02 Mayo 2018
MARIO CABALLERO
RACIEL
Según Samuel Johnson, el que se vuelve a casar demuestra “el triunfo de la esperanza sobre la experiencia”. Ignoro totalmente lo que el doctor de las letras inglesas diría de quien se casa una sola vez y para siempre pero con su vocación de servicio a los demás. Tal es la situación del abogado cuya trayectoria en la administración pública amerita ser reconocida, la de Raciel López Salazar.
López Salazar pertenece a una generación de hombres de lucha y tenacidad. Nació en el emblemático municipio de Tonalá, Chiapas, donde las oportunidades de progreso muchas veces son propias nada más de las familias de dinero. Él, sin embargo, creció en un hogar humilde, en el que aprendió el buen ejemplo y los principios como el respeto, la humildad y la honestidad. Fue ahí donde le inculcaron desde muy pequeño el valor del trabajo y la educación, dos herramientas con las que se abrió camino a mejores condiciones de vida.
Si su destino era ser pescador, campesino o empleado del ferrocarril, como suele suceder en el caso de los hombres que nacieron en esa tierra que los condena a eso por el solo hecho de ser de cuna pobre, Raciel se empeñó desde su adolescencia y buscó los medios para prepararse hasta que logró recibir el título de abogado por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Hoy, con varias décadas en el servicio público y decenas de reconocimientos, está en la lucha de representar y darle voz al pueblo que lo vio nacer. Pues es candidato a diputado federal por el distrito electoral número VII con sede en Tonalá.
TRAYECTORIA
Raciel López es de los pocos políticos de nuestro tiempo que goza de credibilidad y de una imagen intachable en la administración pública. Admite con modestia que el esfuerzo, la dedicación, la constancia en el trabajo, el fervor por la familia y el amor a Dios han sido los factores que le permitieron hacer una carrera prominente en la política.
Al finalizar sus estudios universitarios cursó la maestría en Derecho Procesal Penal, un diplomado en Criminología y Ciencia Penitenciaria, además de terminar un importante doctorado en Ciencias Jurídico Penales. No conforme con ser todo un experto en materia de Derecho, tomó un curso en Administración Pública en el Instituto Washington Center en Estados Unidos, como para darle una base sólida a su vocación.
Con una vida hecha en la capital del país, poco a poco se convirtió en una figura central en las dependencias de impartición de justicia, especialmente en la Procuraduría General de la República (PGR).
En 1984 se desempeñó como Agente del Ministerio Público del Fuero Común en el estado de Chiapas. Dos años más tarde fue nombrado Procurador General de Defensa del Trabajo, cargo que ostentó hasta el 1 de mayo de 1987. En años posteriores fue asesor jurídico del Secretario de Desarrollo Urbano y Obras Públicas y, luego, Director de Recursos Humanos y Servicios.
Sus logros en todos esos puestos le confirieron distinciones de muchos organismos nacionales y el reconocimiento pleno de la sociedad por su noble labor en la administración de justicia. Empero, lo más loable fue la sencillez y la humildad con que el Dr. López Salazar ejerció sus funciones. Cabe mencionar que la diplomacia, idealismo y pacifismo han sido en él esas cualidades que lo han distinguido a lo largo de su carrera. Sin duda es de esas personas que entienden la política como el más valioso instrumento para servir a los demás sin esperar nada a cambio.
En 2002 fue nombrado titular de la Fiscalía Especializada de Delitos de Propiedad Intelectual y, en 2004, como encargado del Despacho de la Delegación estatal de la PGR en el estado de Coahuila. A nivel federal se desempeñó como Subdelegado de Procedimientos Penales y Averiguaciones Previas, Director General de Procesos y Director de Estudios y Divulgación, esta encomienda la culmina el 15 de enero de 2009.
En fin, su profesionalismo y capacidad lo llevaron a muchas responsabilidades en la Ciudad de México, el Estado de México, Baja California, Puebla y Jalisco.
ABOGADO DE LOS CHIAPANECOS
Orgulloso de sus raíces, volvió a Chiapas en enero de 2009. Recibió el nombramiento de Procurador General de Justicia del Estado, puesto que sostuvo –salvo por un breve periodo de ausencia- por más de ocho años.
Como procurador, López Salazar echó mano de todo su talento y de la experiencia que obtuvo en sus anteriores encomiendas. Hizo una auténtica revolución dentro de la PGJE para recatarla de la ignominia y devolverle la confianza como una institución al servicio del pueblo chiapaneco, que repartiera justicia con equidad, autoridad, transparencia y apegada al Estado de Derecho. Porque sus predecesores, como Mariano Herrán Salvatti, la desprestigiaron y convirtieron en un instrumento para la represión y persecución política.
Recordemos que la insana relación entre Pablo Salazar y Herrán fue sólida. Mariano venía con el reconocimiento de los gobiernos de México y Estados Unidos en la lucha contra los cárteles del narcotráfico, y Salazar lo necesitaba para blindar su gobierno. Durante ese periodo, todos los que se opusieron a las políticas genocidas y arbitrarias de Salazar padecieron hostigamientos, encarcelamientos injustificados y exilios. Desde la Procuraduría se le dio vigencia al pensamiento del político Gonzalo N. Santos: Encierro, destierro o entierro.
Desde el periodo del gobernador Absalón Castellanos Domínguez hasta la de Salazar Mendiguchía, la Procuraduría pasó por una grave crisis de credibilidad, donde se aplicaban prácticas nada legales para combatir el crimen. Nadie desmintió las acusaciones de que desde ahí se planearon decenas de desapariciones de líderes campesinos, los atentados a las instituciones, las golpizas a políticos y los asesinatos. Fue el imperio del terror. Los chiapanecos no sólo estuvieron desamparados, sino tuvieron miedo de quien debió protegerlos.
Imposible borrar de la memoria los casos del policía Eduardo Rivera Barrios, que en el gobierno del general Castellanos gozó de fama, poder y hasta impunidad. También está Ignacio Flores Montiel, un jefe de policía que estuvo implicado en la masacre de homosexuales en Tuxtla Gutiérrez y que fue encarcelado en el sexenio de Sabines.
Pero más allá de esos episodios de terror tenemos que admitir que el sistema de impartición de justicia falló en esas épocas en su tarea de salvaguardar la integridad y el patrimonio de los chiapanecos, y todo porque fue comandada por políticos, gobernantes y “cuicos” enfermos de poder.
Con la llegada del abogado Raciel López Salazar se terminó con esos años de incertidumbre e impunidad.
Por su dirección al frente de lo que hoy es la Fiscalía General del Estado, nada más en 2016 se obtuvieron 63 sentencias condenatorias en contra de tratantes de blancas y se rescataron a más de 600 víctimas de este delito. Por otro lado, en el marco de la política criminal de cero tolerancia se detuvieron a 4 mil 393 delincuentes que fueron sometidos a la acción de la justicia y puestos a disposición de los Jueces de Control.
El INEGI reconoció a Chiapas en 2016 como el estado más seguro del país, con las tasas más bajas en delitos y víctimas por cada 100 mil habitantes, y esto es sin duda otro de los grandes logros del Dr. López Salazar cuyo trabajo siempre estuvo ajustado a las necesidades reales de los chiapanecos e hizo de la Procuraduría una institución valiosa y trascendental: ícono del gobierno de Manuel Velasco Coello.
CANDIDATO
Nadie puede negar la aptitud y el interés que siempre tuvo Raciel López Salazar por garantizar la seguridad de los ciudadanos, sobre todo por los casos que más conmocionaron a la sociedad como el asesinato en el Hotel Troya y el lamentable crimen de la joven Gloria Castañón Balcázar, en los cuales se dio con los responsables y actualmente están pagando una condena por sus delitos.
“Ustedes quieren un diputado que se siente con ustedes, que los escuche, que proponga, porque sólo ustedes saben qué se necesita para avanzar como ciudadanos. No les voy a fallar porque daré resultados en base en sus peticiones”, dijo hace unos días en un acto de campaña.
¿Por qué merece López Salazar ser diputado federal? Entre otras cosas porque conoce su tierra, su gente y es de los pocos que ha comprobado con hechos estar comprometido con la causa de los chiapanecos. Y una trayectoria como la de él, no hace sino alimentar mayores esperanzas. ¡Chao!
@_MarioCaballero