular será remontar el tremendo desánimo social. Al tiempo.

PARA MAGDALENA

A DIFERENCIA de otras épocas en que los jefes policiacos eran quienes controlaban los grupos criminales en Tuxtla Gutiérrez, el actual director de Seguridad Pública Municipal es una persona preparada en las Ciencias Políticas y de avalada experiencia. El doctor Moisés Grajales Monterrosa ha diseñado una estrategia de combate al hampa con la creación de grupos vecinales que apoyan en el tema de seguridad. Utilizando la red de comunicación Whatsapp, los tuxtlecos denuncian los delitos y el funcionario responde de acuerdo con su responsabilidad de proteger al ciudadano. Eso ha dado muy buenos resultados. Es así que la capital de Chiapas es una comunidad segura aunque no exenta de que un ladronzuelo quiera hacer de las suyas, pero ciertamente podemos vivir tranquilos. Excelente¡Chao!

@_MarioCaballero

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