11 Septiembre 2018
MARIO CABALLERO
DESGRACIADO
Pido permiso para introducir esta columneja entregando mi infinito agradecimiento a familiares, amigos, conocidos y a todos aquellos a los que ni siquiera conozco y ni me conocen, pero que de alguna u otra manera han estado pendientes y han ayudado a mi señor padre que aún sigue hospitalizado y luchando por su vida. No los menciono por nombre para no omitir a ninguno. Empero, a todos les digo gracias, muchísimas gracias.
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Decir que alguien es un desgraciado puede tomarse como un insulto. No lo dudo puesto que la palabra por si sola suena demasiado fuerte. Incluso para muchos es peyorativa y denigrante. Tal vez tengan razón al considerar además su valor despectivo. Sin embargo, sirve para describir a aquellas personas de malas intenciones que inspiran menosprecio. A todas aquellas que disfrutan maltratar y dañar a los demás. Como el priista Noé Fernando Castañón Ramírez, y le diré por qué.
El lunes 27 de agosto de 2018, Noé Castañón fue detenido cuando regresaba de Las Vegas por elementos ministeriales del estado de Nuevo León en la Terminal B del Aeropuerto Mariano Escobedo, en el municipio de Apodaca. Su arresto se dio en medio de un operativo coordinado entre las autoridades chiapanecas y las de aquel estado que actuaron en cumplimiento de una orden de aprehensión por los delitos de violencia familiar y falsedad de declaración.
Desgraciadamente hoy está libre y cuenta con el favoritismo de los jueces que pueden exculparlo en cualquier momento de todos los cargos para que éste pueda rendir protesta como senador de la República y obtenga la protección del fuero constitucional.
Para entender este caso debemos contestar dos preguntas esenciales: ¿tienen fundamento las acusaciones en su contra? y ¿por qué la parcialidad de las autoridades?
PREGUNTA NÚMERO UNO
Salvo por la edad, Noé Castañón no puede estimarse como un mirrey pero tiene todas las características de esos jovenzuelos que a pesar de tener todos los medios a su alcance para ser un aporte para el país, hacen todo lo contrario. Por ejemplo, nació en cuna de oro y desde niño gozó de una posición social y económica para muchos inalcanzable. Estudió en los mejores colegios de México y del extranjero. Es abogado, especialista en Amparo, Derecho Constitucional y Electoral, pero tiene un placer enfermizo por las fiestas, en las que el champán y los mejores vinos corren como las caudalosas aguas del río Grijalva.
Quienes lo conocen o han trabajado con él o para él hablan de su arrogancia, despotismo, prepotencia y de que es un macho que no pierde la oportunidad para humillar a las mujeres. Además se siente intocable y con el derecho de ver a todos por encima del hombro por el simple hecho de ser hijo del ex ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Noé Castañón León, quien también fue Secretario General de Gobierno en el sexenio de Juan Sabines Guerrero.
Por esta razón Noé Castañón Jr. se comporta como un patán, como un hijo de papi que hace lo que se le pega su regalada gana y con quien se le da la gana. Y una de sus principales víctimas fue su ex esposa Mayte López García, que según cuenta ella misma vivió un infierno al lado del hijo del ex ministro.
En 2016, Mayte López reveló que durante los 12 años de su matrimonio estuvo sometida por Castañón Ramírez. Aseguró que desde el día de la boda la mantuvo alejada de sus padres y la despojó de todos sus bienes. Incluso tuvo que soportar que su esposo la engañara con Karen Damaris Palacios Zenteno, secretaria del priista.
Dice un dicho que “no hay mal que dure cien años ni cuerpo que lo resista”. Fue así que López García se cansó de los abusos y decidió separarse de “Noecito”. Buscó un abogado e interpuso una denuncia en contra de su ex pareja. Logró también que un Ministerio Público del Fuero Común girara una orden de restricción para que el júnior Castañón no pudiera acercarse a su familia en virtud de la violencia y las amenazas que éste ejercía sobre ella y sus hijos.
Mayte obtuvo la custodia de sus tres hijos (todos menores de edad) con quienes vivía en una casa modesta pero llena de comprensión y cariño en la Ciudad de México. Empero, esa felicidad le duraría muy poco.
El 22 de septiembre de 2016, Noé Castañón llegó a la casa de su ex esposa sin importarle la restricción y secuestró a sus hijos con lujo de violencia.
Así lo relató la madre de los niños: “Era un día normal, yo venía bajando del edificio para llevar a mis hijos al transporte escolar a las siete de la mañana. Venía arreglándolos cuando de repente atrás de nosotros corrieron como 10 o 15 personas. Me agarraron de los brazos, me levantaron, me voltearon, me jalaron a los niños de los brazos y ellos gritaron horrible”.
Se dijo que esas personas eran guardaespaldas del ex ministro de la SCJN, quienes capturaron a los infantes y los subieron a una camioneta. Castañón Ramírez se metió a la fuerza a la casa y sustrajo al más pequeño de sus hijos. La señora Mayte luchó pero no pudo ante la fuerza de los gorilas del júnior, que la arrojaron por los suelos. Finalmente los pequeños fueron llevados al aeropuerto y trasladados a Chiapas.
Se dice que Noé Castañón Ramírez engañó al juez del ramo de lo familiar de la capital del país y además contó con la complicidad del actuario del Juzgado Décimo Quinto de lo Familiar de la Ciudad de México para cometer esa canallada. No contento con eso denunció a Mayte de actuar con violencia contra sus hijos, pero la denuncia se desechó.
Por otra parte, López García lo demandó penalmente por el secuestro de sus hijos y por falsedad de declaración. Y volvió a ver a sus hijos hasta el mes de febrero de 2017 después de luchar durante cinco meses contra la parcialidad de dicho Juzgado.
PREGUNTA NÚMERO DOS
Qué no haya pasado nada después de que Castañón Jr. secuestró a sus hijos habla de una evidente corrupción de las autoridades competentes (oxímoron perfecto) y del supuesto tráfico de influencias del ex ministro Noé Castañón. Si no ¿cómo se explica la liberación expedita del secuestrador?
Veamos. Castañón Ramírez salió de prisión la noche del martes 29 de agosto. Ese día, López García acudió a una audiencia en compañía de su abogado. La cita era a las 10:30 de la mañana y Noé Castañón Ramírez se presentó hasta las 11:30 en compañía de su padre, el juez Luis Armando Mijangos López y otra persona. Llegaron todos juntos. Horas más tarde, ese mismo juez ordenó liberar al inculpado pagando una fianza de 20 mil pesos.
Luego fueron citados para el día 2 de septiembre a una nueva audiencia, y el priista no acudió. Dijo haber sufrido un presunto atentado de una organización criminal en Villahermosa, Tabasco, y el juez validó esa justificación aun cuando no se presentó ninguna denuncia por dicha agresión. Por lo cual la audiencia se cambió para el 7 de septiembre.
El pasado viernes, el juez Carlos Inocencio Hernández Urbina determinó no vincular a proceso a Noé Castañón Ramírez por el delito de violencia familiar porque –según él- no halla elementos suficientes que confirmen que el imputado participó en ella. Pero no dio ningún argumento para sostener su fallo.
Hasta el momento, el influyentismo de Noé Castañón León, que se jacta de tener una sólida y cercana amistad con el ex presidente Carlos Salinas de Gortari, ha podido más que todo el poderío de las leyes. Y si su vástago termina exculpado del delito de falsedad de declaraciones habrá ganado la batalla en contra de una mujer indefensa y a pesar del daño que les está ocasionando a sus propios nietos.
BATRES Y MONREAL
Martí Batres, presidente del Senado, y Ricardo Monreal, coordinador de los senadores de Morena, tienen la enorme responsabilidad de evitar que Noé Castañón Ramírez rinda protesta como senador.
Si dicen luchar contra la corrupción y la impunidad, deben exigir justicia por todos los daños cometidos por Castañón Ramírez, quien no sólo ha estado inmerso en escándalos de defraudación fiscal y señalado cómplice de Juan Sabines Guerrero en el mayor saqueo a los chiapanecos, pues ahora también está secuestrando niños.
“¡Qué pase el desgraciado!”, diría la señorita Laura. Congruencia es lo que se pide y no demagogia. Porque si nadie pudo contra el tráfico de influencias de los Castañón, ellos como representantes del pueblo y supuestos adalides de la honestidad y la Cuarta Transformación deben hacerlo sin que les tiemble la mano.
Ya veremos de qué están hechos. ¡Chao!
@_MarioCaballero