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Urge frenar la deforestación de la Selva Lacandona

SAN CRISTÓBAL DE LAS CASAS, Chiapas, 28 de Abril de 2014./Mirena Mollinedo/ASICh.- El presidente de la Asociación Mexicana de Etnobiología, Arturo Argueta Villamar, sostuvo que es urgente detener la deforestación en la Selva Lacandona, para que pueda seguir cumpliendo su función de reguladora del cambio climático del planeta.

Entrevistado en su visita a esta ciudad colonial con motivo del IX Congreso Mexicano de Etnobiología, indicó que el conocimiento tradicional de los pueblos indígenas y campesinos de México, aporta elementos importantes para entender  y enfrentar las consecuencias climáticas.

Manifestó que la Selva Lacandona, al igual que Los Chimalapas y los Tuxtlas, representan las selvas más importantes receptoras de bióxido de carbono del país.

“Es importante mantener estas zonas de vegetación grandes, amplias para que puedan seguir cumpliendo su función de reguladores climáticos, de pulmones de la naturaleza”.

Agregó que también es fundamental reconocer el conocimiento tradicional existente de los pueblos indígenas y campesinos, para entender como está ocurriendo el cambio climático, como remediar algunos de estos problemas y sobre todo como revertirlo”, sostuvo.

Mencionó que la Selva Lacandona fue arrasada en la década de los 70´en el sexenio de Luis Echeverría, con el propósito de colonizar la zona.

“Se creó una comisión nacional  de desmonte para arrasar las selvas del país con el propósito de darlo a ejidatarios de nuevos centros de población. Hubo una tarea muy contundente,  muy sólida, para destruir grandes áreas de selvas y bosques lacandonas”.

Dijo que lo mismo ocurrió con la zona de Uspanapa y los Tuxtla, en Veracruz y en Balancán y Tenosique, Tabasco.

“Se crearon espacios agrícolas que no tenías vialidad. Se entendía que había que repartir tierra, lo paradójico es que los propios  campesinos decían no tiren la vegetación, la podemos aprovechar, o sea aplicar sistemas que aprovechan al mismo tiempo el bosque, la ganadería y la agricultura”, finalizó.

La Selva Lacandona y Montes Azules tienen una superficie de más de 600 mil hectáreas, de las cuales se calcula que un 50% se encuentra deforestada. ASICh

 

 

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