12 Febrero 2016
Rodrigo Ramón Aquino
Janeth Ovando o Juan Aquino
Los comentarios vertidos ayer por dos amigos en la red social Facebook nos pueden mostrar, grosso modo, las dos principales tendencias al interior del Partido Acción Nacional en Chiapas de cara a su proceso de renovación de la dirigencia estatal.
Como en un par de ocasiones le he comentado, hay un claro impulso gubernamental por la propuesta impulsada por el senador Roberto Gil Zuarth. Él quiere, junto a otros panistas que forman parte de la corte local, que la nueva presidenta del CDE sea la coleta Janeth Ovando, diputada plurinominal por Chiapas, pero con trabajo partidario exclusivamente en el centro del país.
Por otro lado, hay quienes afirman que el aún dirigente estatal Carlos Palomeque Archila está empeñado en dejar un sucesor que le garantice sus privilegios y una candidatura plurinominal (no es tan tonto como para ir a competir) para el próximo proceso electoral. De ser cierto, la tarea se le ha ido complicando. Primero porque quiso dejar a su secretario general y para ello bloqueó a Juan Aquino Calvo, expresidente del Congreso y exdiputado federal, pero la embestida oficial le obligó a replegar porque vienen por todo y sin negociar.
Ahora parece que la única esperanza para los panistas locales de retener lo poco que queda de un instituto político que tuvo grandes victorias en el pasado y que de no ser por los resultados en Tuxtla hubiera desaparecido, se halla precisamente en aquel que nos es bien visto por la actual administración. El que puede despertar el deseo por recuperar la dignidad panista y la pertenencia para ser competitivos. El que lo afilien con quien lo afilien ha demostrado ser una panista institucional y, por qué no decirlo, un hombre decente: Juan Aquino Calvo. Y esto, aunque le pese a Palomeque.
Pues bien, le decía de estos dos amigos, el primero es Pepe Constantino (un hombre muy hábil como estratega digital, cuya especialidad es teledirigir mensajes entre políticos) —quien, evidentemente, comulga con el proyecto de Janeth Ovando—, escribió:
“El Pan Chiapas es un partido que tuvo un gran momento en la historia en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas. Aún recuerdo el gobierno municipal panista en la era de Enoch Araujo Sánchez, Paco Rojas y Vicky Rincón. Todos ellos fueros a mí gusto unas administraciones muy buenas, comparadas con las de Juan Sabines y el resto ya conocidos.
“Ahora es Momento en Que el Partido Acción Nacional en Chiapas deje de vender sus elecciones a los gobernantes en turno, y den paso a nuevas caras, a nuevas ideas y mejores opciones reales de cambio político en Chiapas.
“No olvidemos la forma en que Carlos Palomeque Archila le vendió los candidatos a Juan Sabines, y dejaron a puros candidatos sin sentido político, sólo para hacerse a un lado en campaña. Ahora el actor que quieren dejar es a Juan Jesús Aquino Calvo en la dirigencia, pues a Palomeque ya lo tienen muy quemado.”
Al quite entró el caricaturista y columnista Enrique Alfaro Santos, quien, es obvio, comulga con el proyecto de Juan Aquino, pero no por ello deja de apuntar realidades:
“Difiero, respetuosamente. Temo que cuando acusan a Carlos Palomeque de querer imponer a su sustituto en la dirigencia panista, realmente se está desviando la atención para ocultar la verdadera imposición que se impulsa desde Palacio. Yo no meto las manos al fuego por Palomeque, en absoluto, pero la imposición real de un(a) incondicional, acuerpad(o)a por todos los «panistas» que trabajan en gobiernos del verde, está en proceso. Basta ver a quien apoyan los panistas que cobran en nóminas oficiales para entender por dónde va la jugada de Palacio… No nos confundamos, la imposición no está ahí, pero sí se está impulsando desde Palacio…”
Por mi parte puedo apuntar que aunque hay perfiles con muchos más méritos que Juan Aquino para dirigir al PAN en Chiapas, también es cierto que muchos de ellos se hallan cumpliendo con las responsabilidades adquiridas en el sector público o su proyecto político no apunta en estos momentos a la dirigencia. Y, otros tantos, con el perdón que se merecen, no gozarían de la confianza de los panistas que aún no se deciden.
Así las opciones: o es Janeth Ovando, que representaría el centralismo partidista (pero el paralelo, el de Gil Zuarth) y el oficialismo gubernamental; o es Juan Aquino, que aunque algunos de sus críticos lo vinculan al exgobernador Juan Sabines, ha demostrado ser más leal a su partido, más institucional que muchos.
Finalmente son los panistas los que deciden, uno sólo da su opinión, pero si me lo preguntan, yo siempre les recomendaría que le apuesten a un poco de autonomía, en ella radica su supervivencia en los próximos años.