+ A partir de hoy, sus Cánticos de cohabitación redentora
+ Se lanza en las 12 librerías en el mundo de amazon.com
+ De la Mesa de Redacción Rafael Castilleja
De Arcano Político
TUXTLA GUTIÉRREZ, 26 de abril d3e 2015.- Se rebela el novelista, periodista, ensayista y poeta comiteco Mario Luis Altuzar Suárez a la dictadura cibernética del onanista Culto al Individualismo del Tercer Milenio en su poemario Cánticos de cohabitación redentora que aparece a del 26 de abril en las 12 librerías de la distribuidora estadounidense amazon.com.
Considera el escritor y periodista veracruzano, Manuel Mejido Tejón, como «el último de los grandes poetas» a Mario Luis Altuzar Suárez, quien era un «embrión de poeta» en el poema de 1970 que le dedicó su madre literaria, la poeta comiteca Guadalupe Alfonso Albores, leído en las bohemiadas de la calle de Secreto en San Ángel del DF.
Es autor de las novelas: Adam Kardmón, la conspiración del fin del mundo y Nahual del Sexto Sol, los poemarios: La Hora de los Muertos y Bronce Cósmico, de los libros de cuentos: Tiempo Nuevo y Los Herederos, los ensayos: Osar, Vigencia de Juárez, Complot contra México y Agustín Víctor Casasola, la compilación de sus columnas Del Archivo de Merlín y el Manual de Periodismo La Palabra, último reducto de libertad.
Hoy nos presenta por medio de la distribuidora digital amazon.com su obra: “Cánticos de cohabitación redentora”, compila poemas inéditos con algunos publicados en El Sol de Mediodía y Ovaciones, periódicos de Organización Editorial Mexicana que dignamente presidió Don Mario Vázquez Raña.
Veamos la numerología: Son 40 poemas en prosa poética: Cánticos de cohabitación redentora, con dos de prólogo y uno de canto final, que suman 43 para reducirlos al misterio número 7 correspondiente al Rayo Violeta que infiera la transmutación del Hijo del Hombre y los 40 corresponden a los días universales de la Prueba de Fe.
Inicia con Residente Efímero en el prólogo, en donde ejecuta la magistral versatilidad del soneto clásico con once versos rimados en sus dos cuartetos y dos tercetos de 11 silabas. Cierra con Oración Hermética, un delicioso soneto doblado alejandrino. Los 41 poemas restantes se apegan a la fórmula de prosa poética definida por el peruano César Vallejo.
Hay dos razones. La primera que su madre literaria, la poeta comiteca Guadalupe Alfonso Albores le indicó en 1970: Debes conocer y trabajar con la estructura de los clásicos de la literatura mundial y solamente así, podrás conocer lo que quieres romper para construir con tu propio estilo.
La segunda razón, explica el Premio UNESCO de Literatura, es proyectar con la estructura del poemario, la rebelión del Hijo del Hombre contra la dictadura cibernética del onanista Culto al Individualismo del Tercer Milenio, con el que se pretende desculturizar, arrancar sus raíces de identidad a los pueblos y dejarlos indefensos a la explotación.
Propone rescatar la función primaria de la belleza y el arte estético poético de religar al Hijo con su Padre, al Hombre con Dios, reconocer la divinidad de la cohabitación entre el Varón y Varona que fueron hechos a su imagen y semejanza con el Poder de la Procreación de la Energía Cósmica en la cohesión del Amor.
Señala que el paréntesis plano tridimensional es una Prueba de Fe de 40 días universales para reencontrarse en el Poder del Origen que le conduzca a restablecer su Heredad Espiritual, renovándose al infinito de la Naturaleza.
La obra “Cánticos de cohabitación redentora”, compila poemas inéditos con algunos publicados en El Sol de Mediodía y Ovaciones, periódicos de Organización Editorial Mexicana que dignamente presidió Don Mario Vázquez Raña, a quien dedica in memoriam el libro en agradecimiento a su apoyo periodístico desde 1993.
Reorienta las lecturas de Altuzar Suárez en 1971, el creador del Poeticismo, el poeta capitalino Marco Antonio Montes de Oca. Mira el choque de dos culturas en Nuevo Laredo en 1977, que influyen su búsqueda de las raíces culturales mexicanas y su profundidad mística.
La disciplina y compromiso histórico con México, lo recibe Altuzar Suárez de su primera figura paterna, el entonces Mayor Federico Evers, instructor militar del Internado Número Dos de Enseñanza Primaria Ejército Mexicano.
La segunda figura paterna, Rafael Castilleja, le permite en 1973 iniciar en el periodismo en la Sección Cultural a cargo del cuentista Manuel Blanco en el desaparecido periódico El Nacional y su tercera figura paterna, Gilberto Armienta Calderón, perfecciona sus herramientas en Canal Tres de TV de Monterrey.
Pierre Henri Guignard, Agregado de Prensa de la Embajada de Francia en México, le alienta en 1985 a publicar su primer poemario La Hora de lo Muertos, un homenaje a las víctimas Hiroshima y Nagasaki en 1945.
Cánticos de cohabitación redentora puede encontrarlo su versión digital o pedirlo en su tradicional edición impresa en: