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LETRAS DESNUDAS

14 Febrero 2018

MARIO CABALLERO

EL NUEVO SECRETARIO

        Pensar en la educación es asumir responsablemente el futuro. No fue para nada un intento menor que el gobierno federal presentara el boceto de lo que ha sido su mayor orgullo: la reforma educativa. Obvio, no era el descubrimiento del hilo negro pero sin duda es el reflejo de una ambición que desde hace muchas décadas no se percibía en la educación mexicana.

A través de esa reforma, el gobierno se atrevió a abrir los ojos para mirar más lejos y comenzó la transformación eliminando los viejos vicios que estancaron en una pestilente ciénaga de corrupción, componendas e intereses políticos el desarrollo educativo de los niños y jóvenes de México. Lo hizo -desde luego- estableciendo normas más estrictas para el sector educativo y retomando la rectoría de la educación que por mucho tiempo la tuvo el sindicato magisterial.

Esto no fue del agrado de muchos líderes del magisterio que, acostumbrados a traficar influencias, enriquecerse y negociar con la educación, emprendieron un movimiento radical contra dicha reforma a la que tacharon de punitiva. Hay también quienes pensaron que el nuevo modelo educativo era un error, porque según ellos estaba desconectada de la realidad.

No coincido. En primer lugar porque la reforma es eso, un proyecto, el trazo de nuevos propósitos. Aborrecible hubiera sido lo contrario: un plan que no se atreviera a levantar la vista y entregara el control de la educación a quienes condenaron en la ignorancia y la pobreza a millones de mexicanos.

CARLOS Y ELBA ESTHER

El SNTE nació en diciembre de 1943 bajo la encomienda de estudiar, defender y mejorar los intereses comunes de los maestros. Si bien no se discute que la lucha sindical de los profesores se remonta a los años del gobierno de Porfirio Díaz, sus peores momentos los vivió bajo los liderazgos de Carlos Jonguitud Barrios y Elba Esther Gordillo Morales, quienes hicieron un feudo de dicho gremio y tomaron en sus manos el control de la educación.

Jonguitud Barrios fue un maestro normalista de San Luis Potosí que confundió la gimnasia con la magnesia. Su gestión al frente del SNTE se caracterizó por promover un sindicalismo basado en huelgas. Cada vez que se le antojaba un capricho, le lanzaba los maestros al gobierno. Mientras éstos marchaban, realizaban los paros de labores y recibían las tundas de la fuerza pública, al final era el líder sindical quien ganaba mayor poder y riqueza. Y así fue durante casi 15 años (1974-1989), hasta que el presidente Carlos Salinas de Gortari le pidiera públicamente la renuncia.

Fue Carlos Salinas quien le entregó el dominio del sindicato de profesores a Elba Esther Gordillo, que llevó la corrupción y los abusos a un nivel mayor.

Gordillo Morales, “La maestra”, ostentó la dirigencia nacional del SNTE por 24 años. En ese periodo, el sindicato estuvo secuestrado. Nadie podía oponerse a la voluntad de la lideresa. A parte del sometimiento gremial hubo un manoseo descarado de los recursos de los maestros, mediante una fina red de corrupción que permeó en todos los estados del país.

Si con el PRI ya había alcanzado gran poder y fortuna, la posterior situación de Elba Esther como dirigente del magisterio nacional no era para nada comparable. Tenía departamentos en Miami, residencias en las zonas más exclusivas de la Ciudad de México, joyería fina, automóviles, avión privado, cuentas bancarias en paraísos fiscales y una multitud de objetos de gran valor.

Empero, la corrupción no se limitó a los dineros del SNTE, pues también escamoteó el presupuesto educativo de los gobiernos estatales.

DEPREDACIÓN EN CHIAPAS

Elba Esther Gordillo tuvo tanto poder que hasta los presidentes de la República se atemorizaban. Por eso antes ninguna reforma educativa fue aprobada durante su gestión (reinado).

Así como no puede haber amor ni crimen sin la presencia de un cómplice, la maestra Gordillo tuvo su gente de confianza a la que colocó en las secretarías de educación, y la de Chiapas no fue la excepción.

Por exigencia de Elba Esther Gordillo, Javier Álvarez Ramos fue secretario de Educación en el gobierno de Juan Sabines Guerrero. Se desempeñó en el puesto desde diciembre de 2007 hasta septiembre de 2011. Estuvo señalado de violar los procesos de los concursos de licitación en un festín de rapiña y excesos. De esta manera, la secretaría a su cargo adquirió mobiliario escolar, material didáctico, equipo de cómputo, útiles escolares, mochilas, libros, diccionarios, seguros de vida para los estudiantes, entre otros, ejerciendo un recurso de más de mil millones de pesos en menos de cuatro años.

La corrupción de Álvarez Ramos no tuvo límites. En abril de 2009, ante la contingencia sanitaria por el virus AH1N1 autorizó una inversión de 18 millones de pesos para la compra de gel antibacterial que sería surtido en todas las escuelas de Chiapas. En septiembre, aprobó otros 15 millones y 50 millones más en diciembre, haciendo un total de 83 millones de pesos. Extrañamente nunca ingresó dicho producto en los almacenes, pero sí existen las pólizas de pago.

El delito más grave fue la alteración de los resultados de la Prueba Enlace. Se presume que Javier Álvarez modificó la información para que los alumnos de secundaria obtuvieran el primer lugar en español y matemáticas en la edición 2010-2011. La depredación no sólo fue económica, también en el desarrollo educativo.

Ricardo Aguilar Gordillo fue otra de las imposiciones de la maestra. Era su sobrino, y por eso gozó de impunidad, privilegios y de total libertad en el manejo de los recursos del organismo. Se habla de que al término de su gestión dejó un faltante de más de 300 millones de pesos.

Aguilar Gordillo estuvo siempre bajo la sospecha de la venta de plazas docentes y administrativas. Yanuario Castellanos Tadeo era su cómplice. Como coordinador de Administración Federal era el responsable del otorgamiento de los cargos de secundaria general, secundaria técnica y telesecundaria. Cuando el Órgano de Fiscalización Superior del Congreso del Estado investigó en 2013 los rumores de venta de plazas, descubrió que un docente de secundaria daba clases al mismo tiempo en Tapachula y Pichucalco. Esto por mencionar un ejemplo.

Rebasado por el conflicto de la CNTE, Ricardo Aguilar fue sustituido después de cuatro años de permanecer en el cargo. La profesora Sonia Rincón Chanona ocupó su lugar, pero nada más estuvo tres meses al frente de la dependencia educativa. En ese corto tiempo, se dedicó a perseguir políticamente a su predecesor, a mejorar las plazas de sus familiares y amigos, a enfrentarse a la disidencia magisterial y hacer un uso discrecional de los recursos.

Luego llegó el ingeniero agrónomo Roberto Domínguez Castellanos, un priista arrogante y torpe que sabe más cómo inseminar una vaca que de proyectos para el desarrollo educativo. Durante ese periodo la institución pasó por un proceso de aletargamiento y valemadrismo. Las maniobras políticas, todas furtivas, sólo sirvieron para exacerbar los ánimos de los maestros de la sediciosa CNTE y meter a la dependencia en un avieso laberinto de complicidades.

EL RELEVO

El relevo en la Secretaría de Educación ha significado una inyección de nuevas energías e inteligencia. Ha aparecido, en primer lugar, un defensor de la reforma educativa que hace frente a sus críticos. No engaña a los discrepantes ni se esconde como lo hacía su antecesor. Da la cara y defiende la reforma con la que despegó el gobierno federal. También se dispone a romper con las viejas prácticas que han marcado el distanciamiento entre el gobierno y el magisterio, y el magisterio y la sociedad.

El nuevo secretario de Educación es un joven entusiasta que ha demostrado capacidad para resolver los dilemas del sector educativo. Lo hizo como titular de la Subsecretaría de Educación Federalizada y seguramente pondrá todo su empeño en esta nueva encomienda.

Eduardo Campos Martínez ha sostenido que no se enfrentará a los maestros sino que los llamará al diálogo. Asegura que no reprimirá las protestas, pero sí velará porque no se atropellen los derechos de los estudiantes de recibir una educación de calidad.

Por eso hay que desearle lo mejor al nuevo secretario, para que entre todo ponga un alto a la corrupción y a los abusos del movimiento magisterial. Ninguna lucha puede sostenerse cuando el derecho a aprender se pone por debajo de los intereses sindicales y los forcejeos del poder. ¡Chao!

@_MarioCaballero

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