17 Agosto 2015
MARIO CABALLERO
EL RELEVO
El proceso de renovación de la dirigencia nacional del PRI y la postulación de Manlio Fabio Beltrones pasó en los últimos días a ocupar las primeras planas de los medios de comunicación. Y sorprende la intensidad con que ha sido recibido la noticia que ya perdió ese carácter informativo para ser tema de discusión en mesas de debate, materia de análisis de académicos y politólogos en todo el país. La renovación del PAN, simplemente, quedó en segundo término.
El contexto del asunto hace pensar que el proyecto de Beltrones viene siendo para la militancia priista y para la presidencia de la República como un oasis en el desierto, si es que es válida la metáfora. La manera en que se habla de él como “El hombre fuerte del PRI/La esperanza del tricolor/La persona que necesita Enrique Peña Nieto para recomponer la imagen y el rumbo de su gobierno”, no tiene ningún atisbo de equivocación. La realidad es esa: Manlio Fabio es el que hasta el momento puede presentar una opción con amplias garantías de éxito, una fórmula que proponga la reconstrucción partidista, que haga del PRI un partido cohesionado internamente y externamente legitimado.
El cambio del liderazgo nacional, programado para el 20 de agosto próximo, será el inicio de un proceso arduo, de un reto difícil que sin duda implica esfuerzos nada menores. Porque llega en un momento de zozobra para el PRI por los errores cometidos por el gobierno peñanietista, estigmatizado en su imagen por los escándalos de Ayotzinapa, La Casa Blanca de la Angélica Rivera y la fuga de Joaquín Guzmán Loera. Y a esto hay que sumarle que en el 2016 habrá elecciones para elegir gobernador en doce estados de la República.
Por eso mismo la importancia que cobra el perfil de Beltrones, cuya actuación durante el tiempo que presidió la Coordinación de la bancada priista en la Cámara de diputados fue pulcra, honesta e inteligente a la hora de procesar las reformas estructurales, en la discusión y debate de las mismas y en el planteamiento del resto de las iniciativas de ley.
Su desempeño como legislador ha sido admirable, y en ello radica la confianza depositada en su persona. La trayectoria política dicen que es un hombre hábil en el cabildeo, serio, disciplinado, dueño de una experiencia envidiable en el trabajo político, poseedor de un liderazgo propio y un constructor de acuerdos y compromisos en el ejercicio del poder sin rebuscamientos y sin intereses que incluyan objetivos personalistas.
Seguramente los inicios de Manlio Fabio en la presidencia nacional del partido no serán fáciles, ya que de ningún modo se puede desligar al PRI de la catástrofe reiterada de la administración federal actual. De tal suerte, tiene Beltrones frente así no sólo la oportunidad para demostrar su capacidad de actuación, fina y elegante, en la vida política del país, sino la coyuntura inigualable para reivindicar al PRI, llevarlo a ese reencuentro con la sociedad y hacer de la política el medio para concertar acuerdos y construir posibilidades reales para la vida presente y futura.
El llamado de Manlio Fabio posee dos sentidos inequívocos: primero, lograr que el PRI (militancia, estructura política, recursos presupuestales, etc.) se sintonice con las necesidades primarias de la sociedad, incorporando las voces de todos para una mayor diversidad social, para mantener la representación en las cámaras legislativas y convertirse por fin en esa opción política de éxito y convincente nunca antes vista. En resumen, hacer un partido incluyente que pertenezca a los tiempos actuales.
Segundo, tornar al PRI en una base sólida en la cual el presidente Peña Nieto pueda apoyarse para cumplir con la transformación nacional que busca basado en las diversas instrumentaciones hechas a la Constitución y leyes secundarias.
LOS SOÑADORES
En cuanto a Chiapas, la renovación de la silla presidencial también está próxima. Roberto Albores Gleason, a pesar de la dura crítica recibida por su arribo a la dirigencia estatal del partido, ha demostrado talento y astucia para la política y los resultados del 2012 y los recientes en el 2015 son la prueba fiel del crecimiento que ha experimentado la militancia y del gran acercamiento a la confianza de la gente que ha obtenido el PRI en esta gestión.
Los nombres más sonados para suceder a Albores Gleason, y que presumen de su cercanía y amistad con Manlio Fabio, son los de William Ochoa Gallegos, Roberto Domínguez Castellanos y Harvey Gutiérrez Álvarez, todos en actividad desde hace varios años. Y por ahí suena, aunque no con la misma fuerza sonora, el de Sami David David que también quiere participar en la contienda.
1. El Pendenciero
Willy Ochoa es el que más presume ser amigo de Beltrones, cosa que para nada aprovecha al buen prestigio de Manlio Fabio. A todo esto, ¿con qué recursos políticos cuenta Ochoa, aparte de la supuesta camaradería con el futuro líder nacional, como para querer dar ese gran salto?
La trayectoria de Willy Ochoa está definida por sus excesos, por las constantes y burdas borracheras, los pleitos callejeros, los litigios judiciales, la traición a su propia militancia con ese absurdo libelo denominado “Reflexiones PRI 2015”, con el que más allá de proponer el reforzamiento de la institución, invitaba al derrocamiento del dirigente Albores Gleason. También está definida por los escándalos de corrupción, la compra anticipada de votos y el ruin servilismo.
Dos cosas son las que diferencian a Ochoa de los demás posibles candidatos: la falta de experiencia y la fanfarronería.
2. El abusivo
Roberto Domínguez Castellanos es un hombre de ideas cortas y mañas largas. Es un personaje rodeado de amigos poderosos, mismos que lo han encubierto en sus delitos y favorecido en la consecución de puestos de vital importancia dentro del sistema gubernamental. Ejemplo de ello es la violación a la Ley Orgánica de la UNICACH, universidad de la que es rector desde el 2008 y en la que se ha mantenido de la manera más tramposa posible, reeligiéndose en medio de un escenario hostil donde se vio envuelto por el repudio más efectivo de los académicos, alumnos y personal administrativo.
Los actos de corrupción no los puede esconder, menos aún cuando de la noche a la mañana sus propiedades se multiplicaron como los peces y los panes, cuando sus cuentas bancarias se abultaron y el número de sus familiares y amigos en la nómina de la institución está bastante elevado.
¿Qué hay digno de mencionar en su labor como servidor público y como dirigente del PRI, cuando esta última faceta es considerada como una de las etapas más rapiñosas en la historia del partido en Chiapas? Lo que podemos afirmar es que durante los periodos que lleva como rector de la Unicach la escuela presenta los niveles más bajos en cuanto a desempeño académico y un turbio manejo presupuestal.
3. El Apapachado
Por otro lado, a Harvey Gutiérrez Álvarez lo distinguen su proceder en la política, su ideología y sus buenos logros académicos y en el servicio público.
Atrás de él está la aquiescencia de los priistas, que ven en su trabajo una alternativa con ideas renovadoras, un proyecto que buscará el reforzamiento de la estructura partidista más allá del beneficio propio. Harvey Gutiérrez es alguien que goza del prestigio y del reconocimiento de una trayectoria ajustada a los cánones institucionales, manejada con ética, sin dobles discursos, con pericia para la resolución de conflictos y con mucha sensibilidad.
Y eso Manlio Fabio Beltrones lo conoce muy bien: que no hay mejor postura que la que Harvey Gutiérrez puede ofrecer.
yomariocaballero@gmail.com