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Letras Desnudas

03 enero 2023

Mario Caballero

EL RAPAPOLVO A SABINES 

Uno de los temas más sonados de la semana fue el rapapolvo que uno de los empresarios más prestigiados del estado le propinó públicamente al cónsul Juan Sabines Guerrero, quien en pocas palabras lo calificó como el gobernador más corrupto y holgazán que ha tenido Chiapas en la historia.

El empresario en mención es Marden Camacho Rincón, gerente general de GANAMARCA, S.A. de C.V., quien durante el evento que dio inicio a la construcción del Paso a Desnivel de la Torre Chiapas, a la vez de destacar la iniciativa del gobierno de Rutilio Escandón Cadenas de ejecutar proyectos de infraestructura bien planeados e innovadores, reprochó que Juan Sabines quiera volver al poder en Chiapas.

Dueño de una intachable calidad moral, que vivió en carne propia la pesadilla que fue el sexenio sabinista, comparó a los funcionarios y alcaldes actuales con los de aquella administración, comentando “yo creo que los de Juan no trabajaban toda la semana, se fueron en blanco los seis años, los 365 días”.

Como muchos de nosotros, Marden Camacho tampoco es ajeno a la destrucción que el hoy cónsul provocó en las finanzas públicas del estado, cuestionó: “¿Y hoy Juan quiere regresar a trabajar? Por favor”.

ALCALDES SABINSTAS CORRUPTOS

¿Qué podría Juan Sabines responder al respecto? Absolutamente nada. No se puede defender lo indefendible.

Pues lo dicho por Marden Camacho, como lo de muchos otros empresarios que han criticado la corrupción de Sabines y la impunidad que ha obtenido al ser nombrado cónsul en Orlando, Florida, no se presta a equívocos. Está documentado que el supuesto hijo del bien recordado gobernador Juan Sabines Gutiérrez saqueó las arcas del estado, malversó millonarios recursos en frivolidades y condenó a tres generaciones a pagar una deuda –registrada y no registrada- que sobrepasa los 40 mil millones de pesos, según investigaciones periodísticas y fuentes del Congreso del Estado.

Es cierto, los funcionarios y alcaldes sabinistas no trabajaron, pero tampoco se fueron en blanco, puesto que se enriquecieron y se llevaron los dineros de los chiapanecos.

Muestra de ello es que en diciembre de 2012, 69 de los municipios que conforman la entidad se declararon en quiebra. Los presidentes municipales que les sucedieron se vieron en duros aprietos económicos al no contar con los recursos suficientes para pagar los sueldos y los aguinaldos de los trabajadores, mucho menos para liquidar las deudas con los proveedores. Además que encontraron adeudos millonarios con la Comisión Federal de Electricidad.

Por lo mismo, el dos de enero de 2013 la entonces Procuraduría General de Justicia del Estado aprehendió a diez ex alcaldes y tres de ellos recibieron auto de formal prisión por los delitos de peculado, ejercicio ilegal del servicio público y asociación delictuosa.

LA QUIEBRA

En razón de la infraestructura en Chiapas, al finalizar la administración de Sabines Guerrero se contabilizaron cientos de obras que quedaron sin concluir, como la obra de remodelación del centro de Tuxtla Gutiérrez, que hasta la fecha presenta graves problemas en cuanto a drenajes, drenes pluviales, electrificación, alumbrado público, entre otros.

Irónicamente, mientras don Juan Sabines Gutiérrez invirtió y planificó bien en la modernización del centro de la capital, ensanchando las calles y haciéndolas funcionales; el hijo las redujo, provocando una serie de conflictos tanto para los transeúntes como para los automovilistas y comerciantes.

El 28 de diciembre de 2012, la entonces presidenta del Consejo Coordinador Empresarial (CCE) en el estado, Marina Arias Albores, informó en rueda de prensa que el gobierno de Sabines Guerrero dejó un adeudo con la Iniciativa Privada de Chiapas por alrededor de 600 millones de pesos.

Esta situación provocó que muchos empresarios, especialmente del giro de la construcción, se fueran a la quiebra, entre ellos un amigo mío al que la administración sabinista le quedó a deber casi dos millones de pesos, por lo que se vio obligado a despedir a su personal y vender parte de su maquinaria para poder saldar los compromisos contraídos para la realización de las obras. Finalmente cerró su negocio y ahora maneja un taxi para mantener a su familia.

Por esos días, algunos socios de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC) revelaron que Sabines le quedó adeudando a este sector más de 400 millones de pesos.

Empero, Sabines no sólo les quedó a deber a los constructores sino también a los restauranteros, hoteleros, asociaciones, agencias de viajes, colegios de ingenieros y de arquitectos. En total, cerca de mil empresas y comercios de distintos giros económicos no recibieron los pagos correspondientes por los bienes y servicios prestados al gobierno.

¿EN QUÉ SE FUE EL DINERO?

Entre obras inútiles y proyectos que nunca funcionaron.

Es un insulto que durante esa reprobable administración se hayan gastado más de 36 millones de pesos en bordos de costales de arena, 20 millones en la construcción de una planta procesadora de aceite que nunca se echó a andar y más de 7 millones en una estación de biodiesel que se está haciendo chatarra en Tuxtla Gutiérrez, y todo porque nunca tuvo nada que vender ya que este producto sólo fue otra de las tantas farsas y fraudes de Juan Sabines.

De acuerdo con reportes de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, el exgobernador pidió préstamos por más de 21 mil millones de pesos. ¿A dónde se fue todo ese dineral?

Revisando la Cuenta Pública de los años 2009, 2010 y 2011, los últimos tres del periodo sabinista, se invirtieron 35 millones 166 mil pesos en el proyecto ejecutivo, obra y adquisición de mobiliario, equipo e instrumental del Hospital Gilberto Gómez Maza. Sin embargo, al término del sexenio esta institución médica carecía de suficiente equipo médico, instrumental y mobiliario, además que parte de la infraestructura estaba en obra negra.

Por otra parte, en los primeros cinco años de esa administración se destinaron mil 754 millones en la construcción de cinco “Ciudades Rurales Sustentables” que darían habitación a mil 460 familias. Pero en 2012 sólo una de cada 3 familias habitaba en esos nuevos asentamientos. Hoy son pueblos fantasmas. Fracasó.

También, en cuatro años se invirtieron casi 950 millones de pesos en el pago de salarios de los jugadores del club de fútbol Jaguares de Chiapas, así como en la promoción y funcionamiento de este equipo que ya no existe.

Para mayor indignación, Sabines autorizó pagos por publicidad oficial a las empresas de Ricardo Salinas Pliego por un monto de mil 129 millones de pesos. Por si fuera poco, también aprobó un gasto de más de 33 millones para la producción de la telenovela “Pasión Morena” y los programas La Academia, Venga la Alegría y Ventaneando.

Y la lista sigue.

MENSAJE PARA EBRARD

En fin, la dura crítica de Marden Camacho resulta ser un recordatorio para este corrupto exgobernador de que los chiapanecos tenemos memoria y que lo único que deseamos que regrese es el dinero que impunemente se llevó.

Pero también es un claro mensaje para el canciller Marcelo Ebrard, que a pesar de estos señalamientos tiene a Sabines entre sus coordinadores de precampaña. Y si insiste en ello debe darse por enterado que por parte de los chiapanecos no recibirá un solo voto. Pues qué confianza podría dar su proyecto si entre su círculo íntimo tiene al más grande saqueador de Chiapas.

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