jueves , octubre 31 2024

Primero los pobres -¿Y las mujeres?-

Mi generación, ahora de viejos, lo ha sabido siempre.

Al término de la educación superior -todavía privilegio minoritario-,  nos fuimos a la sierra de Chiapas, a trabajar con los pobres. Y lo hicimos bien. y nuestro trabajo de hace 50 años, ahí está y funciona.

Hoy, se privilegia y se festeja la llegada de las remesas a México, las que envían a sus familias los mexicanos que están al otro lado porque es el principal ingreso de divisas a nuestro país, por encima del petróleo que es un gran barril -ojalá fuera de crudo-, sin fondo que se come todo y aumenta cotidianamente la enorme deuda mexicana que amenaza con destruirnos. En lugar de festejar, me da vergüenza por los que se marcharon por hambre a trabajar en lo que fuera. Ahora son los grandes maestros de obra que construyen los edificios modernos de gringolandia y pueden mandar dinero para sus familias, porque también tienen memoria, vergüenza y saben trabajar con la porfía necesaria.

Acá, ahora, de lunes a viernes, se polariza.

Todos los empresarios son bandidos, sin detenerse un momento a reflexionar que esos bandidos -pequeños, medianos y grandes-, son los mismos que generan los empleos y, por tanto, la riqueza  de México, en un porcentaje mayoritario, altamente mayoritario.

Si hay bandidos y se demuestra, que los castiguen.

Hoy, tenemos compromisos muy grandes, porque somos grandes, con América del Norte, con Europa, con la Cuenca del Pacífico. Somos uno de los principales países del Planeta que mantiene -todavía- serias relaciones comerciales con muchos países: nuestra ubicación geográfica nos marca un derrotero promisorio en ese terreno, hoy principal y duradero.

Sin embargo, se promulgan leyes con una cámara de diputados sobre representada que nos regresa al pasado.

Ahora, las energías derivadas del petróleo, altamente contaminantes, habrán de servir prioritariamente para generar energía eléctrica ante el escándalo del Mundo, muy enterado y preocupado que prepara sus demandas para pelear con nosotros en las cortes nacionales e internacionales, pleitos que habremos de perder, irremediablemente.

Los trabajos de preparación del T-MEC, que significa uno de ellos  equiparar las relaciones laborales y salariales con las de los países miembros, nadie sabe porque nadie dice. Seguramente, en poco tiempo las demandas habrán de darse -dicen que ya empezaron, pero nadie dice-, aunque Él desprecie a los abogados «traidores a la patria», que trabajarán en la defensa de un nuevo tratado signado por las partes que la integran entre las que está México, tratado impulsado por los demócratas ahora en el poder.

¿Y los pobres?

¿De donde creen que salen los dineros para los viejos, a los que construyen el futuro, a los que siembran vida, a los que estudian?

De los impuestos que pagan los asalariados y las empresas que los contratan. Si no generan riqueza ¿de donde pagarán salarios e impuestos para que el gobierno les de los apoyos que promete?

Estas polarizaciones dichas con todas sus letras, sin meter el clutch, en los Monólogos de la Mañana, una y otra vez, han calado muy hondo en los inversionistas mexicanos y extranjeros, que ya ven con desconfianza el futuro económico de México como un país en el que se puede invertir con certeza.

Es grave.

¿Sabían ustedes que el aeropuerto de Querétaro ocupa el tercer lugar en importancia en el Mundo como aeropuerto de carga?

Son las relaciones comerciales producto de acuerdos comerciales que nuestro país ha sabido signar y que pueden perderse por desconocimiento y capricho, inimaginables.

Mañana, el Mundo celebra la lucha de las mujeres.

México no será la excepción.

Nuestras mujeres, que hoy son el 52% de la población nacional, saldrán a manifestarse.

El muro de la infamia, embarrado en la cara de México una y mil veces por quien fue nuestro supuesto aliado, hoy se trasladó a donde Él puso su casa y que ya era el gran museo nacional.

¿»Qué dirá el Mundo si lo ven pintarrajeado»? dijo Él, más menos,  en crónica de un monólogo cotidiano -y que sirva como mínimo homenaje al gran narigón cronista, que ya no está y debería de estar-.

Hoy, el Mundo entero ya sabe y conoce la existencia del Muro que protege de las pintas al PN, indebidamente habilitado de casa habitación -digo yo-, sabe y conoce, digo, ahora adornado con nombres interminables de las mujeres muertas por agresión física desde hace muchos años, cifras oficiales hoy andan arriba de diez feminicidios diarios.

La CEPAL pinta un panorama desolador para las mujeres de América Latina que ya perdieron su empleo: 25 millones, hoy, ya no lo tienen. En México, más del 60% de los empleos del sector salud son femeninos y, además, menos remunerados. La mujer se arriesga y su esfuerzo vale menos.

«…La única atadura que tenemos los hombres es la atadura del amor de Dios. En lo demás, somos libres. Incluso libres para no amarlo». Lo dijo Francisco, que hoy está en Mosul, la ciudad Iraquí impunemente masacrada desde hace tiempo por los enemigos de todos, en donde ofreció misa con ayatolas presentes. Es un Papa valiente.

6 de junio no se olvida.

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