10 Abril 2018
MARIO CABALLERO
UNA LARGA Y FRUCTÍFERA AMISTAD
De Andrés Manuel López Obrador podemos esperar todo excepto honestidad, ética, solvencia moral y coherencia entre lo que dice y lo que realmente practica. Dice vivir con modestia, pero tanto él como su familia disfrutan de privilegios y lujos. Asimismo, critica y censura a los políticos corruptos que hace llamar “la mafia del poder”, pero beneficia y protege a criminales.
En sus recientes visitas a Chiapas ha cuestionado el nepotismo de Rafael Moreno Valle con la candidatura panista de su esposa a la gubernatura del estado de Puebla. No ha escatimado para condenar a los hermanos Moreira. Los ha tildado de “ratas” y “escoria priista” por los malos gobiernos que ejercieron en Coahuila. Nada más Humberto Moreira dejó una deuda para el estado de más de 35 mil millones de pesos y dispuso de todo el aparato gubernamental para heredarle el puesto a su hermano Rubén.
Ha dicho que en Veracruz reina la impunidad de los cárteles de la droga por el pacto subrepticio que tienen éstos con el gobernador Miguel Ángel Yunes, a quien también acusa de haber obtenido el cargo por negociaciones con el presidente Enrique Peña Nieto y de querer imponer a uno de sus hijos como sucesor en el gobierno del estado.
Pero estando en tierras chiapanecas no ha pronunciado una sola palabra contra la corrupción, nepotismo, abusos de autoridad y los presuntos nexos con el crimen organizado de Juan Sabines Guerrero. López Obrador ha callado ante el fraude y la pobreza que golpea duramente a miles de familias por la ineptitud y los excesos del sexenio pasado.
¿Por qué este silencio de AMLO? Porque detrás hay una larga y fructífera amistad entre Juan Sabines y Andrés Manuel.
LA EXTENSIÓN DEL CAMINO
Las piedras rodando se encuentran, dice una canción de Alex Lora. Juan Sabines y AMLO son dos piedras que se encontraron en el camino hace más de doce años. El primero aspiraba a ser candidato del PRI al gobierno de Chiapas y, el segundo, pretendía ganar la Presidencia de la República bajo las siglas del PRD.
Corría el año 2005, varios meses antes de terminar la administración de Pablo Salazar Mendiguchía que dejaba el poder entre el descrédito y escándalos de corrupción.
Acostumbrado a manipular las instituciones, Salazar hizo grandes intentos por imponer como su sucesor a Rubén Velázquez López, que durante la segunda mitad del periodo se desempeñó como secretario general de gobierno.
La estrategia de Pablo era conseguir la candidatura del PRD para Rubén Velázquez, mientras hacía lo pertinente para que Juan Sabines Guerrero fuera postulado por el PRI a la gubernatura. Si lo lograba, era seguro que su candidato ganara las elecciones porque Sabines era un político desconocido, desprestigiado, con una carrera política fugaz y venía de cometer un fraude a las arcas de Tuxtla Gutiérrez en su paso como presidente municipal.
Sin embargo, en su visita a Chiapas, el entonces presidente nacional del PRI Mariano Palacios Alcocer, dijo: “Pablo Salazar ha insistido en que Juan Sabines sea el candidato a gobernador”. El proyecto de Pablo se vino abajo cuando la cúpula priista decidió darle la postulación a José Antonio Aguilar Bodegas.
Durante las semanas siguientes, Salazar Mendiguchía luchó por mantener la candidatura de Rubén Velázquez pero Andrés Manuel López Obrador la echó por tierra. Dijo que por “candidatear” a gente como Velázquez López, el PRD había perdido elecciones de manera humillante. Fue así que el ex gobernador propuso a Juan Sabines y AMLO lo impuso en el partido como candidato al gobierno del estado.
El pacto era que Andrés Manuel impulsaría a Sabines y Pablo Salazar se encargaría de hacerlo gobernador con el apoyo de todos los recursos del estado. Por eso Sabines dispuso de mucho dinero para hacer campaña, hizo un gasto exorbitante en publicidad, se transportaba en vehículos oficiales y el día de las elecciones Mariano Herrán Salvatti, ex fiscal general de Chiapas, fue sorprendido en las instalaciones del IEPC cambiando urnas con miles de votos a favor del candidato perredista.
Desde el primer momento del acuerdo, Sabines aseguraba la gubernatura en una clara elección de Estado patrocinada por Salazar y protegida por López Obrador. Ese fue el inicio de la amistad que una a Andrés Manuel con Sabines Guerrero.
El 1 de diciembre de 2006, Felipe Calderón tomó protesta como presidente de México y Juan Sabines le declaró su total e irrestricto apoyo, dando a entender que traicionaba a su benefactor, pero esa manifestación de solidaridad al panista fue sólo de palabra porque en realidad le rendía pleitesía, concesiones y favores políticos a AMLO.
Cuando López Obrador perdió ante Calderón en las elecciones de 2006, inició una protesta por los resultados electorales alegando que hubo fraude. El 7 de julio, horas después de que el IFE anunciara el resultado final, AMLO y sus simpatizantes emprendieron una huelga de hambre a las afueras del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación para exigir la apertura de los paquetes electorales y pidiendo que se contara voto por voto. Acción y exigencia que también hizo en la entrada principal del IFE.
El 5 de septiembre, el Tribunal Electoral emitió un fallo inapelable a favor de Felipe Calderón. Ante la sentencia, López Obrador se mostró inconforme y convocó a una Convención Nacional Democrática para protestar en contra de dicho fallo, y durante tres meses instaló un “campamento permanente” que impidió en su totalidad el tránsito vehicular en la Avenida Paseo de la Reforma, una de las arterias más importantes de la Ciudad de México, con la intención de presionar al gobierno y llevar a cabo otro conteo de votos.
Irónicamente, Andrés Manuel que había promovido el llamado “Bando 13” durante su gestión como Jefe de Gobierno que prohibía las protestas que afectaran la movilidad vehicular en las principales vías del Distrito Federal, era quien las protagonizaba. Sólo quien crea sus propias leyes está facultado para violarlas.
Finalmente, el 20 de noviembre de 2006 se proclamó “presidente legítimo”. Y durante ese largo proceso, se aseguró que Juan Sabines Guerrero dispuso varios millones de pesos del erario de los chiapanecos para apoyar económicamente el plantón de López Obrador y sus movilizaciones. Ese respaldo fue uno de los muchos favores que Sabines le ha venido prestando al dueño del partido Morena, que han sido en dinero como en especie.
Actualmente, Juan Carlos López Fernández y Lourdes López Moreno, que pertenecieron al grupo más cercano de Sabines, están operando a favor del partido Morena. Lo mismo se dice de la esposa del ex gobernador Isabel Aguilera. Se cuenta que tienen la instrucción de entregar dinero en efectivo para apoyar el proyecto presidencial de Andrés Manuel a cambio de candidaturas plurinominales. También, algunos colaboradores del ex mandatario que se encuentran en el gobierno actual son los que más apoyo le brindan a AMLO.
Estos últimos, cada vez que “el pejelagarto” viene a Chiapas le tienden la alfombra roja, le dan facilidades de transporte, maniobran con recursos del erario público para el acarreo de gente y, supuestamente, le entregan maletas repletas de dinero.
EL HIJO DE SABINES
Un día de enero de 2013, le preguntaron a López Obrador: ¿Te arrepientes de aquel mitin donde le alzaste la mano a Juan Sabines y que tu apoyo contó mucho para que él ganara la gubernatura?
Andrés Manuel respondió: “Son circunstancias, son circunstancias que se dan, yo creo que necesitamos avanzar, que haya conciencia en la gente y tenemos que seguir buscando alianzas”.
La respuesta era de sí o no, y sencillamente evadió la pregunta del mismo modo en que ahora no censura el autoritarismo con que su amigo gobernó a Chiapas y endeudó al estado por más de 40 mil millones de pesos. Tampoco dice nada respecto al apoyo que Sabines dio a la campaña de Enrique Peña Nieto con 7 mil millones de pesos que salieron de los bolsillos de los chiapanecos y que por ello obtuvo el consulado en Orlando, Florida.
Y seguramente no dirá nada por la incorporación de Juan Pablo Sabines Aguilera, hijo de Juan Sabines, a la lista de diputados locales plurinominales por Morena. Cuando hay beneficios mutuos bien vale la pena ocultar los delitos y promocionar las aspiraciones de los amigos, aunque vayan en contra de los intereses de la colectividad.
Juan Sabines está acaparando los puestos en el partido de López Obrador. Otra razón más para no votar por Morena. ¡Chao!
@_MarioCaballero