– El autor puso en su libro un peso especial, al reseñarnos historias que se refieren a un barrio sobre el cual capta lo más importante y emotivo, señaló la poetisa Dolores Castro Varela
– Pilar Jiménez Trejo reconoció su gran influencia en su formación profesional y su inclinación hacia el periodismo cultural e indicó que a través de su libro nos da la visión de un mundo que ya se ha perdido en la inmensidad de la urbe
– Alberto Barranco Chavarría, aseguró que las enseñanzas del periodista y escritor fueron vitales en su carrera; aprendí de su bonhomía y de su capacidad para apresar las cosas y escribir la crónica y recrearla de cara a los lectores –dijo.
Norma Inés Rivera
CIUDAD DE MEXICO, 04 de Mayo de 2018.- El libro tiene una gran calidad que me llevó a los recuerdos de mi infancia, porque el maestro Manuel Pérez Miranda puso en él un peso especial, una luz, un calor y una gran emoción, porque no hay recuerdos más hermosos que el lugar donde vivimos; como él cuando habla de un barrio y con sus historias capta lo más importante y emotivo –aseguró la poetisa Dolores Castro Varela, Premio Nacional de Ciencias y Artes 2014.
Al presentar el texto del cual escribió el prólogo, hizo una breve reseña de los cinco cuentos que conforman el libro y con voz pausada recordó que desde que fue su alumno, el autor tenía una gran necesidad de escribir, y después ésta se convirtió en una necesidad de enseñar a escribir bien.
En su turno, Pilar Jiménez Trejo –exalumna y Premio de Periodismo Rosario Castellanos de la Asociación Mundial de Mujeres Periodistas y Escritoras (AMMPE)– afirmó que el periodismo es para ella, una forma de vida y expresó su gratitud por haber sido parte de las más de 25 generaciones de periodistas que se formaron bajo la tutela de Manuel Pérez Miranda, a quien calificó como “un gran maestro”, y reconoció su gran influencia en su formación profesional y su inclinación hacia el periodismo cultural.
La escritura es un trabajo de soledad y “Cuentos del Barrio” nos deja un tiempo de reflexión y de imágenes y emociones, con una escritura pulcra y un lenguaje aparentemente sencillo con el que transmite lo que a él le tocó vivir, y que revela al gran periodista y reportero que es” –subrayó.
Indicó luego que “al maestro Pérez Miranda hay que reconocerle también su labor por recuperarnos la memoria, porque a través de su libro de cuentos nos da la visión de un mundo que ya no podemos ver, porque se ha perdido en la inmensidad de la urbe”.
En su oportunidad, Alberto Barranco Chavarría –escritor, referente de la crónica en México y también exalumno–, reconoció su admiración por la capacidad, devoción y sentido humano de Dolores Castro, y su orgullo por estar al lado de Manuel Pérez Miranda, con quien dijo, convivió durante muchos años en la revista “Señal” y en las aulas de la Carlos Septién, donde –afirmó–, “sus enseñanzas fueron vitales en mi carrera”.
“Más que un maestro, es un amigo de muchos años, de quien aprendí de su bonhomía y de su capacidad para apresar las cosas y escribir la crónica y recrearla de cara a los lectores”, destacó.
Al referirse a “Cuentos del Barrio”, comentó una anécdota donde Salvador Novo escribió un prólogo sobre un libro, del que dijo, “se había amanecido leyendo a pesar del cansancio que sentía”, y reconoció que a él con el texto de Pérez Miranda le ocurrió algo similar, porque en la obra se recrea la vida del barrio, donde toda la gente se conocía; donde se hacía la “coperacha” para hacer la posada; donde una afortunada familia poseedora de una televisión, cobraba veinte centavos por ver los programas y donde no había alarmas vecinales porque los vecinos con solo tocar la pared sabían que pasaba algo.
“Un escenario maravilloso que un hombre de la capacidad de Manuel Pérez Miranda recrea, de cara a quienes conocieron lo que era un barrio y sus costumbres, pero principalmente a quienes no lo hicieron. Es por eso que me da un extraordinario gusto que se presente a las nuevas generaciones este tipo de circunstancias, que a lo largo de los años se han perdido” –señaló.
En su oportunidad, el autor dejó escuchar su voz de tenor –tan expresiva para quienes tuvieron la oportunidad de ser sus alumnos, y que venció la emoción–, al expresar su gratitud por acompañarlo en la presentación de su libro.
Se mostró visiblemente conmovido por hallarse en compañía de la poetisa Castro Varela, su maestra –quien a las generaciones de periodistas les enseñó a “leer literatura, a oír literatura y escribir literatura, para pegarlo al periodismo”–, y compartir el pódium con destacados alumnos suyos como Pilar Jiménez Trejo y Alberto Barranco Chavarría.
Ante la presencia de familiares, directivos y personal de la escuela –encabezados por Víctor Hugo Villalva Jiménez, Arnoldo Meléndrez, Enrique Mandujano y exdocentes como José Alfredo Páramo, Yumín Monfort, Jenny Riveroll y Alberto Carbot, entre otros–, Pérez Miranda agradeció también las enseñanzas de su mentor, el periodista Carlos Septién García, cuyo nombre lleva la escuela de periodismo más antigua de América.
“De él –dijo–, aprendimos la importancia de decir la verdad, presentar los hechos como son y darles el interés humano, pero sobre todo, se le recuerda porque nos conminó a nunca perder la vergüenza torera, para plantarnos en cualquier parte y decir que podíamos escribir”.
El director emérito de la escuela de periodismo es autor de “La entrevista en prensa” (1981) reeditado en 1986 y reimpreso por la editorial Pablo de la Torriente en La Habana, Cuba. También ha publicado “Origen de los géneros periodísticos y literarios. Breve historia de la crónica” y “El parlamento de los pueblos. Historia de la Escuela de Periodismo Carlos Septién García 1949–2011”
Al finalizar su intervención, alumnos y exalumnos expresaron ante el micrófono su gratitud y reconocimiento al periodista y escritor, maestro de numerosas generaciones de comunicadores.