04 Abril 2016
Mario Tassías
Hace no muchos días, los panistas eligieron a sus nuevos dirigentes en Chiapas. Fue mediante una votación donde 4 mil militantes acudieron al llamado de la dirigencia anterior y a la campaña realizada por las dos candidatas aspirantes al puesto.
Ni el Comité Estatal Organizador, ni Janette Ovando Reazola, ni Fabiola Ricci Diestel lograron que más electores acudieran a ejercer el derecho partidista de elegir a sus representantes. Los comicios del PAN en Chiapas solo mostraron lo descolorido que está el azul en una entidad donde no hay oposición que valga la pena.
Por cierto, Ricci Diestel acusó a su adversaria que “durante la campaña interna de casi 30 días, se mantuvo un ambiente de infundios, ataques y descalificaciones hacia los integrantes” de su planilla con lo cual se demostró “la poca voluntad democrática de nuestra contendiente”.
Denunció que durante la jornada electoral “se registraron diversas anomalías, que van desde la compra y coacción del voto, hasta las amenazas físicas y verbales en contra de nuestra militancia por actores externos”.
Dicho de manera coloquial y aceptada sin petición de parte, los panistas electores recurrieron a ayuda externa a sus filas para elegir a quien los encabezará.
Un comando armado robó una mesa de votos ubicada en San Cristóbal de Las Casas y en Coapilla hubo actas clonadas según Romeo Jiménez Vázquez, presidente de la Comisión Estatal Organizadora de las votaciones, responsable de conducir, organizar, coordinar y dar seguimiento al proceso para la elección del Presidente e integrantes del Comité Directivo Estatal.
Los resultados de la elección están impugnados por una candidata que no reconoce la resolución emitida por la Comisión Organizadora Electoral.
El PAN cuenta con 5,156 militantes en todo el estado, una cifra que palidece de frente a los próximos comicios electorales en Chiapas.
Con esos números y la lucha interna que aún no termina, se puede pronosticar más de lo mismo. Hace no mucho tiempo, los panistas querían comerse al mundo. En la actualidad forman parte de una cofradía que se conforma con las migajas que el partido en el poder destina para ellos.