Phil Galewitz/Kaiser Health News
09/09/2019
Louis Rocco ha vivido con diabetes durante décadas, pero hasta que tuvo una cita con un nutricionista este verano, no sabía que comer demasiado pan era peligroso para él.
“Soy italiano y siempre como mucho pan”, dijo. Después de dos visitas, de una hora cada una, con el nutricionista, incluida una sesión en su supermercado local en Filadelfia, Rocco, de 90 años, notó una diferencia en su salud.
“Me ayudó a bajar mis lecturas de azúcar”, dijo contando los cambios en su dieta, que incluyó empezar a comer menos pan. “Ojalá hubiera tenido esta ayuda hace años”.
Después de obtener una orden de su médico, Rocco se enteró que Medicare también cubre el asesoramiento nutricional personal para personas con diabetes o enfermedad renal.
Los aproximadamente 15 millones de beneficiarios de Medicare con diabetes o enfermedad renal crónica son elegibles para este beneficio, pero el programa de seguro de salud federal para personas de 65 años o más, y para pacientes con ciertas discapacidades, solo pagó para que aproximadamente 100,000 beneficiarios recibieran el asesoramiento en 2017, el último año de facturación para el que hay datos disponibles. Los datos no incluyen a las cerca de 20 millones de personas inscritas en planes privados de Medicare Advantage.
Medicare paga tres horas de asesoramiento sobre nutrición durante el primer año que se usa el beneficio y dos horas en los años siguientes. Un médico puede apelar a Medicare para que el paciente reciba terapia nutricional adicional si cree que es médicamente necesario.
El Congreso aprobó el beneficio, que comenzó en 2002, después que estudios descubrieran que este tipo de asesoramiento conduce a mejores resultados de salud y menos complicaciones para los pacientes mayores. Bajo la Ley de Cuidado de Salud a Bajo Precio (ACA), la asesoría ha estado disponible sin costos de bolsillo para los beneficiarios de Medicare desde 2011.
Expertos en salud dicen que este beneficio, que se está utilizando poco, representa una oportunidad perdida para que los beneficiarios mejoren su salud, y para que Medicare ahorre dinero al prevenir complicaciones costosas de las enfermedades.
Se estima que 1 de cada 4 personas mayores de 65 años tiene diabetes y 1 de cada 3 padece de enfermedad renal crónica. La enfermedad renal generalmente es una complicación de la diabetes.
La prevalencia de la diabetes ha aumentado en los últimos 20 años y hoy en día es la condición más común entre las personas de edad.
En todo el país, hay 100.000 nutricionistas certificados, más que suficiente para satisfacer la demanda, dijo Krista Yoder Latortue, directora ejecutiva de Family Food en Filadelfia, que emplea a unos 50 nutricionistas, incluido al que visitó Rocco.
El problema puede ser que no hay suficientes médicos que conozcan el beneficio de Medicare o que no derivan a sus pacientes a un nutricionista, lo que es un requisito del programa. “Es más fácil recetar un medicamento que discutir la importancia de la nutrición y lograr que los pacientes se reúnan con un dietista registrado”, dice Holly Kramer, nefróloga de Chicago y presidenta de la National Kidney Foundation.
“No entiendo cómo tenemos esta creciente epidemia de obesidad y diabetes y no estamos utilizando nutricionistas en nuestras clínicas para ayudar a estos pacientes, y a la vez estamos pagando por todas estas cosas que median en el proceso de la enfermedad, como la artritis, diálisis y amputaciones”, enfatizó Kramer.
“Es un desafío mantenerse al día con lo que es un beneficio cubierto y lo que no lo es”, dijo Michael Munger, presidente de la Academia Americana de Médicos de Familia, quien ejerce en Overland Park, Kansas. Munger dijo que es posible que muchos médicos que no son parte de un gran sistema de salud no estén familiarizados con los nutricionistas disponibles en su comunidad.
Munger dice que, por conveniencia, refiere a sus pacientes con diabetes a una enfermera practicante en su oficina para recibir asesoramiento nutricional. Pero el beneficio de Medicare solo cubre a los nutricionistas certificados, por lo que sus pacientes de Medicare enfrentan un copago por ese servicio.
Jennifer Weis, nutricionista registrada en Filadelfia, dijo que el número limitado de horas que cubre Medicare es frustrante dado lo difícil que es cambiar los comportamientos en los adultos mayores.
“Es mejor que nada, pero en mi opinión no es suficiente”, agregó.
La asesoría nutricional no es el único beneficio de Medicare que puede prevenir complicaciones de salud y que está siendo poco utilizado.
Menos del 5% de los inscriptos en Medicare utilizan el programa de 10 a 12 horas de capacitación en autocontrol de la diabetes, que puede cubrir sesiones individuales y grupales que brindan consejos para comer de manera saludable, mantenerse activo, controlar el azúcar en sangre, tomar medicamentos y reducir los riesgos.
Yoder Latortue dijo que parte del problema es que hay mucha información errónea sobre en quién se puede confiar a la hora de recibir asesoramiento nutricional.
“Todos comen y todos tienen una opinión”, expresó Yoder Latortue.
Lauri Wright, nutricionista registrada y vocera de la Academia de Nutrición y Dietética de Jacksonville, Florida, dijo que los Centros de Servicios de Medicare y Medicaid (CMS) envían avisos a los proveedores de salud una vez al año, pero se necesita más información.
Alrededor de 10,600 nutricionistas certificados se han inscrito para tratar a pacientes de Medicare, dijo una vocera de CMS. Explicó que la agencia ha estado asesorando a los proveedores de salud sobre este beneficio, y también ha estado promocionándolo entre los beneficiarios en su sitio web y en el manual anual que se envía a cada miembro.
Aun así, “creo que el programa pasa desapercibido porque Medicare solo cubre dos enfermedades”, finalizó Wright.
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