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PALESTRA

06 Mayo 2016

Rodrigo Ramón Aquino

Yo, el intermediario

Hace poco, o relativamente poco, conocí a Plácido Morales Vázquez. Antes, en alguno de los medios en que trabajé, lo entrevisté, pero hasta hace poco lo conocí. Y digo lo conocí porque nos sentamos a platicar de nuestros gustos, aficiones, concepciones y demás. Él quiere ser candidato a gobernador del estado por Morena. Falta lo que le convenga a AMLO, lo sabemos, pero ese es un asunto aparte. Es inteligente, ilustrado e intelectual (este concepto le incomoda a muchos, pero quien trabaja con el intelecto y no con los músculos, es intelectual).

Les digo que lo conocí y eso viene a cuento porque cuando me saludó de manera horizontal y no vertical, como el reportero mandado por el director del medio a cubrir la entrevista, hay distintos matices. El señor me quería saludar y cuando nos entrevistamos lo primero que me dijo fue: “yo sé que eres amanuense de Zoé Robledo, pero eres plural; ya vi que llevaste a Melgar a tu estudio.” El término amanuense me gustó, es decir, hay una redacción, hay un trabajo de redacción profesional que vale la pena ser contratado.

Lo digo porque Zoé Robledo es mi amigo. Lo conocí hace más de cinco años, cuando era diputado local. Lo conocí cuando junto a Enrique Alfaro Santos trabajamos en la dirección de Comunicación Social del Congreso de Chiapas y Zoé era presidente de la Mesa Directiva. Todo circunstancial y no obstante, nos hicimos cuates. Cuates a tal grado que él me invitó a colaborar con él en su nueva faceta senatorial.

Jamás me he tomado fotos con él con fines presuntuosos. Jamás he emito un comentario elogioso sobre su persona porque soy muy consciente que aunque sea real, absolutamente real, sonará propagandístico. Y cuando así lo amerita mi trabajo de periodista y opinador público (porque eso soy fundamentalmente, así le moleste a algunos funcionarios, políticos (y sus sendos equipos), periodistas y pseudoperiodistas), me he referido a él siempre en términos verificables.

En fin, el respetable sabrá; y si usted es un eventual lector, y si acaso le da curiosidad, vaya a dar un paseo por lo que he escrito (firmado por mí, claro) sobre el personaje en cuestión.

Bueno, el caso es que recientemente Zoé tuvo protagonismo en la reapertura del Museo de la Ciudad, y hubo quien que en lugar de informar cabalmente que la expresidencia municipal de Tuxtla luce mucho mejor gracias a la ciudadanía y que el dinero para ello lo consiguió el parlamentario, apuntó todas sus baterías, sin ningún rigor periodístico, a criticar la marca de su cinturón.

Allá ellos. Sólo quería decirle, lector, lectora, que si leyó o lee estos días denostación alguna sobre mi persona o mis intereses, no preste importancia. Son los pseudoperidistas utilizando mi nombre (yo el intermediario, ja) para intentar llegar al bolsillo de mi amigo. Usted ya los conoce y mi amigo es codo.

Ágora

ZAMBOROTUDO, DA: 1. adj. coloq. Tosco, grueso y mal formado. 2. adj. coloq. Dicho de una persona: Que hace las cosas toscamente. 3. adj. And. Dicho del vino: Turbio o peleón.

“Aquí, la idea de la armonía del plan divino, las elegancias naturales, en que el arte se inspira, desaparecen. Las formas son grotescas, viles, zamborotudas. Diríase que proclaman la ignominia de las necesidades…”

EMILIA PARDO BAZÁN, Dulce sueño (Madrid, 1911)

***

 

ACUCIA: 1. f. Diligencia, solicitud, prisa. 2. f. Deseo vehemente.

«Todos ponían acucia en aderezar sus armas y caballos y lo necesario, esperando que en saliendo aquellos reyes de aquella península, moviera el rey Lisuarte contra ellos».

GARCI RODRÍGUEZ DE MONTALVO, Amadís de Gaula (Zaragoza, 1508)

Corillo

Yo sé que a Lalo ya no lo quieren. Al menos los que se creen herederos consanguíneos y su camarillas, y mucha gente, claro. Pero lo de Chenalhó es real, la presidenta Rosa Pérez se niega a dejar el cargo. Dice que es violencia política y machista que la quieran sacar a la fuerza del cargo. Apela a la protección del Estado y lo interesante aquí es que muchos estarían muy contentos que no se la dieran.

 

 

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