24 octubre 2018
MARIO CABALLERO
LA MAESTRA HA VUELTO
Elba Esther Gordillo Morales regresó a la vida pública después de que un juez federal la absolviera y decretara su libertad. El 20 de agosto, en un evento bien preparado, se presentó como víctima política del sistema y le recetó los santos óleos a la Reforma Educativa. Y por si fuera poco, anunció su regreso al liderazgo del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación. La maestra ha vuelto.
Sin duda se trata de una mala noticia para la educación pública de México. Hoy se dice víctima de una persecución política. Tal vez tenga razón. El gobierno de Enrique Peña Nieto se la quitó de encima inventándole delitos. Aunque eso no significa que Elba Esther no sea culpable de haber sido parte de un sistema sindical corrupto, lleno de líderes que aseguraban proteger a sus agremiados pero que en el camino robaban el dinero de la organización haciéndose de fortunas inexplicables.
Si hacemos un poquito de memoria veremos que el caso de la maestra es singular. Durante el tiempo que duró al frente del SNTE acumuló tanto poder que abusó de su posición, incluso se sintió superior a los presidentes. Es decir, tenía la responsabilidad y la obligación de defender los intereses de los docentes, pero eso no le daba derecho de convertirse en patrón de ellos, ni de tener el control de la Secretaría de Educación Pública, dependencia en la que colocó a sus familiares, amigos y leales servidores.
CEREMONIA INAUGURAL
Elba Esther Gordillo es de Comitán, Chiapas, y llegó a la dirigencia nacional del SNTE por medio de componendas. Con toda una vida en el PRI, el expresidente Carlos Salinas le dio el nombramiento en su lujoso despacho en Los Pinos, obligando ahí mismo a renunciar a Carlos Jonguitud Barrios quien tenía 17 años de ejercer un reinado cruel y corrupto. Ese día fue el 24 de abril de 1989.
Decir que el Sindicato de maestros fue convertido por Gordillo en un negocio familiar es quedarse demasiado corto. El poder que conquistó por controlar la vida del profesorado puso de rodillas a cualquiera, ya fuera un partido político, un gobernador, un secretario de Estado o al mismo presidente de la República.
Salinas la encumbró y siempre la tuvo a su lado para tomar decisiones en cuanto al sector educativo. “Mi flaca”, le decía. Y de un jalón le entregó el dominio total de la educación en México. Siendo profesora, conociendo desde las entrañas al magisterio y las necesidades de éste, ¿hizo algo por mejorar las condiciones laborales de los docentes? Para nada. ¿Hizo algo respecto al nivel educativo de los millones de niños y jóvenes? Bueno, los resultados tanto de evaluaciones nacionales como de organismos internacionales revelan que nuestros hijos están hasta el final en rendimiento escolar, donde países como Costa Rica y Uruguay, por ejemplo, tienen mejor nivel en cuanto a comprensión de lectura y matemáticas. Ya no se diga la precariedad que hay en las escuelas.
El expresidente Ernesto Zedillo quiso removerla de la dirigencia del SNTE, aconsejado por su secretario particular Liébano Sáenz Ortiz, pero finalmente reconsideró el consejo de su secretario y optó por tenerla de aliada, de enemiga era complicarse la existencia y provocar un innecesario dolor de cabeza para su gobierno.
Si el PRI la empoderó, los presidentes del PAN la apapacharon. Los escándalos de corrupción en el Sindicato eran indignantes, pero ni Fox ni Calderón hicieron algo para detener la rapiña. Por el contrario, le abrieron las puertas de la Presidencia y dejaron que aparte de la SEP también controlara la Lotería Nacional, el ISSSTE, puestos de alto nivel en la administración pública y hasta tuviera acceso a curules en el Senado y en la Cámara de Diputados, que fueron ocupados por sus hijas, nietos, yerno y sus secuaces.
RIQUEZA ESCANDALOSA
El tamaño de su riqueza no coincidía con el salario que percibía como maestra ni como líder sindical. Tenía propiedades suntuosas en las colonias más exclusivas de México y Estados Unidos. Compraba en tiendas de Beverly Hills, donde Salma Hayek, Madona, Beyoncé o Lady Gaga gastan sus enormes fortunas. Vestía ropas de diseñadores de renombre y alhajas costosísimas. Enviaba regalos ostentosos y viajaba en aviones privados. En resumen, tenía la vida de una sultana y presumía su opulencia.
Uno de sus bienes es un pent-house ubicado en Galileo número 7, en Polanco, barrio de millonarios donde además tiene una casa valuada en 10.5 millones de dólares, en Edgar Allan Poe número 10. Ahí mismo, en Dickens 30, tiene otro domicilio y dos departamentos. En Bosques de las Lomas son suyas las residencias en Paseo de Ahuehuetes 501 y Bosque de Caoba 75. En la colonia Lomas de Virreyes tiene otra casa, en Boulevard de los Virreyes 510.
En Fuentes de Pescadero número 1, también en Bosques de las Lomas, Elba Esther tiene otra casa que desde algún tiempo está abandonada. Esto después de que varios medios de comunicación revelaran que la maestra había remodelado ese inmueble por más de 1.3 millones de pesos, pero que ese recurso no provenía de sus bolsillos sino del Fideicomiso de Vivienda Magisterial.
En el fraccionamiento Green Turtle Village en La Joya, California, la ex lideresa del SNTE posee una monumental residencia de dos plantas, con seis habitaciones, siete baños, una concina amplísima y un comedor modernista en color blanco. Según registros está a nombre de Esther Morales, madre de Gordillo Morales quien murió en 2009. Por eso dice la comiteca que todo lo tiene es herencia de su mamá. Mentira.
La maestra nunca escondió su escandalosa riqueza. Mientras sus agremiados ganaban en promedio diez mil pesos mensuales, Elba Esther cargaba un bolso que equivalía por lo menos treinta veces eso. Y se sentía tan poderosa que nunca creyó que alguien se atrevería a encarcelarla por enriquecimiento ilícito y desvío de fondos.
EN CAÍDA LIBRE
La maestra tuvo tanta influencia que todos se peleaban por tener su apoyo. Pero el poder la cegó. Se atrevió a criticar de manera dura y grosera a Enrique Peña Nieto cuando éste incluso acaba de ganar la elección. El presidente no olvidó la afrenta. El día de la toma de posesión la sentó en un lugar lejano. En la firma del Pacto por México ni siquiera la invitó. Y, para que el golpe fuera más duro, Peña nombró como Secretario de Educación Pública a su archirrival, Emilio Chuayffet.
En pocas palabras, a Elba Esther se le olvidó que nadie puede tener más poder que el presidente.
Es cierto que ella estorbaba para que la Reforma Educativa fuera una realidad. Fue así que la enviaron a prisión donde estuvo cinco años por los delitos de asociación delictuosa y enriquecimiento ilícito.
Pero es en verdad muy lamentable que esas acusaciones que armó la PGR resultaran endebles. Porque ahora mismo debería seguir detenida en su domicilio privado, tal como lo marca la ley para personas de edad avanzada, y no en libertad alardeando de autoridad moral al decir que el SNTE es una organización que entró en un periodo de “autodestrucción” como “resultado de la abyección”. ¡Farsante!
Ha sido tanto su descaro últimamente que ordenó a sus esbirros interponer una demanda penal contra Juan Díaz de la Torre, actual dirigente del SNTE, a quien sin tener pruebas acusa de corrupción y malversación de fondos.
¿LA APOYARÁ AMLO?
Ahora resulta que Elba Esther Gordillo, otrora miembro distinguido de la mafia del poder, es una de las nuevas representantes de la ola antisistémica. Dice que su lugar “estará al lado de los maestros y la defensa de la educación pública”, que quiere “un sindicato fuerte y unido”. A otro perro con ese hueso.
¿La apoyará AMLO para su regreso triunfal? Todavía no lo sabemos. Pero regresar a Gordillo Morales a la dirigencia del SNTE significaría una grave pérdida de credibilidad para López Obrador, una incongruencia en su discurso anticorrupción por el hecho de salir a defender lo indefendible.
¿Qué mensaje enviaría el presidente electo al retornar a la maestra si ha prometido limpiar la corrupción del país? ¿Quién le va a creer la promesa de honestidad cuando él mismo está devolviéndole el poder a ese símbolo de la corrupción llamado Elba Esther Gordillo Morales?
PARA MAGDALENA
Ya renunció el maestro Hugo Armando Aguilar a la Secretaría General de la UNACH. ¿Será el elegido para ocupar la rectoría los próximos cuatro años? Tal vez. Tiene capacidad, goza de la confianza de la comunidad universitaria y conoce la institución a la que ha dejado sin problemas ni brotes de violencia. Ya veremos… ¡Chao!
@_MarioCaballero