24 Diciembre 2016.
Itzel Grajales
Los oportunistas con vocación de salvadores de almas no se hicieron esperar, cuando Eduardo Ramírez Aguilar, presidente del Congreso del Estado, anunció que hay un acuerdo para reformar la Constitución Política local, que eliminará, de una vez por todas, la carísima e inoficiosa “diputación migrante”.
El más claro ejemplo es Marco Tulio Carrascosa Ramos, “pastor” evangélico que se autodenomina representante de la Oficina de Enlace Internacional, que no es más que una ocurrencia para que su presentación suene rimbombante; y también se hace llamar presidente de la Asociación Nacional de Líderes Cristianos… En Chiapas.
Pues bien, Carrascosa convocó a una rueda de prensa para hablar –acompañado de José Guadalupe Hernández Ríos, diputado migrante de Zacatecas- de las bondades de este puesto político, que en la entidad fue creado en 2011, a propuesta del entonces gobernador Juan Sabines Guerrero- pero hasta la fecha sólo ha servido para el desprestigio de las instituciones electorales.
En la invitación dice que los temas a tratar son: La diputación migrante, su trascendencia a nivel nacional e internacional, y su fundamento legal y constitucional; el presidente de Estados Unidos, Donald Trump y su postura hacia los migrantes indocumentados; los chiapanecos en el extranjero, sus remesas y sus derechos, y otros más.
Carrascosa Ramos calificó como “pobre y sin fundamento” la forma en que he abordado la información sobre esta elección. Al respecto puedo decir que no es un planteamiento nuevo; desde hace dos años he dado seguimiento a este tema, la mayoría de las veces sin emitir una opinión, pero señalando, sí, las muchas irregularidades que cometieron las autoridades electorales y actores políticos.
¿Por qué un líder evangélico se esmera en defender esa curul, si no es para ocuparla? El joven Carrascosa asegura que la próxima semana Eduardo Ramírez, sumamente arrepentido, se retractará y reconocerá que cometió un error al decir que hay un consenso entre los legisladores para eliminar la diputación. Que «la influencia de los migrantes” lo hará cambiar de opinión.
No está en duda que en Estados Unidos viven miles de chiapanecos; pero, ¿están interesados, en serio, en tener un diputado local que los represente? Veamos: cuando crearon la figura, en 2011, sólo votaron 533 personas a través del sistema electrónico que contrató el Instituto de Elecciones y Participación Ciudadana (IEPC), de los cuales, la mayoría eran cuates de Rhosbita López Aquino, la primera diputada “migrante” de Chiapas. Sólo 463 personas votaron por ella… ni una colonia.
¿Cuánto cuesta un voto? Es posible que para muchos este derecho sea invaluable, pero en términos operativos, si el IEPC pagó 12 millones de pesos a DSI Elecciones, la empresa que brindó el sistema de votación electrónico, entonces, cada voto costó a los chiapanecos 22 mil 514 pesos.
Y qué decir del último proceso electoral, donde ahora se sabe que Roberto Pardo Molina, el segundo y último diputado migrante, es resultado de un fraude, el más grande de la historia electoral del país; de la violación de los derechos de miles de ciudadanos que no pudieron votar porque manipularon la lista nominal: a pesar de que viven en Chiapas, los registraron como residentes de Estados Unidos, Angola, Croacia, Argelia y otros países.
De acuerdo con el informe del IEPC, 10 mil 808 personas presentaron solicitudes para votar desde el extranjero, pero sólo lo habrían hecho poco más de siete mil, la mayoría por el candidato del Verde, Roberto Pardo. Pero todo resultó un montaje que la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales (Fepade) aún no esclarece.
Durante su corta estancia en el Congreso local, Pardo no presentó ninguna iniciativa, como tampoco lo hizo Rhosbita López Aquino en tres años, quien se limitaba a entregar puntos de acuerdo, opiniones en tribuna y nada más, porque como diputada local no tiene facultades para incidir en la vida de los mexicanos que residen en otro país, ni siquiera para beneficiar a las 463 personas que votaron por ella.
Bien harán los diputados locales en no perpetuar esta mentira que sólo ha servido para aumentar el descrédito de las instituciones electorales. Ya lo dijo Ramírez Aguilar, “para apoyar a los mexicanos que residen en otros países existen instituciones como la Secretaría de Relaciones Exteriores, organismos defensores de derechos humanos y consulados”; y para sus familiares, los que viven en Chiapas, está el resto de los diputados… ¡qué desquiten la dieta!
Y que el señor Carrascosa Ramos se defina… al César lo del César, ¿o cómo era? Ya está bueno de religiosos que “con el favor de Dios” se inmiscuyen en política; bastante circo tenemos en Chiapas como para que metan sus “inmaculadas” manos en asuntos públicos. ¿No le basta con el diezmo, o también es un pastor pirata?