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LETRAS DESNUDAS

05 Enero 2018

MARIO CABALLERO

CHIAPAS MAÑANA: LA NECESIDAD DE PENSAR

Ninguna sociedad se escapa del momento de sentir que ha perdido el rumbo. Y esto se sabe cuándo comienzan a surgir las quejas por la falta de seguridad, la corrupción de los gobernantes, la dificultad para la subsistencia y hasta por el mal estado del aire. Aunque de algún modo la inconformidad debería ser parte del estado natural de toda comunidad humana, dado que en algún instante de la historia todos nosotros hemos compartido perspectivas diferentes de la realidad, sí existe tal cosa como un sentir generalizado de indignación y rabia.

¿Por qué esta palabrería? Porque hoy, en todo México, estamos en el tiempo del: “si se traficaban drogas, pero no se mataba gente a la menor provocación/ el gobierno robaba, pero ninguna familia se quejaba de que no tenía para comer o trabajo/ el gobierno no era totalmente eficiente, pero había buenas políticas públicas/ no éramos ni la mitad de prósperos que Estados Unidos o Alemania, pero tampoco el nivel de pobreza era como el actual”. Justamente por ello, algo revelan las expectativas sobre lo que creemos necesitar y merecer en el futuro inmediato.

Estando a meses de que se celebren las elecciones más reñidas de los últimos años, ¿qué queremos para el porvenir? ¿Qué futuro le queda a un presente tan desahuciado? Alberto Moravia decía que curiosamente los votantes no se sienten responsables de los fracasos del gobierno que han votado. Empero, no directamente pero en algo contribuimos en la destrucción de nuestro país y de nuestro estado porque fuimos nosotros quienes dimos el poder, quienes votamos por personajes que prometieron todo y cumplieron nada.

EL VOTO DESCABELLADO

Hace unos días escuché un disparate en la radio que decía: “Nosotros los del PRD sacamos al PRI de la Ciudad de México”. Eso no es cierto porque ¿qué es el PRD para sustituir a otro partido en el gobierno? Lo correcto era que dijeran “con ayuda de ustedes, nosotros los del PRD…”. Porque -vaya- somos un país democrático donde el pueblo es el que decide el gobierno que quiere.

Pero vayamos por partes. Muy pocas personas saben quién fue Gregorio Marañón, que tenía razón al decir que la dictadura no se evita declamando contra ella, sino haciéndola innecesaria con nuestra rigurosa disciplina del deber. Ese deber ciudadano es elegir inteligentemente a los gobernantes. Pero en verdad ¿sabemos elegir?

Estamos por cumplir dieciocho años de haber logrado la alternancia democrática en México, aunque finalmente nos dimos cuenta que eso no significó nada. En 2000, el pueblo mexicano, harto de los abusos del PRI, vertió su esperanza en un personaje que tenía mejores cualidades para ser un gerente que un mandatario: Vicente Fox Quezada, que supo representar bien su papel de salvador de la patria y con ello ganarse la simpatía de la gente.

 

Entre muchas otras cosas, Fox prometió en campaña resolver el conflicto zapatista en quince minutos. Pero cuando llegó al poder hizo todo lo posible para negarle el derecho a una vida digna, a la educación, a los servicios de salud, a los servicios básicos en la comunidad, entre otros, a los pueblos indígenas de Chiapas. Después de un año de su gobierno nos dimos cuenta que jamás sería “el cambio” que esperábamos.

En 2006, obnubilados por el rencor y la frustración, los votantes decidieron seguir castigando al PRI y no votar por quien en ese momento era considerado el enemigo a vencer, Andrés Manuel López Obrador. Por el contrario, votaron por Felipe Calderón Hinojosa que convirtió a México en un camposanto por una mal planeada guerra contra los cárteles de la droga. El autonombrado en campaña como “el presidente del empleo”, dejó al país con 8 millones 671 mil personas desempleadas y con el 54.5% de la población en el empleo informal.

Con doce años el poder, el PAN demostró no tener capacidad para gobernar. Eso fue lo que lo sacó de Los Pinos. Y quien en 2006 había sido el candidato a vencer para 2012 era el menos malo, pero eso no fue suficiente para derrotar la juventud, el dinamismo, la elegancia y la fama de Enrique Peña Nieto de tener el copete más reconocido de todo México.

Por creer en la falacia del nacimiento del “Nuevo PRI” y fascinados por la imagen bonita del mexiquense que fue bien construida por las dos televisoras más importantes de la nación, la gente depositó todas sus ilusiones en el candidato menos ilustrado de todos, que durante cinco años ha dirigido un gobierno desastroso con escándalos de corrupción y altos índices de criminalidad. Al parecer, muchos en lugar de votar con la cabeza lo hicieron con los ojos.

VOTAR POR LA DICTADURA Y LA JUERGA

El voto a favor de Pablo Salazar Mendiguchía fue provocado por la misma circunstancia que llevó a Vicente Fox a ganar la Presidencia de la República: la aversión por el PRI. Siendo sólo dos los candidatos que se disputaron la gubernatura del estado en 2000, el priista Sami David David y Salazar que fue respaldado por ocho partidos políticos, era obvio que éste se quedara con el triunfo electoral. Cabe precisar que durante esa elección se registró el mayor abstencionismo en la historia de Chiapas, pues Salazar ganó con sólo 525 mil 50 votos.

¿Hubiéramos estado mejor con Sami David? Nunca lo sabremos, pero la verdad es que Pablo Salazar hizo de su administración una tiranía que destruyó las instituciones, avasalló el poder Legislativo y Judicial, combatió las manifestaciones sociales con la fuerza pública, tuvo un gobierno que no se hizo responsable de la muerte de al menos cien personas, que fue indiferente ante el fallecimiento de 35 recién nacidos y presuntamente desvió once mil millones de pesos para la reconstrucción de los daños provocados por el huracán Stan. De ser posible definir ese gobierno en una sola palabra esa sería delincuencia.

Los votantes creyeron que él sería la solución a los problemas de Chiapas y terminó por empeorarlos.

François De La Rochefoucauld, escribió: “Los apellidos famosos, en vez de enaltecer, rebajan a quienes no saben llevarlos”. Seducidos por el famoso apellido de Juan Sabines Guerrero, los chiapanecos cometieron otro de sus más grandes errores al votar por él pensando que sería igual o superior a su padre, Juan Sabines Gutiérrez, que siendo gobernador interino (1979-1982) ocasionó un estallido de modernidad en el estado. Fue un político que gobernó con alegría y de puertas abiertas. Que ayudó a la gente. Que creó un clima de estabilidad social y económica. Conocido como el “Ciclón del sureste”, es tal vez el ex mandatario mejor recordado de Chiapas.

Sabines Guerrero no sólo defraudó la memoria de su padre y de su ilustre familia, también decepcionó a todos los que esperaban más de su administración, que estuvo llena de políticos viciosos, drogadictos, corruptos, que despechaban los asuntos de Chiapas desde las cantinas o los antros. Que haya dejado endeudado al estado por más de 40 mil millones de pesos es sólo el resultado de su megalomanía, de su ambición de querer convertirse en presidente de México y de las complicidades con los grandes empresarios, entre ellos Ricardo Salinas Pliego, dueño TV Azteca y presidente del Grupo Salinas.

PENSAR O FRACASAR

En este momento, Roberto Albores Gleason, Luis Armando Melgar Bravo, Rutilio Escandón Cadenas, Eduardo Ramírez Aguilar, Zoé Robledo Aburto, Fernando Castellanos Cal y Mayor y José Antonio Aguilar Bodegas son los nombres más sonados para competir por la gubernatura del estado en las elecciones venideras. Pero ¿por quién votar?

Considerando los ejemplos anteriores y la decepción de elegir a gobernantes jóvenes que tienen el carisma y las fuerzas, pero no la inteligencia, la sensibilidad, la capacidad, experiencia y tacto político, votar con inteligencia no sólo se ha convertido en una urgencia, sino en una necesidad de poner el gobierno de Chiapas en quien pueda recomponer la situación en la que actualmente vivimos.

Estudiemos, pues, a los aspirantes. Comparemos las trayectorias. No nos dejemos llevar sólo porque es joven o guapo. Tampoco porque sus promesas sean lo que queremos escuchar. Entreguemos nuestra confianza a aquel a cuyas palabras las respalda un trabajo político real y cercano a la gente. Votemos por quien en verdad conoce a Chiapas y sus necesidades. Porque ante el fracaso de los gobiernos pasados y actuales, es mejor pensar bien el voto hoy para no tener que arrepentirnos mañana. ¡Chao!

@_MarioCaballero

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