+ Durante su participación en la Feria Universitaria del Libro, FUL 2014, el periodista Javier Solórzano consideró que los medios de comunicación deben ofrecer claridad en los intereses a los que sirven y definir si es a la sociedad o a particulares.
+ Ley de Telecomunicaciones intentó de recuperar el control de los medios; indispensable trasparentar finanzas para entender los intereses que los controlan.
PACHUCA DE SOTO, Hidalgo, 31 de Agosto de 2014.- Javier Solórzano se pronunció por extender los mecanismos de transparencia implementados en las instituciones gubernamentales a los medios de comunicación, a fin de ofrecer claridad en los intereses a los que sirven y definir si es a la sociedad o a particulares.
Durante su participación en la Feria Universitaria del Libro, FUL 2014, que organizan la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo y su Patronato, el periodista mexicano reconoció que los medios están en línea directa con las esferas de poder, quienes establecen el status quo, y advirtió una intención por parte de estos grupos de presentar la reforma de telecomunicaciones como algo muy positivo, sin ver las implicaciones que puede traer a nivel de concentración de poder en unos cuántos medios.
El periodista apuntó que las reformas colocaron intentos de concentración de los medios de comunicación, acuñando opiniones que fueron coincidentes para presentar la reforma como algo automáticamente positivo, una especie de consenso que se está manejando desde las altas esferas del poder para recuperar esos espacios.
“El asunto de las telecomunicaciones tiene que ver con la estructura de poder en que se han convertido los medios en el país; tiene que ver con la radiodifusión y la forma como se ha concentrado del poder, a lo largo de mucho tiempo”, detalló el presentador de noticias y analista, tras advertir que cuando se concentra el poder en materia de medios, este país ha tenido problema tras problema.
“No creo que los sistemas de radio y televisión (estatales) deban servir a los gobiernos, deben servir a los ciudadanos”, insistió el comunicador al asegurar que para el momento que viene del país, hoy se requiere una opinión pública más crítica y medios de comunicación menos condescendientes, y cada vez más críticos de la función social. No se trata de disparar por disparar pero tampoco se trata de quedarse a esperar.
Durante la ponencia “Esencia del periodismo”, Javier Solórzano compartió con el público 4 momentos que le hicieron notar los cambios del periodismo mexicano: un periodismo que desde su perspectiva está menos sujeto a la censura; en momentos históricos ha servido como verdadero instrumento de comunicación para la sociedad y donde la información domina más allá de los intereses individuales.
Respecto a la censura, Solórzano consideró que existe una evolución tanto en los medios de comunicación como por parte de la sociedad, hoy más reflexiva y consciente. Recordó que en su primer trabajo como periodista le prohibieron hablar mal del Ejército, de la Virgen de Guadalupe o del Presidente de la República; en contraste hoy estos temas habitan las páginas de todos los medios impresos y espacios noticiosos radiofónicos.
Como segundo momento, subrayó el valor de la transmisión oportuna de la información, ejemplificado cuando gracias a la intervención de la agencia EFE durante el terremoto de 1985, el mundo logró enterarse de la tragedia mexicana; mientras canales como Imevisión cumplía con la función pública de servir como espacio de información entre personas preocupadas por la situación de sus familiares, aún sin los grandes avances tecnológicos actuales.
El periodista aludió a la elección del año 2000, como el tercer momento de la transformación de los medios mexicanos. A las 12 de la noche, todos sabíamos que había ganado Fox, “fue un momento político, de consenso en los medios de comunicación. Ni Televisa, ni TV Azteca, ningún periódico se planteó la idea de que pudiera quedarse el PRI”, explicó.
El cuarto y último momento descrito por el comunicador aludió a las reformas en materia de telecomunicaciones, que desde su óptica, tiene como positiva la posibilidad del derecho de réplica institucionalizado, pero también esconde un consenso desde el poder para plantear estas reformas como algo altamente positivo.
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