05 de Enero 2015.
MARIO CABALLERO
MITZITÓN: OTRA CUENTA DE NEMESIO PONCE
La culpabilidad de Nemesio Ponce Sánchez por los asesinatos de Mitzitón aún no obtiene su debido castigo. Y este caso es sólo uno de tantos delitos en los que Nemesio Ponce estuvo involucrado. Recordemos, pues, que en su calidad de subsecretario de gobierno en el periodo de Juan Sabines Guerrero despachó una serie de arbitrariedades que él mismo denominó como “Funciones del Puesto”, y lo de Mitzitón es una de ellas.
Los atropellos de Nemesio Ponce van desde encierros injustificados, desapariciones forzadas, represión a líderes sociales, destrucción de grupos inconformes, coerción política, imposición de gente a modo, hasta el avasallamiento de las instituciones, y por cada uno de estos delitos es por lo que las víctimas piden que sea castigado con todo el peso de la ley. En caso contrario, se estará confirmando la máxima: Aquí no hay justicia para los desposeídos, solo impunidad para los poderosos.
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Nemesio Ponce Sánchez no era político sino una persona más sumida en la pobreza, cuya única posesión era un automóvil viejo que usaba para trasladarse de su casa al trabajo y viceversa. Y todo lo que sabía sobre política y la problemática social se basaba en los usos y costumbres de los arrabales de la ciudad de México, donde vivió y creció. Pero al tener domino sobre todo lo que lo rodea cambia su personalidad y añade a su comportamiento el gusto por lo snob y la intolerancia a la disidencia.
Cuando llega a formar parte del gobierno de Juan Sabines Guerrero, en el momento en que nada peor podría pasarle en la vida, pues ya había sufrido el desprecio y la derrota, el hambre y el frío, adopta una ley que lo rigió durante todo el sexenio a modo de venganza a la frustración y la miseria: “El régimen no admite oposiciones”. Y de este comportamiento, a veces soberbio y a veces inhumano, le nace el mote de “El Todopoderoso”.
CASO MITZITÓN
En el caso Mitzitón, Ponce Sánchez rinde una respuesta expiatoria para desligarse del operativo que él dirigió desde su oficina en el Palacio de Gobierno: “Nada tuve que ver con lo ocurrido en Mitzitón. Así que las acusaciones hacia mi persona que hace el licenciado Ricardo Lagunés Gasca (abogado del Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de las Casas) carecen de fundamento y credibilidad. Por lo pronto, aclaro que nosotros como autoridad competente nos corresponde propiciar la paz por las mejores vías y no así provocar los conflictos. Y eso de que armamos a paramilitares, es una carta que usa el abogado Lagunés para poner en mal al gobierno. Nada menos reprobable que eso”.
Las acusaciones verbales del Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de las Casas se convirtieron en averiguaciones previas, y en ellas se acusa a Nemesio Ponce Sánchez de ser el autor intelectual de los hechos fatales. A partir de esa fecha, los ejidatarios de Jotolá y San Sebastián fueron acosados y perseguidos por elementos de la Policía Estatal Preventiva por una sola razón: denunciar los hechos y pedir justicia.
En septiembre de ese mismo año, Ponce Sánchez envía policías ministeriales y agentes de la PEP al ejido de Jotolá con dos objetivos: uno, detener al comisariado ejidal y al profesor Ricardo Sánchez, vocero de las querellas; dos, para dejar claro el mensaje: El doctor Nemesio Ponce Sánchez es intocable.
Para acabar con la problemática, Nemesio usa la fuerza del Estado y localiza en los disidentes el peor crimen: la impertinencia. Y en su embriaguez de poder, dice: “Los criminales (así juzga a los que criticaron sus formas coercitivas para imponer la autoridad) lo son por instinto y no pueden evitarlo”. Es decir, los impertinentes desean castigar al funcionario y eso es un crimen sin remisión.
Días después de estos eventos, miembros de la Organización para la Defensa de los Derechos Indígenas y Campesinos declararon ante la prensa: “Estamos aliados con el doctor Nemesio Ponce… Él nos ordenó emboscar al abogado Ricardo Lagunés… Durante todo el tiempo que duró el operativo en San Sebastián Bachajón y en Mitzitón fue a Nemesio a quien le rendimos cuentas”. Con estas declaraciones se cae la mentira de Nemesio Ponce que afirmó en reiteradas ocasiones que el asunto de Mitzitón se trataba de un conflicto religioso, pero la verdad es que fue un planeado exterminio religioso-político-zapatista.
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Que quede claro: Nemesio Ponce Sánchez es culpable por las muertes y expulsiones en Mitzitón, y no existen excusas posibles que lo salven de ir a prisión por este grave acontecimiento. Las investigaciones deben reabrirse y continuar por la brecha correcta sin detenerse en miramientos políticos.
Porque ya es el tiempo para que el apotegma tenga sentido: Nadie es tan fuerte como para maltratar eternamente y vivir impune. Las autoridades deben cumplir con la sociedad al hacer justicia, de lo contrario, la sociedad con toda su indignación moral tendrá que resignarse y aceptar el hecho de que la impunidad es la variante de “la diosa perra del éxito”.
@_mariocaballero