19 junio 2018
MARIO CABALLERO
¿DEJARÍAS TU FUTURO EN MANOS DE CARLOS MORALES?
Me parece muy grave que la gente crea que el negocio familiar de Andrés Manuel López Obrador, MORENA, sea una especie de purgatorio donde políticos corruptos se vuelven personas honestas por el solo hecho de unirse al partido. Que se engañen quienes quieran dejarse engañar. Que se tapen los ojos quienes quieran ignorar las evidencias de la podredumbre de muchos de los que militan ahí.
Es un buen momento para hacer público que Carlos Morales Vázquez no es un valioso luchador social ni un líder político intachable. Tampoco un inmoral converso. Ser de MORENA no purifica sus pecados de nepotismo, malversación de recursos públicos, abuso de autoridad y tráfico de influencias, pues la vida pública de este personaje no ha sido ajena a los escándalos de corrupción.
SUCINTA SEMBLANZA
Carlos Morales Vázquez es originario de Ocozocoautla. Tiene 60 años de edad y media vida de trayectoria política. Es licenciado en Derecho por la Universidad Nacional Autónoma de México y tiene una maestría en Administración Pública. Fue socio del Despacho Castillo y Asociados, abogado externo del Banco Mexicano SOMEX y de BANPAIS, asimismo apoderado legal de Comercial Unidad Chiapas, S.A. de C.V. y catedrático de la Fundación para Estudios Profesionales Balún Canán.
Empezó en el PRI desde muy joven y su primer encargo fue dirigir el Movimiento Territorial, una organización priista que según busca fortalecer las agrupaciones de la sociedad civil. Luego fue designado Secretario de Organización del Comité Directivo Estatal y posteriormente Secretario General Interino de la Confederación Nacional Campesina (CNC) en Chiapas. Bajo las siglas del tricolor fue diputado en el Congreso del Estado de 1991 a 1995, de cuya responsabilidad no se le recuerda nada.
Abandonó el PRI y convenientemente se unió al PRD en 1995. La amistad que tenía con Eduardo Robledo Rincón lo colmaron de muchos beneficios, pero tras la salida de éste de la gubernatura de Chiapas lo dejó desprotegido ante los pleitos que sostuvo con el gobernador interino Julio César Ruiz Ferro, mismos que lo obligaron a renunciar.
Una vez en el PRD, en 1997 fue electo diputado federal por el Distrito IX electoral, y repitió la hazaña por ese mismo distrito en 2006. ¿Qué hizo por los chiapanecos durante esos seis años como legislador en el Congreso de la Unión? ¿Qué iniciativas impulsó? ¿Cuáles fueron sus mayores gestiones? ¿Qué críticas al gobierno se le merecen como político de izquierda? Absolutamente, nada. Se dedicó a cobrar un jugoso sueldo sin trabajar y se olvidó de los que votaron por él.
En eso se resumen sus primeros 21 años como político.
UN FRACASADO OPORTUNISTA
Carlos Morales Vázquez ha sido dos veces candidato a la presidencia municipal de Tuxtla Gutiérrez, y en esas dos ocasiones ha perdido. No obstante, fue hábil para sacar buenas ganancias de sus fracasos.
Mucho antes que Freud, Heráclito dijo: “Difícil es luchar contra el deseo: lo que quiere lo paga con el alma”. Cuando Carlos Morales le ganó la diputación federal al insigne priista Antonio Pariente Algarín por una pequeña diferencia de votos, en 1997, se sintió con la capacidad para ganar puestos más elevados y fue así que en 2001 obtuvo la candidatura a la alcaldía de la capital de Chiapas.
Empero, la panista Victoria Rincón Carrillo le ganó por trescientos votos. ¿Por qué perdió Morales si decían que era el contrincante a vencer? Simple, por el descrédito de su persona. Los tuxtlecos que antes le habían dado su confianza para representarlos en la Cámara de Diputados no se olvidaron que Carlos Morales los despreció después, que nada más los utilizó para ganar la curul y que una vez estando en ella jamás volvió a poner un pie en las colonias de Tuxtla Gutiérrez. No votaron por él pensando que sería peor como alcalde.
En toda democracia se gana y se pierde hasta por un voto. Carlos Morales no aceptó la derrota e impugnó la elección alegando fraude electoral. Dijo que contaba con todos los elementos para probarlo y emprendió un movimiento para exigir su “legítimo triunfo”. Después de varios días de protestas y marchas, se retractó y aceptó una regiduría de la que vivió con todas las comodidades e hizo alianza con la alcaldesa Rincón Carrillo. Se llevaban de pellizcos.
En su segundo intento perdió ante el sabinista Samuel Toledo Córdova Toledo. Esta vez el margen de votos fue abismal, pero igual alegó fraude. Volvió a hacerse el mártir, organizó mítines y a diferencia de años anteriores no aceptó la regiduría que le ofrecieron. Y luego de tanto lloriqueo y pujidos, fue nombrado titular de la Secretaría de Medio Ambiente e Historia Natural en el Gobierno del Estado.
“A río revuelto, ganancia de pescadores”, dice un refrán. Carlos Morales demostró en dos ocasiones ser un vil oportunista que se inmoló públicamente y sin razón, pero eso le dio poder y muchas riquezas.
NEPOTISMO, CORRUPCIÓN Y NEGLIGENICIA
Morales Vázquez ostentó la Secretaría de Medio Ambiente durante cinco años, y en ese tiempo fue acusado del presunto delito de venta de especies exóticas y en peligro de extinción, también de maltrato laboral, nepotismo, prepotencia, incumplimiento de funciones, de realizar despidos injustificados y de desviar recursos públicos para fines políticos.
Lo primero que hizo fue engrosar la nómina con varios de sus familiares. Por ejemplo, a Enrique Morales lo nombró Director de Protección Ambiental; a Pablo Morales, asesor, y a Junior Germán Morales, jefe de Área en Desarrollo de Sistemas. Todos ellos son sus sobrinos. Aunque también favoreció a su yerno René Alcocer, adscrito al despacho principal de la Secretaría. Esto nada más por mencionar algunos.
En 2014, abusando de su autoridad mandó a desalojar con uso de la fuerza pública a la señora Imelda López Escobar, que desde hace más de diez años venía ocupando un local comercial en el interior del zoológico llamado “La Urraca”, un restaurant que daba empleo a 12 personas. Ese negocio se lo entregó a Antonio Morales, su hermano. Y no contento con despojar de su sustento a la antigua propietaria, la mandó a investigar a través de una fiscalía especializada por delitos inexistentes. El objetivo de Carlos Morales, dijo la afectada, era enviarla a El Amate. De ese nivel la prepotencia del candidato.
Eso mismo hizo con otro espacio comercial del ZooMat denominado “El Aguaje”, que se lo quitó a otra persona a punta de hostigamientos, intimidaciones y argucias legales para dárselo a su otro hermano Jorge Morales.
Cuando tomó protesta como titular de dicha dependencia advirtió que el tiempo para Cales y Morteros del Grijalva había llegado a su fin y que haría todo lo posible para hacer pagar a la empresa española Proactiva (hoy Veolia) por todos los daños ocasionados al ambiente y al ecosistema. No cumplió.
Cales y Morteros del Grijalva es señalada como la culpable de miles de casos de enfermedades respiratorias por la extracción de materiales pétreos en las laderas del Cañón del Sumidero. Eso y otras irregularidades la han hecho objetivo de una serie de demandas jurídicas y penales que hasta el momento no han recibido ninguna respuesta. A pesar de ello, sigue laborando. Morales Vázquez no hizo ninguna defensa legal a favor de los damnificados y se dice que negoció brindarle impunidad a esa empresa a cambio de financiamiento para su campaña a la presidencia municipal.
En el caso de Proactiva, consorcio que ha provocado daños permanentes en flora y fauna en varias decenas de hectáreas alrededor del relleno sanitario El Tronconal y que tiene demandas por los derrames de lixiviados que terminan en el río Grijalva, cuyas aguas son bombeadas para el consumo de los tuxtlecos, Carlos Morales fue indiferente. No le importó la catástrofe ecológica, ni el peligro a la salud pública, ni las amenazas de muerte que recibió Héctor Montesinos Cano de parte de los ejecutivos que además lo demandaron por 600 millones de pesos por un supuesto daño moral.
El candidato de Morena terminó convirtiéndose en cómplice y en un obstáculo para la justicia. Nada más le dio vueltas al asunto y se limitó a promover tres multas de 20 mil pesos cada una a través de la Procuraduría Ambiental estatal. Fue todo lo que pagó Proactiva. Y hay incluso quienes acusan a Morales Vázquez de haber pactado beneficios económicos para dejar las cosas tal y como están hasta el día de hoy.
Con todo ese historial, ¿dejarías tu futuro en manos de Carlos Morales? ¡Chao!
@_MarioCaballero