18 Abril 2018
MARIO CABALLERO
LA SECRETARÍA DE GOBIERNO
Es, indefectiblemente, responsabilidad de todo gobierno procurar la gobernabilidad del pueblo para el que es elegido. Siendo sinónimo de gobernanza, se entiende como el arte o manera de gobernar que se propone como objetivo el logro de un desarrollo económico, social e institucional, promoviendo un sano equilibrio entre el Estado, la sociedad civil y el mercado de la economía. En palabras más simples, es gobernar respetando las leyes y utilizando las instituciones para hacer el bien común.
Empero ha habido muchos gobernantes que prefirieron elegir la simulación a la gobernabilidad. Tapar el sol con un dedo, se dice coloquialmente. Engañarnos con información falsa, con publicidad oficial que oculta la verdad para afirmar que el país o el estado van por el mejor camino, cuando en realidad está aumentando la pobreza, el hambre, la desigualdad y empeora la crisis social.
¿GOBERNABILIDAD O SIMULACIÓN?
Entre las dependencias que pertenecen al Poder Ejecutivo Estatal, la Secretaría de Gobierno es la encargada de atender todos los aspectos relacionados con la política interior y está facultada para emprender acciones que garanticen la gobernabilidad, la paz social y el orden público.
Por eso, a nivel nacional, la Secretaría de Gobernación está siendo responsabilizada de la matanza de los normalistas de Ayotzinapa, cuyo evento ha sido calificado como crimen de Estado. También la han culpado del recrudecimiento de la guerra contra los cárteles del narcotráfico, del surgimiento de nuevos brotes de violencia, de los conflictos magisteriales, agrarios, obreros y de la crisis de gobernabilidad que hay en México. Esto nada más por mencionar algo.
El periodo más complicado en tema de gobernanza en Chiapas comprende desde el gobierno de Absalón Castellanos Domínguez (1982-1988) hasta el de Juan Sabines Guerrero (2006-2012). En esas administraciones la Secretaría General de Gobierno fue un arma de represión y persecución política. Fue una institución que se desvió de su encomienda para servir a los intereses del gobernador y no de los chiapanecos.
El poder que ejerció el “Fiscal de Hierro”, alias Javier Coello Trejo, en la Secretaría de Gobierno fue incluso superior al del gobernador Castellanos Domínguez. En ese lapso la Secretaría fue señalada de ordenar torturas y desapariciones, de fabricar delitos, de encubrir el enriquecimiento ilícito de su titular con la explotación maderera y de violar las garantías individuales.
“¡Rómpanles la madre!”, era la orden que daba Coello Trejo para que sus muchachos molieran a golpes a cuanto político, dirigente sindical, maestro o estudiante que se oponía a los caprichos del gobierno. Como Daniel Fernández Simón, ex alumno de la Escuela de Ingeniería de la Universidad Autónoma de Chiapas que fue enviado a prisión y supuestamente torturado en una celda del antiguo edificio de la Procuraduría del Estado por disposición del secretario, en el año 1983.
Durante el mandato de José Patrocinio González Blanco Garrido el encargo de la política interna del estado recayó en Juan Lara Domínguez, que al contrario de Coello Trejo representó al bufón de la corte. A pesar de ser un gran jurisconsulto, un experto en leyes del que se esperaba un trabajo eficiente en el manejo de la política, la concertación de pactos de civilidad, un diálogo de alto nivel con los organismos o grupos disidentes, se dedicó a lisonjear al gobernador.
Afortunadamente, con Lara Domínguez la Secretaría de Gobierno no fue una herramienta de linchamiento y represión, pero por desventura no dejó de ser una institución falsa, sin credibilidad y desprovista de carácter. Cuentan que en cierta ocasión, durante un acto público, el gobernador Patrocinio González abofeteó a Juan Lara en frente de los invitados. No sé si por el dolor de los golpes o la humillación, el exsecretario de gobierno lloró.
De cara a un gobierno centrado en el poder, con muchos señalamientos de abusos y corrupción, con un comandante de la policía (Ignacio Flores Montiel) acusado de los asesinatos de al menos once homosexuales en Tuxtla Gutiérrez y supuestamente protegido por el propio gobernador, Juan Lara no era más que un lamebotas.
Recordemos que Patrocino González no terminó su periodo gubernamental ya que el expresidente Carlos Salinas lo llamó para que asumiera la titularidad de la Secretaría de Gobernación, y al dejar el cargo en el estado nos sucedieron varios gobiernos interinos de los cuales quizá el peor de todos fue el encabezado por Julio César Ruiz Ferro (1995-1998).
Siendo un completo forastero, Ruiz Ferro mantuvo a los funcionarios de su antecesor. Entre ellos estaba el escritor Eraclio Zepeda, un lujo en la Secretaría de Gobierno que se dedicaba a representar al gobernador en actos de suma importancia y firmar documentos. Quien llevaba realmente el poder de la dependencia era Uriel Járquin Gálvez, subsecretario de gobierno.
Según datos, Gálvez fue responsable de 56 acciones policiacas derivadas de diferencias políticas, agrarias y por desalojo de predios y carreteras. Los resultados de dichas acciones fueron 111 muertos y 160 heridos. Se presume que él fue cómplice de la matanza de Acteal en diciembre de 1997, donde salvajemente fueron asesinados 45 indígenas.
En la segunda mitad del gobierno de Pablo Salazar, el perredista Rubén Velázquez López estuvo al frente de esa secretaría. Y durante su gestión se cometieron los más deleznables agravios en contra de la clase política, el magisterio y la sociedad civil. Por ejemplo: el 15 de febrero de 2005 ordenó el desalojo de un plantón en el municipio de Tila. De ello resultaron 52 detenidos, decenas de desplazados, cuantiosos daños materiales y varias personas hospitalizadas.
El 10 de abril de 2004, instruyó la emboscada a un grupo de simpatizantes zapatistas que protestaban por los abusos del presidente municipal de Zinacantán, el perredista Martín Sánchez Hernández. El saldo del ataque fue de 500 personas expulsadas, decenas de heridos, dos de ellos de gravedad por arma de fuego. El caso quedó impune. A esto hay que agregarle la persecución política al ombudsman Pedro Raúl López Hernández, dirigida por el mismísimo Rubén Velázquez, que en un ataque de furia por no poder doblegar al orondo abogado lo llamó por teléfono para decirle: “No te metas en pendejadas, cabrón”.
Caso similar fue el de Nemesio Ponce Sánchez, subsecretario de gobierno en la administración de Juan Sabines Guerrero, que fue el encargado de reprimir la disidencia, las movilizaciones magisteriales, estudiantiles, campesinas, de controlar a los partidos políticos por medio de privilegios económicos, de ejercer el dominio en la mayoría de las alcaldías de la entidad, de repartir los cargos legislativos entre los allegados al gobernador, de hacer que el Congreso del Estado y el Poder Judicial cumplieran los caprichos de Juan Sabines y dirimir los enfrentamientos con el uso de la fuerza pública.
EN LA ACTUALIDAD
¿Hubo gobernabilidad en esos gobiernos? Para nada. Sin embargo, cada uno de los gobernadores gastó cantidades ingentes de dinero para simular en los medios de comunicación un progreso, un desarrollo económico, una paz social, una salud universal y una gobernanza que nunca existió más que en las versiones oficiales, no en la realidad doliente de los chiapanecos.
Por tal motivo, satisface que la actual Secretaría de Gobierno actúe con honestidad, haciendo frente a los retos del estado, sin ocultarle a la sociedad que hay problemas agrarios, magisteriales, estudiantiles, políticos, en el sector salud, educación y seguridad. Y que son poco a poco solucionados a través de la inclusión, la participación democrática, la tolerancia y el trabajo político.
“El gobierno del estado no bajará la guardia. Por el contrario, seguirá trabajando en la búsqueda de soluciones para lograr que Chiapas siga avanzando en la ruta de su crecimiento y desarrollo”, dijo Mario Carlos Culebro Velasco como parte de la Glosa del V Informe de Gobierno.
También, es digno de encomio que los trances se resuelvan por medio del diálogo y el oficio político. No a punta de pistola ni con gritos insolentes como antes. Sin duda alguna fue una decisión acertada dejar esa responsabilidad en las manos de Culebro Velasco, que en el poco tiempo que lleva al frente de esa Secretaría está logrando los acuerdos que tanta falta le hacen a Chiapas. ¡Chao!
@_MarioCaballero