Itxaro Arteta (@iartetam)/Animal Político
CIUDAD DE MEXICO, 04 de agosto 2020.Itxaro Arteta (@iartetam)/Animal Político.- Hacía seis meses que no se veían, después de una larga relación intermitente, llena de violencia psicológica, que empezó siendo extramarital y que hace dos años tuvo como consecuencia el nacimiento de un hijo. Pero en junio pasado, él insistió en que quería ver a su hijo y amenazó con demandar a la madre si no permitía la convivencia, así que acordaron verse el Día del Padre. En lugar de festejo, el día terminó con una presunta violación sexual por la que hoy pesa una orden de aprehensión contra él, el magistrado federal Adalberto Eduardo Herrera González.
Animal Político tuvo acceso a la carpeta de investigación y pudo hablar con la víctima, que será nombrada únicamente como M. para mantener su identidad reservada.
M. cuenta que él nunca quiso tener un hijo con ella. Aún guarda las capturas de pantalla de cuando le dijo que le depositaría dinero para que abortara, después de que darse cuenta de que había fallado la píldora del día siguiente. Y después de que el pequeño nació, era inconstante con la manutención y la limitaba con dinero, por lo que ella terminó recurriendo a un juicio familiar para que el niño tuviera derecho al 15% de sueldo de su progenitor.
Por todo eso, le sorprendió la insistencia y hasta amenaza para volver a ver a su hijo. Ella accedió a encontrarse, pero no quiso dejárselo solo, así que fue con el niño a casa de la abuela paterna, donde Herrera tiene en el segundo piso dos habitaciones para quedarse a dormir y preparó una especie de cuarto de juegos.
En su declaración ante el Ministerio Público, la víctima detalló que Herrera tuvo varios acercamientos sexuales que ella rechazó y evadió. Primero, él le tocó el trasero, ante lo cual ella se molestó. En otro momento él le mostró el pene, a lo que respondió que apestaba y que se alejara de ella, mientras el niño seguía conviviendo con su abuela y jugando en la parte de debajo de la casa.
Después de una larga discusión entre ellos, el niño llamó a su mamá para que lo subiera y entraron a una de las habitaciones para darle de comer, ya que lo sigue amamantando, y cuando terminó y el pequeño se quedó dormido, es ahí donde ocurrió la presunta agresión, en la misma cama en la que estaban.
“Entró con una toalla en la cintura y se me abalanzó y me dijo ‘ya me fui a bañar, ya no huelo feo’ y se abalanzó encima de mí, yo pensaba en el niño y en su mamá ya grande que tiene 80 años. Con una mano me tapó la boca y con la otra me quitaba la ropa. Le dije ‘déjame en paz, yo no quiero estar contigo’”, refiere la declaración.
M. insiste en persona en que le dijo a Herrera que no varias veces, que sí hizo explícito que ella no quería tener sexo y que él no respetó su “no”.
Aunque el examen médico se lo practicaron tres días después, cuando fue a denunciar, los resultados confirman la presencia de semen, sin lesiones visibles.
El dictamen psicológico determinó que “sí presenta alteraciones psicoemocionales compatibles con la agresión sexual que denuncia”, observables en personas que han sido víctimas de este delito, como enojo, ansiedad, sentimientos de minusvalía, culpa, pensamiento recurrente del evento, miedo a ser nuevamente agredida, sensaciones de asco y suciedad, además de alteraciones de sueño y de apetito. Por ello, sugirió aproximadamente 25 sesiones de atención psicológica.
Después del presunto ataque ese domingo, él además la encerró. Le dijo que no podía irse, que había dado instrucciones a la seguridad de la privada donde está la casa para que no la dejaran llevarse al niño, cerró la puerta de la recámara y la amenazó con que no hiciera un alboroto. Entonces ella se quedó junto a su hijo, sin poder dormir más que unas horas, cuando la venció el cansancio al amanecer.
Por la mañana, incluso la abuela del niño le preguntó si todo estaba bien porque había oído gritos, y ella solo contestó que habían discutido y se fue, sin saber qué hacer.
Hasta que a los dos días volvieron a hablar y a diferencia del interés mostrado en ver a su hijo, ahora le dijo que no podía dedicarle tiempo. Discutieron y ella le echó en cara que lo ocurrido el domingo había sido una violación.
Entonces él, cuenta M., empezó a insultarla, le dijo que nadie le iba a creer a alguien como ella, mientras que él tenía una carrera respetable de más de 20 años. Le recordó que ya habían tenido un pleito legal a principios de año, porque cuando terminaron la relación de pareja, ella forzó una cerradura del departamento de él para sacar sus pertenencias y él la demandó por violencia equiparada, así que volvió a gritarle que era una ladrona y hasta la amenazó con quitarle la custodia del niño si se atrevía a denunciarlo.
Aun así, ella se armó de valor y consultó al Consejo Ciudadano para la Seguridad y la Justicia, que la asesoró y tramitó la cita para ir a denunciar a la Fiscalía de Delitos Sexuales de la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México (FGJ-CDMX), el 24 de junio.
La presunta agresión sexual fue un escalón más después de años de violencia psicológica, emocional y económica, según lo que cuenta M. de la relación sentimental que tuvieron a lo largo de casi una década.
Se conocieron cuando ella tenía alrededor de 27 años y él, más de 40. Empezó a acercarse, a ayudarla con sus estudios de Derecho, la invitó a trabajar en el mismo Tribunal, e inició una relación con ella, a pesar de estar casado.
Años después se separó y aunque aparentemente empezaron una relación más estable, ella recuerda que le decía que no podían ser pareja porque sería un caso de nepotismo en el Tribunal, mientras que sabía que veía a otras mujeres y descubrió que usaba la aplicación de citas Tinder, pero siempre la buscaba para volver a verse y volver a buscar sexo.
La llegada de un hijo común agregó peleas por el dinero, explica M., porque él intentó bajar la pensión alimenticia del 15% al 7%, se resistía a apoyarla si el niño tenía gastos extra, aunque con ella insistiera en reanudar la relación personal.
Hasta que en enero pasado terminaron definitivamente y dejaron de verse. Con el paso de los meses y de asimilar toda la violencia emocional que ha sufrido, es que M. decidió que ya no iba a dejar pasar una agresión de mayor nivel, como la sexual que denunció.
“Yo lo único que quiero es justicia. Lo que quiero es que salga esto a la luz. Quiero que sepan la verdad, quién es este tipo”, dice finalmente en tono firme, después de los sollozos que por momentos interrumpían su relato de lo ocurrido.
Fuentes de la investigación confirmaron que con las pruebas que tiene la FGJ-CDMX, esta semana se giró orden de aprehensión contra Herrera.
Animal Político marcó a su celular, pero sonaba como apagado o fuera del área de servicio. En el Décimo Segundo Tribunal Colegiado en Materia Civil del Primer Circuito, al que pertenece, aunque reabrió servicios desde el lunes nadie respondió el teléfono. El abogado de Herrera se puso en contacto para ofrecer este miércoles pruebas circunstanciales de la serie de conflictos que ha habido en la relación entre ellos y que ponen en duda, según dijo, la narrativa de ella.
El Consejo de la Judicatura Federal (CJF) señaló que todavía no hay notificación oficial de su situación legal y hasta este martes su nombre seguía apareciendo en el directorio con su cargo de magistrado federal.
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El cargo Magistrado federal es acusado de violar a su expareja frente a su hijo de 2 años apareció primero en Animal Político.