20 Abril 2018
MARIO CABALLERO
EL CABALLERO DE LA POLÍTICA
¿Cuál es la importancia de un legislador? ¿En qué contribuye en el desarrollo político, económico y social de México? Cuando vemos que un congresista está envuelto en desvíos de dinero público, que nada más utiliza el cargo para evadir responsabilidades legales o aprueba leyes que en lugar de procurar el progreso de la sociedad atentan contra la sana convivencia, los derechos humanos y la paz, podría decirse que prácticamente en nada.
Por supuesto, sería un despropósito decir a rajatabla que son nulos o llegar al extremo de afirmar que podemos prescindir de ellos. Nada estaría más equivocado. La efectividad de los cargos legislativos no debe medirse de acuerdo al uso que políticos corruptos, inmorales o autoritarios hagan de ellos, sino por los fines para los que fueron creados.
En 1913, la Revolución se hallaba extendida en casi todos los estados del país. No había pacificación, sino guerra. La economía nacional estaba por los suelos, la moneda se encontraba depreciada en el extranjero, no había crédito, los campos eran desiertos, los pueblos estaban asolados y el hambre y la miseria en todas sus formas amenazaban con propagarse por todo el territorio mexicano. Sin embargo, el 16 de septiembre de ese año, Victoriano Huerta había rendido su Informe de Gobierno afirmando todo lo contrario.
“¿Qué debe hacer en este caso la representación nacional?”, preguntó el Doctor Belisario Domínguez Palencia ante sus compañeros en el Senado de la República. Y él mismo respondió: “Corresponder a la confianza con que la patria la ha honrado, decirle la verdad y no dejarla caer en el abismo que se abre a sus pies”. Dentro de esa verdad, Huerta (que asumió la Presidencia después de haber asesinado al presidente y vicepresidente que habían sido elegidos legalmente a través del voto popular) estaba dispuesto a derramar toda la sangre de los mexicanos con tal de conservar la Presidencia.
Con ese discurso manifestó su desacuerdo con el régimen de Victoriano Huerta, reveló la realidad doliente que se vivía en el país y urgió a los demás senadores a cumplir con su deber como representantes del pueblo para derrocar al dictador. Lamentablemente, el senador chiapaneco fue asesinado por los esbirros de Huerta. Darle vigencia a la frase de Vicente Guerrero de que “La patria es primero”, le costó la vida.
No existe mayor ejemplo que éste para demostrar la importancia que tiene un diputado o un senador. Por ello hay que entender que un cargo legislativo no se limita a hacer leyes, revisar propuestas y autorizar las iniciativas de los mandatarios, pues además implica proteger y defender los derechos de los ciudadanos, representarlos y darles voz.
GÓMEZ ARANDA
El 1 de julio, día en que elegiremos el sucesor de Enrique Peña Nieto, le daremos trabajo a mil 600 legisladores. La pregunta de los 64 mil es: ¿a quién elegir para que nos represente ante las Cámaras legislativas?
Después de lo que hizo Belisario Domínguez para salvar a la patria, mucho se espera de los congresistas. Los chiapanecos, por ejemplo, hemos sido traicionados por nuestros diputados y senadores que, hambrientos de poder y ganancias económicas, no dudaron en anteponer los intereses personales a los del estado.
Nada más en noviembre de 2016, 14 de los 17 diputados federales de Chiapas votaron a favor de la reducción de más de 5 mil 200 millones de pesos del Presupuesto de Egresos de 2017, por lo cual cientos de trabajadores del Estado fueron despedidos, muchas obras quedaron inconclusas o no se realizaron, no hubo recursos para abastecer de medicamentos los hospitales y las clínicas de la entidad, se cancelaron proyectos y programas sociales y hubo una situación de emergencia económica.
Los que debieron velar por el bienestar de los chiapanecos, prefirieron no oponerse al agravio del gobierno federal y dejarnos en el desamparo.
Por la negligencia, irresponsabilidad e ineptitud de esos diputados, la administración de Manuel Velasco Coello propuso soluciones para superar la crisis, como un plan de austeridad, la reducción de los sueldos de los altos funcionarios, eficientar las operaciones del gobierno, aprovechar al máximo los beneficios de los diversos programas, entre otras cosas.
Para alcanzar los objetivos trazados y cumplirle a los chiapanecos fue fundamental el trabajo y la sensibilidad política del hoy exsecretario de gobierno Juan Carlos Gómez Aranda que, coincidentemente, ha sido elegido para representar a Chiapas en el Congreso de la Unión.
Gómez Aranda nació en Comitán, cuna del Dr. Belisario Domínguez y es por esa tierra de próceres que fue nominado candidato a la diputación federal por el distrito VIII.
Guiado siempre por Dios, fervoroso de la familia y partidario de los principios de Benito Juárez, Gómez Aranda tiene más de 40 años de trayectoria en el servicio público, en los que ha tomado decisiones responsables basado en el conocimiento y la planeación.
Ha desempeñado cargos importantes en el gobierno federal y estatal, como en la CONASUPO, SECOFI y la SARH. Asimismo, ha ocupado el puesto de Oficial Mayor del Gobierno de Chiapas. Fue presidente del Instituto de Administración Pública y es miembro fundador de la Comisión de Concordia y Pacificación (COCOPA) del Congreso de la Unión, donde participó en los diálogos con el EZLN que condujeron a la firma de Los Acuerdos de San Andrés.
Su carrera política nació en el PRI, partido por el que fue dirigente estatal, presidente de la Fundación Colosio y diputado federal durante la LVII Legislatura, en la que coordinó al grupo parlamentario chiapaneco del PRI y fue nombrado presidente de la Comisión de la Frontera Sur.
Con este rico bagaje laboral llegó al gobierno de Manuel Velasco en 2012, cuya primera encomienda fue encabezar el equipo de transición. Después, como titular de la Secretaría de Planeación, Gestión Pública y Programa de Gobierno, fue responsable de dirigir la elaboración del Plan Estatal de Desarrollo 2013-2018, que se basa en cuatro ejes rectores: Bienestar, Crecimiento, Desarrollo y Medioambiente.
También logró la instalación de los Comités de Planeación en las 15 regiones socioeconómicas del estado y de los 122 Comités de Planeación Municipal. Durante su gestión se programaron y validaron 8 mil 131 proyectos de inversión, que son guías de trabajo con las que se les da orden a las obras y acciones ejecutadas en los 124 municipios de Chiapas.
Los que lo conocen lo identifican como un hombre inquieto, quizá por eso en 2014 tomó la presidencia del Fideicomiso para el Desarrollo Regional Sur Sureste, impulsando iniciativas comunes en beneficio de 9 entidades federativas que integran este organismo, logrando gestionar más de 500 millones de pesos para la realización de decenas de proyectos de desarrollo.
En abril de 2015, Gómez Aranda es nombrado Secretario General de Gobierno, donde fue protagonista de la construcción de un clima de paz y respeto a las instituciones, alcanzando grandes acuerdos para Chiapas siempre privilegiando los derechos humanos y la legalidad. Fue en este encargo que puso todos sus esfuerzos para lograr la concordia y la justicia social para las familias chiapanecas.
No podemos omitir que durante el tiempo que ejerció el cargo se dedicó las 24 horas del día a atender las problemáticas sociales, agrarias, políticas, magisteriales y estudiantiles, así como aquellas suscitadas por fenómenos naturales.
POR QUÉ SÍ
¿Por qué votar por Juan Carlos Gómez Aranda? Debido a los fracasos, las traiciones y el cúmulo de abusos cometidos por muchos de los anteriores diputados, lo que le conviene a Chiapas es apostarle a la experiencia, al compromiso y a los buenos resultados. Y el exsecretario de gobierno los tiene.
Nació y vivió en el seno de una familia humilde que le inculcó el valor del trabajo, el respeto y el amor a sus semejantes. Su educación básica la realizó en escuelas públicas y después de años de empeño logró graduarse como licenciado en Ciencias Políticas y Administración Pública por la Universidad Nacional Autónoma de México.
No es un político improvisado. Es de los pocos que conocen cada rincón de Chiapas, sus necesidades y su gente. Votar por él es votar por alguien que se ha mantenido alejado del clientelismo, los escándalos de corrupción y los compadrazgos.
Le dicen “El caballero de la política” y entre los candidatos a dicha diputación federal es el único que promete fielmente asumirla con inteligencia, compromiso y pasión. ¡Chao!
@_MarioCaballero