11 diciembre 2018
MARIO CABALLERO
LOS PROTAGONISTAS DEL PODER
Sin lugar a dudas, estamos frente a una nueva etapa política en México, de la que nadie puede ser ajeno a los cambios que se están produciendo desde la Presidencia.
Mucho hemos hablado de los números del cambio. De la cantidad de votos, los porcentajes, los escaños en el Congreso y la reestructuración del mapa político nacional. Y eso importa mucho porque es la base institucional de un poder que nació sin antagonistas. Quizá es la primera vez en la historia que tenemos a un presidente de la República imponente y legítimo, cuya superioridad obtuvo democráticamente.
En esta etapa la negociación con las fuerzas opositoras ya no es necesaria. Si la nueva coalición mayoritaria se pone de acuerdo y se coordina, podrá hacer, rehacer y deshacer cualquier ley que le dé la gana. Incluso podrá recomponer a su gusto las instituciones. Y podrá, además, sin el mayor esfuerzo cambiar nuestra Constitución.
Empero, lo más relevante del cambio no está en las instituciones, sino en la manera de entender y ejercer el poder. Si estamos de cara a una nueva etapa política no es porque las instituciones ahora hospeden a una nueva clase política. Es porque ese grupo entiende de modo distinto la mecánica del poder, el sentido de la representación popular, el sitio del conflicto y los atributos del liderazgo.
Por eso hemos visto a Andrés Manuel López Obrador más a gusto hablando desde la plaza pública que desde la tribuna del Congreso, donde la mayoría no sólo le es afín, sino devota. Y desde ahí manifiesta su desconfianza en las instituciones, que las ve como corruptoras de la voluntad del pueblo, y anuncia una intensa política de movilizaciones.
La etapa política de López Obrador es, literalmente, una política de enemistad, una constante activación de las rivalidades que nos convierte en un país de irreconciliables, que renuncia al entendimiento entre gobierno y oposición, y piensa que el objetivo principal no es gobernar para todos, con equidad, sino derrotar al otro.
Debido a eso que el cambio que propone el presidente es volver a centralizar el mando para controlarlo todo y establecer personas en los estados, llamados superdelegados, quienes observarán, espiarán y competirán con los gobernadores, y esa una estrategia para mermar el poder de los gobiernos locales y aniquilar la oposición.
LOS LOGROS DE LA CONAGO
Por todo ello es encomiable la reunión sostenida hace unos días entre los integrantes de la Conferencia Nacional de Gobernadores y el presidente López Obrador. Lo es por dos cosas. La primera por los buenos resultados obtenidos y, segunda, por la postura ideológica y política del gobernador de Campeche Alejandro Moreno, actual presidente de la Conago.
En dicha reunión, AMLO acordó que los coordinadores estatales o superdelegados no serán secretarios técnicos de los comités de seguridad en las entidades, sino que el titular de Seguridad Pública, Alfonso Durazo, nombrará a personajes especializados. Ese, desde luego, es un logro importante para los gobernadores ya que tener a gente del presidente tomando ese tipo de decisiones no sólo invadía sus facultades, también reducía la eficiencia de las políticas de seguridad al ser elaboradas por personas sin experiencia.
Ese tema hizo que algunos mandatarios estatales confrontaran al gobierno federal. Sin embargo, a partir de decidir que los superdelegados se encargarán únicamente de los programas de desarrollo social hizo que se limaran asperezas y los gobernadores y el presidente pasaran al territorio de la cordialidad y el respeto.
Otro de los buenos resultados fue la de instalar mesas de trabajo con los secretarios de Hacienda, Carlos Urzúa, y de Educación Pública, Esteban Moctezuma, que serán enfocadas en cuestiones presupuestales y buscar una solución a los problemas del sector educativo, esto después de que López Obrador se pronunciara también por atraer el control de la educación.
De esta manera, los gobernadores seguirán teniendo el poder que por ley les pertenece y tendrán la responsabilidad total de los buenos o malos resultados en sus estados.
EL GRAN ANTAGONISTA
Por otro lado, el priista Alejandro Moreno Cárdenas se levanta como el gran antagonista del poder, como un fuerte opositor del gobierno federal que apela al marco jurídico y al buen ejercicio político para defender los derechos constitucionales y oponerse a las decisiones erróneas de López Obrador. Al contrario del presidente, él no recurre al insulto ni a los señalamientos falsos para exigir respeto a la investidura.
“La relación que tendremos con el gobierno federal será de correspondencia y no de dependencia. Nosotros respetamos al titular del Poder Ejecutivo federal porque es una convicción de la Conferencia Nacional de Gobernadores. En un diálogo abierto, republicano, trabajaremos permanentemente. Y en lo que coincidamos habremos de respaldar, y en lo que no coincidamos habremos de señalar, siempre con firmeza y mucha claridad”, dijo Moreno Cárdenas como presidente de la Conago.
Alejandro Moreno, quien también estuvo mencionado para asumir la candidatura a la Presidencia de la República, es un político hábil y de intachable reputación. Durante lo que va de su mandato es considerado un gobernador tenaz, honesto y perseverante, de buenos resultados y apoyado por su pueblo. Ya antes había sido considerado para dirigir al PRI nacional, pero ahora desde la Conago puede ser quien le lave la cara a ese desprestigiado nuevo PRI.
Hay que poner mucha atención en las palabras del gobernador de Campeche. No son las de un político improvisado ni las de un agachado. Son las de alguien que cree en las instituciones y en el Estado de Derecho. Por eso se pronuncia por el respeto al presidente, pero en un marco de reciprocidad y correspondencia. México, que en los dos sexenios pasados se manchó de sangre por la violencia desatada en la guerra contra el narco, lo que menos necesita son conflictos entre el presidente y los gobernadores. Eso hay que aplaudirle a Alejandro Moreno, quien logró establecer el ánimo de trabajar fuerte para generar certeza y un acompañamiento de respecto y cordialidad con el Ejecutivo federal.
Pero no hay que notar sólo su entusiasmo, sino principalmente su ideología como político de oposición que es desde ahora. Alejandro Moreno tiene la suficiente autoridad moral para dejar entrever que respaldará las acciones que coincida con AMLO y que señalará en las que no. Eso, definitivamente, no habla de revanchismos sino de congruencia política, esa que rechaza el servilismo, los compadrazgos y el clientelismo.
Se sabe que la Conago es un foro que busca fortalecer el federalismo mediante mecanismos democráticos, manteniendo el respeto de las instituciones, sin distinción de partidos e incluyente, pero su función llega hasta la presentación de propuestas de gobierno o recomendaciones, no así la de ejecutar políticas públicas.
No obstante, siendo una entidad que reúne a todos los gobernadores de México, puede convertirse en ese bastión, en esa resistencia política que se necesita en estos tiempos en que el poder no tiene contrapesos. Y quizá sea la única posibilidad de tener una voz que contradiga y combata como oposición, ya que los partidos están prácticamente borrados del escenario y Morena domina con una mayoría absoluta.
No hay poder sin antagonistas. Alejandro Moreno tiene una responsabilidad enorme en esta nueva etapa política, que según palabras del presidente de México no es de reformas, pero que insiste en sugerir que está naciendo un nuevo país con una auténtica democracia, una economía incluyente, una sociedad solidaria y una nueva moralidad pública.
La política mexicana tiene nuevas sedes, otro ritmo y un vocabulario diferente. La clase gobernante y todos nosotros debemos hacer esfuerzos por entender esas novedades, porque sólo de su entendimiento puede surgir una estrategia contra ella. Mientras tanto, López Obrador y Alejandro Moreno se perciben como los nuevos protagonistas del poder.
PARA MAGDALENA
Fue un gran acierto del rector Carlos Natarén designar a la Dra. María Eugenia Culebro Mandujano como titular de la Secretaría General de la Unach. Es una mujer de gran trayectoria académica, que ha dedicado largos años de su vida profesional a la investigación y que goza de gran reconocimiento. Es seguro que dará un aporte importante para el rescate y el prestigio de la máxima casa de estudios de Chiapas. Le deseo la mejor de las suertes… ¡Chao!
@_MarioCaballero